Aplicaciones: buen puntapié inicial
El Gobierno presentó un documento que será abierto al debate y luego iría al Congreso. Buenas Prácticas y controles.
“La delimitación de zonas de amortiguamiento depende de los objetivos que se persiguen y de las características de cada localidad”, dice el documento presentado el mièrcoles pasado por el Gobierno nacional como punto de partida para establecer regulaciones a la aplicación de fitosanitarios.
El trabajo interdisciplinario que elaboraron los ministerios de Agroindustria y Ambiente, con el respaldo de los de Salud y de Ciencia y Tecnología, avanzó en la búsqueda de con- sensos y estableciò 12 principios y 23 recomendaciones que ponen el foco en fomentar las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) y el monitoreo público-privado para cuidar la salud de la población y el ambiente. El documento interministerial deja abierta la discusión sobre los metros que deben tener los espacios de restricción y las zonas de amortiguamiento, una disyuntiva que en los últimos años se ha definido en algunos municipios con dimensiones muy diversas, en algunos casos con mucha polémica.
Ese criterio abierto, como señal de amplitud para un debate que ahora se abrirá por 30 días incluso por internet, y que luego iría como proyecto de ley al Congreso, fue defendido por Luis Miguel Etchevehere (Agroindustria), Sergio Bergman (Ambiente) Lino Barañao (Ciencia y Tecnología) y Adolfo Rubinstein (Salud), en una conferencia de prensa realizada en la sede de la cartera del campo.
La distancia de ambientes que requieren especial protección “no es esencial sino que depende de otras consideraciones, como el tipo de producto y las condiciones meteorológicas”, dice el documento. En el mismo compendio se destaca varias veces que el marco regulatorio sobre aplicaciones debe realizarse “sobre la base de información científica y tecnológica relevante”.
En efecto, entre las consideraciones generales, los ministros consensuaron que “la finalidad es armonizar el desempeño económico de las producciones ubicadas en ellas con otros intereses de la sociedad”.
Apuntan a que “las políticas públicas aseguren “la producción sostenible, o sea una actividad productiva con cuidado de la salud de las personas, del ambiente y de los servicios ecosistémicos… con equilibrio entre el ambiente y la actividad humana para satisfacer sus necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras”.
Se destacó la importancia de realizar indicadores para el monitoreo de la adopción de las BPA, así como del impacto ambiental, la salud humana y animal, con redes de control que involucren a las comunidades locales. Se busca fortalecer la vigilancia epidemiológica de la exposición a fitosanitarios, con actualización de la información.
El marco regulatorio permitirìa a diferentes grupos asociativos de la actividad agropecuaria asumir las responsabilidades correspondientes en implementación, control entre privados y difusión de las buenas prácticas, de manera complementaria a las competencias de las autoridades públicas.w