Clarín - Rural

La lección de la sequía

Agricultur­a. Las rotaciones, las buenas prácticas y los seguros agrícolas son centrales para mitigar el cambio climático.

- Luis María Urriza Especial para Clarín Rural

Se largó la cosecha de maíz y soja en medio de una sequía histórica. Los cultivos que hace dos meses nos encaminaba­n a un nuevo récord nacional, ahora nos entregan rindes mediocres y algunos, inclusive, no llegarán a la cosecha.

A partir de fin de año, las lluvias comenzaron a negarse y las tormentas pasaron de largo en casi toda la pampa húmeda, dejando sólo algunos milímetros por aquí y por allá, mientras regiones enteras quedaron sin una gota.

Todavía no terminó la cosecha gruesa de este año, pero podemos estimar las pérdidas de producción en una magnitud de 10 millones de toneladas de soja y otro tanto de maíz, lo que representa unos 5.000 millo- nes de dólares en términos relativos a ingresos de divisas potenciale­s. Aunque gran parte de eso se está compensand­o con la suba de los precios en los mercados internacio­nales, no se compensará­n los camiones que transporte­n menos carga, las plantas de silos con menor movimiento y los productore­s más afectados, que se quedarán casi sin producción.

¿Cómo prepararse para estos desafíos del clima que por el cambio climático pueden ser cada vez más severos? Podemos abordar el problema en tres etapas: primero anticipars­e, luego distribuir los riesgos y por último atender los problemas que no podamos evitar.

Para anticiparn­os necesitamo­s buenas políticas agrícolas y que ellas se sostengan en el largo plazo. Los cultivos mejor implantado­s, con mayor tecnología, y que se insertan en sistemas de producción diseñados para el largo plazo, son más resiliente­s al clima. En esta cosecha se destaca claramente que los campos bien manejados amortiguan mejor el impacto de la sequía.

¿Qué necesita el productor argentino para seguir adoptando sistemas de producción cada vez más eficientes? Necesita reglas claras. Un evidente proceso de mejora comenzó en 2015, cuando este gobierno eliminó las retencione­s al trigo y al maíz y las restriccio­nes a las exportacio­nes (ROEs). Los modelos de producción más eficientes, más sostenible­s ambientalm­ente y más resiliente­s al clima comenzaron a crecer.

La rotación de cultivos, base fundamenta­l de la producción sustentabl­e y de la diversific­ación del riesgo climático, mejoró de una relación de 70% soja y 30% gramíneas, a una relación 50-50. La fertilizac­ión, que eleva la producción y a su vez promueve el desarrollo de raíces que permite a los cultivos captar agua en medio de la seca, aumentó 60%. También creció la agricultur­a por ambientes, ajustando con más precisión cada cultivo al ambiente que le toca. La venta de maquinaria­s más eficientes, que implantan las semillas en el lugar preciso, creció más de 50%.

Segurament­e en unos meses, a pesar de la seca, más de 100.000 productore­s argentinos vuelvan a enterrar su capital en nuestros suelos. Serán unos 10.000 millones de dólares para seguir apostando a la producción, a lo que saben hacer. El Estado estará presente, marcando la cancha para que el campo siga mejorando sus sistemas de producción; simplifica­ndo los trámites para que los productore­s se dediquen a su trabajo, mejorando las condicione­s de financiami­ento y también trabajarem­os en generar condicione­s para que se ofrezcan nuevos seguros climáticos y se aplicará la ley de emergencia para los que, a pesar de todos los esfuerzos, caigan a merced del clima.

En definitiva, si logramos mantener el rumbo y seguimos impulsando el proceso de mejora continua en el largo plazo, los productore­s argentinos afrontarán el cambio climático cada vez mejor preparados.

Nota de redacción: el autor es Subsecreta­rio de Agricultur­a de Nación.

 ??  ?? Pérdidas. Se estima que se perderán 10 millones de toneladas de soja.
Pérdidas. Se estima que se perderán 10 millones de toneladas de soja.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina