Inteligencia, en la mayor planta global productora de híbridos
En términos de infraestructura, la escala más imponente de la recorrida por las instalaciones de Monsanto en el norte bonaerense, es sin dudas la visita a la planta María Eugenia, situada en las afueras de Rojas. Se trata de un predio de 22 hectáreas que fue inaugurado en 1994 con el sello de Dekalb, y tuvo su mayor expansión entre 2006 y 2008, hasta la Resolución 125...
Esa planta, la más grande del mundo entre las dedicadas a la producción de semillas híbridas, va camino a una fuerte modernización, que más que expandirla la dotará de “procesos inteligentes”, para aumentar la eficacia de sus operaciones.
Con una inversión de $ 200 millones, se apunta a instrumentación de avanzada, que intercambie datos y productos de forma más automatizada, e interconec- te mejor los equipos.
Con todo, el proceso de deschalado, clave tras la cosecha en espigas, y otros hasta el embolsado, requieren del ojo humano para controlar todo lo que hacen las máquinas.
El gerente de planta, Franco Donati, detalló que allí trabajan unas mil personas en el pico de campaña, para producir 3,6 millones de bolsas por año.
Como la histórica planta de Pergamino (ex Cargill) se desactivará pronto (se loteará para barrios residenciales), la de Rojas ampliará su ya complejo despliegue de galpones y oficinas.