“La Ley de Semillas sería un cambio tremendo para el país”
1- ¿Cómo está afectando la sequía a los negocios de la empresa?
El año empezó difícil. Es un negocio muy estacional. En general el consumo de los productos nuestros, sobre todo de agroquímicos, se da más en enero, febrero y marzo, periodo en la cual la sequía fue fuerte por lo que el consumo de estos productos fue muy pero muy bajo. La ecuación para el productor también es compleja. La ventaja que tienen es que tanto la devaluación como la estampida en el precio de la soja acompañan la caída del rinde. Ahora, las lluvias actuales parecen ser un punto de inflexión. Representaría un cambio en el perfil hídrico que optimizaría la siembra de fina. El productor puede recuperarse. Y Syngenta es muy fuerte en trigo y cereales.
2 -Mas allá de este contexto, y por su experiencia, ¿cuáles son los desafíos agrícolas que tiene el país?
La Argentina tiene ventajas competitivas únicas. La principal es la fertilidad de nuestros suelos y el clima.
El cambio climático, ahora, conspira un poco contra este mapa mental. Pero es muy importante mejorar la competitividad. Una clave es la infraestructura. Argentina debe invertir en caminos y rutas y en medios de transportes más eficientes. Y la otra clave es la propiedad intelectual. Para que las tecnologías estén disponibles, las empresas deben ver un panorama en la cual los retornos de la inversión lleguen.
3- ¿Es optimista que se apruebe la Ley de Semillas este año?
Estamos siendo muy optimistas que este año se sancionaría. La Ley de Semillas sería un cambio tremendo para el país. El año pasado hubo un trabajo muy bueno hecho por el Ministerio de Agroindustria de juntar a las cadenas de las gremiales del campo con las asociaciones técnicas y las empresas para llegar a un acuerdo. Y por lo que escuchamos y leemos, están muy activos la agenda parlamentaria.
4- ¿Por qué asegura que “sería un cambio tremendo para el país”?
No solo porque pondría orden en la previsibilidad de la llegada de las nuevas tecnologías, sino también porque generaría una expansión económica en las ciudades del interior donde operan los multiplicadores. La industria está a un 20% de capacidad utilizada y se movería a un 80%, lo que implicaría en dos o tres años inversiones por U$S 1.000 millones y generaría 100.000 nuevos puestos de trabajo. Pensando a 50 años, los países necesitan encontrar el modelo de desarrollo que más se adapte a sus perfil. Es difícil ver compitiendo al país en electrónica pesada. Pero en la ciencia del conocimiento y en la producción de alimentos, Argentina tiene un futuro solo para ganar.
5-¿Cuáles son esas las próximas tecnologías que se vienen?
En 5 a 10 años vamos a ver tecnologías relacionados en la temática que más viene creciendo, como son las malezas resistentes, y que requieren nuevos traits. También habrá nuevas generaciones de traits para controlar insectos tanto en soja y maíz. Y en el terreno de los fitosanitarios, habrá nuevas moléculas que son necesarias para que con menor cantidad de uso de producto, se pueda lograr los mismos resultados.
6-¿Continuará la ola de compras y fusiones en las empresas de agro?
No creo que vaya a continuar porque no hay mucho más para consolidar. Es una industria madura. Sin embargo, siempre puede haber oportunidades adicionales, sobre todo en el negocio de semillas que esta un poco atomizado en algunos países con empresas familiares.
7- ¿Qué buscó Syngenta al comprar Nidera Semillas?
Equilibrar la posición en América Latina de liderazgo en protección de cultivos con un liderazgo en semillas. La línea productos de Syngenta era buena. En algunos cultivos éramos líderes y en otros, segundos o terceros. Ahora, estamos al nivel de liderazgo en todos las líneas de productos.
8- ¿Planean ingresar también al mercado de los biológicos?
No nos parece que sea un mercado que esté lo suficientemente maduro y probado como para pensar que tiene un futuro promisorio inmediato. Pero estamos testeando algunos de esos productos.