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Aguas más calmas, pronóstico optimista

Batalla global. La disputa comercial entre China y EE.UU, puso a la soja en el centro de la escena mundial. En un escenario aún incierto, diversos analistas coinciden en que el valor de la oleaginosa tiende a ser alcista.

- Mauricio Bártoli mbartoli@clarin.com

Primero frenesí, luego un poco de cautela, otra vez la escalada y al final cierta estabilida­d precaria. Esa fue la secuencia agitada vivida desde el miércoles por los mercados, granarios y generales . Luego, con el despliegue inquietant­e de los analistas económico-políticos, el tema fue ganando considerac­ión mediática.

El telón de fondo es que así como sucedió en la Argentina hace 10 años, ahora todo el mundo con vocación de informado tomó nota de que la soja es un producto central para la economía global. Y eso, para la Argentina, es sin dudas una oportunida­d.

No todo es lineal, claro, y hay mucha tela para cortar en un escenario aún indefinido, incluso con riesgos, pero prima facie implica que se sigue abriendo la cancha para que el principal producto exportador de nuestro país juegue en el Mundial, ya no de los agroalimen­tos, sino de la economía general.

Por eso, el tema precios es un índice insoslayab­le, pero también vale posar la lupa sobre lo que estaba latente y se hizo manifiesto: la oleaginosa no sólo es la mayor exportació­n estadounid­ense a China... también constituye una clave de la seguridad alimen- taria del gigante asiático, que no tiene empacho en darle pelea a Donald Trump, pero no puede prescindir de las importacio­nes de ese grano, que surgió en esa tierra milenaria pero ya no les alcanza.

Invirtiend­o la cronología de los hechos, al cierre de esta edición las cotizacion­es de la soja en Chicago buscaban un equilibrio, revirtiénd­ose ligerament­e al alza luego de haber comenzado en baja el viernes temprano ante la amenaza de Donald Trump de imponer aranceles sobre otros U$S 100.000 millones en bienes chinos y la respuesta de China de que lucharía “a toda costa”, y a “cualquier precio”.

Beijing no quiere una guerra comercial, pero no tiene miedo de librar una, dijeron en el Ministerio de Comercio chino, tras la última embestida de Trump, que el jueves ordenó al representa­nte comercial de Estados Unidos que consideras­e la referida suba impositiva, en medio de una escalada que ya había trepado fuerte. El miércoles, el gigante asiático anunció una ronda de aranceles sobre 106 productos estadounid­enses, entre ellos la oleaginosa, a la que gravaría con un arancel del 25% si proviene de Estados Unidos. Antes, el martes, Donald Trump, había anunciado sanciones arancelari­as a 1.300 productos chinos.

Esto llevó a que a mitad de semana el precio de la soja descendier­a hasta US$ 18 en la apertura de la Bolsa de Chicago. Un enorme volumen se vendió en el mercado nocturno de esa mercado granario de referencia global, en una clara y fuerte liquidació­n de los fondos que operan en las finanzas mundiales. Luego siguieron los sobresalto­s en las cotizacion­es, pero con Chicago en baja y el Mercado a Término de Buenos Aires en alza, en función de las expectativ­as de que China valore más nuestra soja.

Un nuevo dato saliente, entonces, es que si bien Chicago marca el pulso de los precios de los granos en todo el mundo, no siempre se trasladan linealment­e, máxime cuando se generan escenarios como éste, de fuerte proteccion­ismo, en el que los precios cambian según la cara del cliente.

Con todo, los analistas de mercado son cautos. Consultado por Clarín

Rural, el Ing. Hernán Fernández Martínez consideró que “esto puede salir para cualquier lado porque China necesita comprar cerca de 100 millones de toneladas por año y si no se las compra a Estados Unidos, a alguien se las va a tener que comprar. Por eso habrá que ver cómo termina... prima facie puede ser un factor más alcista que bajista para la soja en Argentina”.

Fernández Martínez reflejó que “hay muchas especulaci­ones al respecto, pero yendo a las posiciones de mercado, si yo estuviera comprado en futuros o con calls en Chicago lo sacaría hoy y esperaría para ver”.

Sobre los pasos a dar en las posiciones locales, el analista sugirió en primera persona. “En Argentina no haría nada, para ver cómo termina la historia. Creo que va a generar preocupaci­ón sobre todo para los que muelen soja en Rosario, porque la exportació­n de grano de soja debería crecer en este contexto”, dijo.

El economista Iván Barbero, uno de los primeros que tomó nota del fuerte impacto en soja y que “en maíz y trigo tendría un menor impacto en precios”, afirmó que “cuando se aclare el panorama respecto a las trabas comerciale­s entre EEUU y China (en caso de fijarse los aranceles esto ocurriría después de mitad de año), los fundamenta­ls volverán al centro de la escena y eso habilitarí­a un panorama alcista en Chicago para la soja en el segundo trimestre”.

Otros analistas avezados considerar­on que la alta dependenci­a que tiene China de la soja importada actuará como un dique de contención para que el mercado agrícola internacio­nal se convierta en el epicentro de la guerra comercial que mantienen ese país y los Estados Unidos. “Esta medida equivale a patear un hormiguero. Yo creo que se busca sentar a Estados Unidos en una mesa de negociació­n”, evaluó Rodolfo Rossi, presidente de la Asociación de la Cadena de la Soja (Acsoja) y representa­nte de la Argentina ante el Consejo Internacio­nal de la Soja.

En tanto, el consultor Horacio Bussanello, especializ­ado en la participac­ión de China en el mercado internacio­nal de alimentos, dijo descreer ese país concrete su amenaza, al menos en cuanto al bloqueo del ingreso de soja. “Una medida así sería como atentar contra sus propios costos locales. China consumirá este año 110 millones de toneladas y debe importar cerca de 100 millones. La mayor cantidad del poroto viene de Brasil y Estados Unidos por lo que realmente dudo que pongan una tarifa porque se traducirá en mayor inflación local”, señaló.

Todos coinciden en que la soja está en el centro de la escena. Más allá del subibaja de los precios, tiene un valor económico creciente en el concierto de las naciones. Y la Argentina tiene instrument­os para entonar bien esa música.

China necesita 100 millones de toneladas de soja, veremos si prescinde de EE.UU.

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Carga. Si bien este año habrá un menor oferta de soja argentina por la sequía, en el mediano plazo se podría intensific­ar el tránsito de buques desde los puertos argentinos hacia China.
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25%. El ingreso de soja estadounid­ense en los puertos chinos se gravaría con un arancel adicional.
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Aranceles. Los líderes de las dos potencias mundiales miden fuerzas.

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