Un productor local es un ejemplo global
Bayer elegió a la familia Testa, de Pergamino, por su trabajo con las buenas prácticas.
Cuando Marcelo y Carlos Testa terminaron el secundario a fines de los 80 decidieron meterse de lleno en la empresa comandada su padre Luis. Gringos con el trabajo grabado a fuego en la piel como herramienta para profesionalizarse y tecnificarse en la producción y en la prestación de servicios. Con base a 15 kilómetros de Pergamino, Agrícola Testa ha sabido ganarse el respeto de pares y clientes con profesionalismo, seriedad, tecnología y un personal capacitado y comprometido.
Como productores, alquilan campos para poner en producción entre 800 y 1000 hectáreas cada año. Esta campaña sembraron 100 hectáreas de trigo/soja, 590 hectáreas de soja y 150 hectáreas de maíz. Los rendimientos promedio de las últimas campañas para el trigo rondaron los 5.000 kilos por hectárea (kg/ha), la soja de primera 3.500-4.000 kg/ha y la de segunda, 3.000; en tanto que el maíz se acerca a los 8.500 kg/ha.
El poner bajo la lupa la rentabilidad del presente ciclo, con alquileres de 1.400 kilos de soja por hectárea, tienen que apuntar en trigo 5.400 kg/ha y 2.600 kg/ha para la soja de segunda. Para quedar a mano con la soja de primera tendrán que lograr 3.700 kg/ha. En tanto que el maíz tiene que exigirse hasta los 9.000 kg/ha. “La cuenta está dura, le exige a los cultivos dar el máximo incluso superando las medias de rendimiento de los últimos años para salir airosos”, reconoció Marcelo Testa a Clarín Rural.
Como contratistas, el corazón de la empresa, siembran 5.000 hectáreas por campaña con tres equipos; cosechan 6.000 hectáreas con dos cosechadoras y con una pulverizadora aplican fitosanitarios en 16.000 a 18.000 hectáreas por año. “El tiempo nos fue demostrando que había que apostar a la tecnología y las buenas prácticas pensando en ofrecer un buen servicio”, apuntó Marcelo Testa. Ya en 1994 empezaron a trabajar con mapas de suelo y de rendimiento y años más tarde hacían prescripciones de pulverización, y siembras y fertilizaciones variables.
En esta avidez por ser más eficientes los llevó en 2015 a convertirse en los primeros (y los únicos) contratistas en certificar el servicio bajo normas IRAM. “Sentíamos que estábamos haciendo bien las cosas y queríamos demostrarlo”, explicó Marcelo. “Cualquier contratista que sea ordenado en papeles, seguridad e higiene lo puede lograr”, dijo Carlos Testa.
Este paquete de cualidades técnicas y de gestión encaminó a Agrícola Testa como la primer empresa en América (la séptima en el mundo) en ser elegida por Bayer CropScience para el sistema Forward Farming (FF) a través del cual apuestan a “difundir entre productores, la sociedad y los políticos que es posible producir alimentos en cantidad y calidad de manera sustentable”, expuso el director de Bayer CropScience Cono Sur, Hernán Bagliero, durante una jornada realizada en el campo de los Testa esta semana. “Esta plataforma de transferencia de conocimientos surgió en 2011 en Bélgica, Alemania y Francia con seis establecimientos”, explicó el Manager Global del Bayer Forward Farming, Klaus Kirsch. Y agregó: “Interactuamos con los productores en un ambiente real para implementar prácticas sostenibles con tecnologías innovadoras”.
“El perfil de Agrícola Testa es perfecto para FF porque no sólo son productores ávidos por tecnología y tienen conciencia ambiental, sino que también son contratistas, lo cual tiene un efecto multiplicador hacia pares y clientes de las buenas prácticas que promovemos”, destacó Bagliero.
“El negocio para las proveedoras de insumos ya no es la cantidad, sino producir más alimentos con los productos adecuados, lo cual impacta en el ambiente pero también lo hace aceptable para las comunidades que nos rodean”. Y cerró: “Para eso sirve también este programa, para contarle a la sociedad y a los hacedores de políticas todo esto”.
Entre otras cosas, el sistema propone contar con una buena estación meteorológica para tomar decisiones de aplicación, el phytobac, un lugar seguro para lavar las máquinas evitando que productos vayan a las napas, y un hotel de abejas pensado para promover la biodiversidad.