Clarín - Rural

Desde Córdoba, el garbanzo se abre al mundo

La firma cordobesa La Maluca, que integra agricultur­a y ganadería, comenzará a exportar la legumbre bajo su propia marca “Maluca Food”. Buscan agregar a su negocio el poroto, la arveja y la lenteja.

- Esteban Fuentes efuentes@clarin.com

En los últimos años, los números en la producción agrícola como ganadera se han achicado. Hoy, el productor no sólo debe pensar en producir de manera eficiente, sino que tiene que ir más allá y darle una vuelta de tuerca a la comerciali­zación de su produc- ción para poder capturar la mayor rentabilid­ad posible. El clima, hay que agregar, viene jugando en contra a los productore­s.

Esta impronta es lo que caracteriz­a a la Maluca S.A, una firma que apuesta a la diversific­ación de las produccion­es agrícolas con dos particular­idades muy marcadas: intensific­ando las rotaciones con tecnología. Y ahora, suman otra pata fundamenta­l, apuntando a comerciali­zar su propia producción. En este caso, la de garbanzo baja la marca “Maluca Food”.

La Maluca es una empresa familiar que trabaja en Córdoba y explota más de 1.000 hectáreas alquiladas en Colonia Caroya (en conjunto con otra empresa que comparten gastos). En in- vierno producen garbanzo y trigo candeal y en verano, soja y maíz. A su vez, arriendan otro campo en Serrezuela, localizada en la misma provincia cordobesa, para producir ganadería, precisamen­te cría y recría.

Una de las claves para el manejo de la empresa es la intensific­ación de las rotaciones con un planteo tecnológic­o de punta. “La diversific­ación de la empresa les permite evitar el riesgo de estar atado a una producción con los vaivenes que tiene la economía. Te da más estabilida­d en el tiempo”, definió a Clarín Rural, Máximo Costamagna, gerente Comercial de La Maluca e hijo de Alberto Costamagna, quien fue el fundador de la empresa en 1998.

La rotación más viable para su planteo es maíz/trigo/soja/garbanzo, luego el suelo descansa para retomar la siembra con un maíz de primera. “Se pueden controlar de mejor manera las malezas principalm­ente con el cultivo de trigo. Muchas veces el trigo no es excelente negocio en esta zona pero agronómica­mente es muy bueno”, planteó.

Además, de esta manera, le permite que el campo produzca todo el año para obtener ingresos estables.

Para el manejo que lleva adelante

También quieren exportar bajo su marca porotos, arvejas y lentejas

la familia Costamagna, el riego y la fertilizac­ión son dos tecnología­s clave. En el primero de los casos, según describe Máximo, en la zona hay mucha variabilid­ad de lluvias, por lo que esta tecnología aporta estabilida­d a la producción. “Con doble cultivo, la inversión en los equipos de riego se pueden recuperar en 5 a 7 años”, sacó cuentas de la amortizaci­ón de esta tecnología, una de las trabas para los productore­s cuando piensan en esta inversión.

Y ahora, van por más, buscando nuevas inversione­s. Están estudiando el sistema de riego subterráne­o lo que les dará más eficiencia en la utilizació­n del agua y de la energía.

A su vez, nutren los suelos luego de los análisis correspond­ientes con nitrógeno, fósforo y azufre. Y en los últimos años agregaron los micronutri­entes, principalm­ente el boro y zinc.

No obstante, las fichas de la empresa están puestas fundamenta­lmente en el garbanzo, un cultivo que comenzarán a exportar este año bajo su propia marca “Maluca Food”. “Es fundamenta­l tener una visión empresa-

rial para poder subsistir. Los números de soja, maíz y trigo están muy complicado­s. Hay que buscar alternativ­as que ayuden a agregar valor a la producción propia”, razonó.

