El trigo argentino como marca mundial
“Para posicionar al trigo argentino como marca se debe hacer un importante trabajo de promoción que la Argentina hoy no tiene a nivel internacional. En realidad, casi ningún comprador mundial muele trigo de un solo origen. Actualmente se trabaja mayormente con mezclas de harinas provenientes de trigos de diferentes orígenes, teniendo en cuenta que las mismas pueden variar en caso de que exista o no producción local en los países compradores. Por eso, para promocionar al trigo argentino, lo correcto es complementarlo con otras marcas”, planteó Leandro Pierbattisti, asesor de la Federación de Acopiadores.
Con este objetivo en la mira, lo primero que hay que conocer son las exigencias de los mercados e interiorizarse sobre los atributos que el resto de las marcas aporta para determinar cuál es la singularidad que aporta el trigo argentino.
“Es necesario tener en claro qué otras particularidades podemos aportar y tratar a su vez de identificar nuestros puntos débiles para poder mejorarlos. A imagen de un tête-à-tête con tu futuro empleador, cuando te preguntan cuáles son tus puntos fuertes y débiles, la respuesta debe ser lo suficientemente madura a fin de aportarle, en nuestro caso, la mejor ecuación económica al utilizador final”, propuso el asesor.
También reconoció que es más difícil mantener un destino que conquistarlo. “Es por eso que se necesita estar presente todos los años de manera regular y metódica tanto en los mercados tradicionales como en aquellos en los que se ingresó recientemente, sobre todo los años que revisten una cierta complejidad. Los clientes necesitan alcanzar una perennidad en el vínculo comercial más allá de los problemas puntuales”, concluyó Pierbattisti.