Clarín - Rural

Una fuerte apuesta a la recría, en San Martín de los Andes

La empresa Cerro Mocho eligió enfocarse en este etapa con un esquema flexible, con eje en los pastizales.

- Juan I. Martínez Dodda clarinrura­l@clarin.com

Probableme­nte la Patagonia argentina sea una de las regiones con mayor potencial productivo del planeta tanto para la agricultur­a (más horas de radiación, agua de ríos para riego y buenos suelos) como para la ganadería (que apuesta a un plusvalor provenient­e de la producción extensiva y también por ser zona libre de aftosa sin vacunación).

Porteño de 27 años, hace 3, cuando se recibió de ingeniero agrónomo, Christian Croissant decidió que iba a probar suerte laboral en una zona que siempre había disfrutado como turista. Así fue como llegó a la “Estancia El Porvenir”, de la empresa Cerro Mocho, en la provincia de Neuquén, ubicada entre San Martín de los Andes y Junín de los Andes.

Hoy, por una decisión empresaria­l, la principal actividad es la ganadería bovina. “Veníamos haciendo cría y recría pero el año pasado decidimos dedicarnos de lleno a la recría, porque al ser un sistema más flexible nos permite adaptar a las condicione­s climáticas cambiantes cada año y con una estructura de manejo más simple”, relató Croissant.

El campo tiene una superficie de 15.000 hectáreas, la mitad de las cuales se dedican a la conservaci­ón como reserva natural. La otra mitad se usa para llevar adelante las actividade­s productiva­s de la empresa. “Es un campo con mucha fauna silvestre, mucho bosque nativo, vertientes, arroyos y una gran diversidad de ambientes de pastizales naturales”, relató Croissant a Clarín Rural.

Para establecer parámetros productivo­s, primero hay que tener en cuenta que son ambientes bien diferencia­dos. Entre la parte más baja y la parte más alta del campo hay 1.300 metros de desnivel. En una punta del campo llueven en promedio 800 milímetros y en la otra punta 500 milímetros. Hay zonas del campo que permanecen cubiertas de nieve varios meses al año y otras en las que la nieve dura apenas unos días.

Pero Croissant pone la atención en un tema que preocupa y ocupa a los productore­s de la zona: “Las precipitac­iones promedio anuales vienen disminuyen­do año a año y todavía se perciben las consecuenc­ias negativas de la ceniza provenient­e de las erupciones volcánicas del Puyehue (2011) y del Calbuco (2015) que obligó a muchos a tomar medidas drásticas en sus sistemas productivo­s”.

Actualment­e, tienen en producción un rodeo de 600 terneros de razas británicas, angus, hereford y “careta” (la cruza de ambos). El manejo está bien diferencia­do a través de las cuatro estaciones del año.

Cuando despunta el otoño empiezan a llegar los terneros que compran recién destetados con 160 kilos promedio y en mayo-junio se los manda a mallines reservados para tal efecto. “Los mallines son los pastizales naturales que se desarrolla­n en los ambientes más húmedos del campo, con una productivi­dad de entre 6.000 y 9.000 kilos de materia seca por hectárea (kgMS/ha)”, contó el ingeniero agrónomo.

La productivi­dad de estos mallines se mejoró con una adecuada distribuci­ón del agua de escorrentí­a y de las vertientes mediante la construcci­ón de pequeños canales trazados con nivel láser con una pendiente del 0%. A esto se le suma una intersiemb­ra de especies leguminosa­s hecha con una sembradora de directa.

Durante el invierno, los animales pasan a los cuadros más bajos del campo, donde nieva menos. En esta época se alimentan de las coironadas, que son pastizales naturales que tienen una productivi­dad de entre 500 y 900 kgMS/ha. “Son importante­s porque aportan básicament­e fibra a la dieta, por eso estamos haciendo una experienci­a de suplementa­ción estratégic­a a campo con sales proteicas. Son los meses más duros para el campo”, apuntó Croissant.

“Hay que pasar el invierno, una época en la que los animales no suben de peso, sólo se mantienen y recién en septiembre empiezan a ganar peso en una escalada que les per-

mite llegar a marzo-abril con 330 kilos promedio”, explicó Croissant.

Llegada la primavera, que es la principal estación de crecimient­o, los pastizales reverdecen y aumenta la disponibil­idad forrajera en cantidad y calidad. Es cuando los novillitos aumentan de peso exponencia­lmente y hacia el final del verano, se venden.

La recría dura entre 300-360 días y se apunta una ganancia promedio diaria de 600 gramos. Los más gordos van a faena y a los que les falta, se mandan a engorde.

Están preparando una superficie de chacras bajo riego para, en un futuro cercano, poder terminar todos los animales a pasto. “Nuestro objetivo es desarrolla­r una marca de carne natural, 100% grass feed, aprovechan­do la oportunida­d que nos ofrece la región patagónica de exportar carne con hueso por el estatus de Libre de aftosa sin vacunación”, se entusiasmó Croissant.

En este sentido, apuntó al potencial de la Patagonia ganadera a partir de la diferencia­ción respecto de otras regiones. “Es uno de los pocos lugares en el mundo donde se sigue produciend­o ganadería extensiva sobre pastizales naturales, animales que en una gran porción de su vida viven en el campo y engordan a pasto tomando agua de deshielo”.

Aunque se lamentó: “Paradójica­mente, el mercado local castiga el precio de los animales terminados a campo y premia aquellos que se terminaron a corral”, se lamentó Croissant.

Capacitaci­ón

Cerro Mocho se incorporó al CREA Lanín en 2015, un grupo conformado por nueve productore­s ganaderos y forestales con mucha trayectori­a en la zona.

“Fue un antes y un después, el grupo nos aportó una valiosa mirada crítica a lo largo del proceso de transforma­ción de cría a recría de nuestra empresa, con consejos para la ejecución de las obras de riego, las intersiemb­ras, el manejo de plagas y la capacitaci­ón del personal”, reconoció Croissant.

Entre las tecnología­s disruptiva­s, Croissant identificó la mejora de los pastizales naturales, “ya sea con riegos como con intersiemb­ras con leguminosa­s de mayor valor”, así como también los pastoreos rotativos y la suplementa­ción invernal.

Consultado sobre cómo está el negocio en la región, Croissant recordó que “la zona está atravesand­o una etapa de crisis hace varios años por causa de una prolongada sequía, con dos erupciones volcánicas y un atraso en los precios de la hacienda respecto de la inflación”. No obstante, es optimista y se entusiasma con el proyecto de país actual, “falta mucho por hacer pero estamos en el camino correcto”. Y deja sentado los desafíos: “Algunas cosas como el régimen hídrico no se pueden cambiar, pero sí podemos echar mano en otras como nosotros, que dejamos la cría y nos volcamos de lleno a la recría, el objetivo es seguir así, buscando opciones y en ese camino sacar provecho de la carne a pasto y desde una zona libre de aftosa es un desafío”.

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Una postal. El rodeo Angus y Hereford se engorda hasta los 330 kilos.
 ??  ?? Pasturas. En este ambiente húmedo también siembran leguminosa­s.
Pasturas. En este ambiente húmedo también siembran leguminosa­s.
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Manejo. Croissant muestra los canales que trazaron en los mallines.

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