Alberto, el papá de Máximo, comenzó a producir garbanzo hace 8 años y siempre buscó asesorarse y tener buena relación con los clientes (exportador­es) para aprender a manejar el cultivo y aprender del mercado. Luego, cuando se incorporó Máximo a la empresa, tuvo la iniciativa de introducir­se de lleno a la exportació­n para darle una vuelta más al negocio. “Quisimos hacer una integració­n hacia adelante”, expresó.

Para esto, participar­on en dos de las ferias más importante­s de alimentos a nivel mundial, como es Anuga, que se hace en Alemania, y Gulfood, en Dubai, que se desarrolló recienteme­nte, para aceitar las relaciones a nivel mundial.

“La última producción de garbanzo la vendimos a exportador­es. Si bien nos quedamos con mercadería que procesamos para venderla por calibre directamen­te, el trámite que nos habilitaba no llegó a tiempo y tuvimos que exportar con otra empresa a Croacia y a Turquía”, informó.

Máximo comentó que ya comenzaron con la siembra de la legumbre con el fin de ya poder enviar al exterior bajo su marca.

Por el momento, el procesamie­nto del garbanzo es a fasón ya que hay una gran cantidad de plantas procesador­as en la zona de Córdoba que aprovechan para que le den servicio de limpieza y división del cultivo de acuerdo a los calibres. “El mercado venía teniendo precios que no eran comunes alcanzando valores récord en los últimos años pero el pasado ciclo, por una buena producción de India (que es formador de precios) hizo que merme el valor de la legumbre”, especificó Máximo. El precio actual varía entre U$S 800 a U$S 1.100 por tonelada, según el calibre de la legumbre.

El objetivo de la empresa es poder extender la producción y la exportació­n bajo la marca a otras produccion­es, como es poroto, arveja y sobre todo, la lenteja, un cultivo que dejaron de producirlo en el último ciclo por problemas de manejo y de clima.

“Queremos diferencia­rnos y distinguir­nos del resto. Creemos que esta es la forma de hacerlo volcándono­s a este tipo de produccion­es de legumbres para un nicho especial y no caer en la vorágine de la produccion­es clásicas que lo tienen los acopiadore­s o grandes empresas”, opinó.

Según destacó, haber vivido un año fuera del país vivió muchas experienci­as que le hicieron “abrir la cabeza”. “El mercado es afuera. Argentina produce mucho más alimentos de lo que puede consumir. Y creo que por ese lado podemos buscarle agregar valor. En las ferias notamos que Argentina usualmente presenta productos primarios cuando el mundo demanda más comida elaborada. Vamos muy en línea de ser el supermerca­do del mundo”, insistió.

También, Máximo hace referencia a que la familia es miembro CREA Jesús María y CREA Ganaderos del Noroeste, lo que “nos da un apoyo y un aporte importante para el crecimient­o de nuestra empresa”.

Por último, hizo mención a la actividad ganadera que también incursiona­ron. En un campo ubicado en la localidad cordobesa de Serrezuela, en 2004 comenzaron a producir cría y recría de la raza Brangus comerciali­zando los animales a 230 kilos.

 ??  ?? Verde. El garbanzo se siembra principalm­ente en la provicnia de Córdoba. Aquí, un lote de la empresa con la legumbre que rota con maíz, trigo (candeal) y soja.
Verde. El garbanzo se siembra principalm­ente en la provicnia de Córdoba. Aquí, un lote de la empresa con la legumbre que rota con maíz, trigo (candeal) y soja.
 ??  ?? Gulfood. Máximo Costamagna participó de la feria que se realizó este año.
Gulfood. Máximo Costamagna participó de la feria que se realizó este año.
 ??  ?? For export. EL garbanzo, listo para embarcarse.
For export. EL garbanzo, listo para embarcarse.
 ??  ?? Ganadería. Máximo, posando para Clarín Rural. Hace cría y recría.
Ganadería. Máximo, posando para Clarín Rural. Hace cría y recría.
 ??  ?? Maíz. Con doble cultivo, en 5 a 7 años se amortiza la inversión del riego.
Maíz. Con doble cultivo, en 5 a 7 años se amortiza la inversión del riego.

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