Ante el aumento de producción, la clave es cómo armar mercados
El lema “Competitividad con desarrollo” fue contextualizado por el presidente del congreso Maizar 2018, Alfredo Paseyro, en la “inserción a un mundo que tiene reglas”. Y el jefe de Gabinete de Agroindustria, Santiago del Solar, remarcó: “Queremos jugar en Primera, y para eso tenemos que avanzar en estadísticas transparentes, en la desburocratización, en las mesas de competitividad que propicien la cooperación público-privada, y en la aplicación de tecnologías productivas para que el maíz siga siendo récord”.
El mayor volumen, sin embargo, genera el desafío de encontrar, o más precisamente “armar”- según el economista Roberto Bisangmercados. Fernando Vilella (Bioeconomía FAUBA), planteó que “el BAPU (Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay), que tiene el 3,55% de la población mundial, exporta el 39% del maíz global; el 65% de la soja; el 21% de la carne vacuna, y el 12% de la cerdo. Hacia 2030, unos 900 millones de asiáticos no van a tener alimentos si no vienen de otros países.
Jorge Castro, presidente del Instituto de Planeamiento Estratégico, indicó que el ingreso per cápita chino alcanza US$ 13.800 en 2018 y se duplica cada 8 años. “La principal consecuencia es que transforma la estructura dietaria y la vuelve cárnica”, señaló Castro. ¿Cómo capturar esos mercados?. “Apuntando al nuevo consumidor, a través de marcas reconocidas, presencia en mercados en base a acuerdos y formas de presentación adecuadas al cliente, y sin olvidar a la salud en materia de alimentos”, dijo Vilella.
Marcelo Elizondo, director de la consultora DNI, también insistió en analizar cómo se están desenvolviendo los mercados, para desarrollar atributos que permitan comerciar en ellos. Para el especialista, “vuelve a crecer el comercio mundial, arrastra el agrícola, Asia y África empujan y allí hay oportunidades adicionales”.
Para Elizondo, “hay oportunidades en generar insumos para las cadenas productivas internacionales”, formadas por empresas que operan en distintos países, con eslabones específicos en cada uno. “Esto es congruente con lo que hace la Argentina. Podemos insertarnos en un sistema de inversión que no es el viejo de operaciones spot, sino el de auténticas cadenas productivas”.