El futuro ganadero será sustentable o no será
Bienestar animal, relaciones laborales responsables y manejos racionales: exigencias del mercado mundial.
La ganadería argentina tiene futuro, pero también tiene pasado y presente. Y en el presente tiene una deuda que puede llegar a comprometer el futuro. En esa deuda pusieron el foco Víctor Tonelli, Carlos Van der Straten y Héctor Cuevas, que contaron lo que falta y lo que pueden hacer los establecimientos para estar a la altura de las exigencias mundiales.
El primero en hablar fue Tonelli. “Nosotros creemos que hacemos las cosas bien pero el mundo no nos cree. ¿Tiene sentido que estemos discutiendo si las exportaciones de cortes enfriados no puedan provenir de campos que hayan tenido casos de brucelosis, o hay que alinearse con lo que nos piden? Si la ganadería tiene futuro, es con la exportación”, lanzó el analista dando a entender que las exigencias del mundo en materia ambiental, de bienestar animal y de inocuidad de los alimentos ya constituyen una base inapelable.
Tras el reto contundente fue el tur- no de conocer la experiencia de Carlos Van der Straten, productor entrerriano, quien de entrada aseguró: “No es necesario tener bolsillo de payaso para hacer las cosas bien”. Respecto a la transformación que llevó a cabo en su empresa, resumió: “Estábamos bien pero podíamos estar mejor”.
Van der Straten cambió muchas prácticas y vio los resultados. Entre esas prácticas mencionó las relaciones laborales responsables, “empezar a explicar a la gente por qué hay que hacer lo que se hace”. También enumeró herramientas que mejoraron sus índices: la inseminación a tiempo fijo (IATF), el creep feeding (suplementación diferencial del ternero al pie de la madre) y la suplementación de vacas y vaquillas”.
Por último, Héctor Cuevas reveló sus claves de manejo en un campo de 4.400 hectáreas en zona núcleo. Lo principal: la reducción del estrés animal. “En manejos intensivos tiene que haber sombra, alimentación suficiente y balanceada, trabajar sin apuro, en silencio, sin perros, no aglomerar a los animales, trabajar de a pie desde afuera de los corrales…El barro nos quita mucha ganancia diaria”, enumeró el productor.