La Ley de Semillas volvió al Congreso
Se tratará en Diputados, con cierta voluntad de consenso que ilusiona también a las empresas de biotecnología.
La reforma a la Ley de Semillas de 1973 inició el camino, una vez más, para hacerse realidad. La posibilidad viene de la mano de las reuniones que se realizaron la última semana en la Cámara de Diputados, en el marco de un nuevo año parlamentario. En diferentes encuentros, se reunieron legisladores y asesores y programaron el tratamiento de los cinco proyectos que se pondrán a consideración en el seno de la Comisión de Agricultura.
Incluso, uno de los que presentaron formalmente su proyecto, el diputado del Frente Progresista Luis Contigiani, realizó una presentación el jueves, junto a la Cámara Argentina de Semilleros Multiplicadores (Casem). “Este proyecto es innovador y contempla a todos los sectores que integran el sistema de producción de semillas en nuestro país, abriendo ventanas a un desarrollo futuro: empresas que desarrollan biotecnología, criaderos, semilleros multiplicadores, comercio, usuarios, técnicos (ingenieros agrónomos) y el INASE como único ente de fiscalización y control del sistemas”, detalló el presidente de Casem, Raúl Pagnoni.
En el mismo sentido de la búsqueda de consenso se manifestó Lisandro Galindez, gerente de Marketing de Nidera, una de las firmas que viene participando, a través de la Asociación de Semilleros Argentinos (ASA), en la mesa de negociación entre diversas entidades. “Somos opti- mistas con los avances y el nivel de acuerdo al que se llegó. Lo fundamental es que empezamos a escuchar la necesidad del otro”, destacó Galindez.
Consideró que “como industria, entendimos que el uso propio es una práctica que va a seguir existiendo y adaptaremos nuestro modelo de negocios a eso. Y también los productores van entendiendo que sin la adecuación de la ley las tecnologías no van a venir. Y no sólo hablamos de eventos transgénicos sino de otras posibilidades, como el mejoramiento a través de marcadores moleculares, entre otras”.
Puso en consideración Galindez que “hay tecnologías en otros lugares del mundo que podríamos tener aquí. El año pasado, en Brasil se registraron alrededor de 180 variedades de soja, mientras que en Argentina se anotaron sólo 25. A pesar de que hay empresas como Nidera que siguen apostando, hay una realidad insoslayable, que esperamos este año superar, porque como país no nos podemos dar el lujo de dejar escapar otra vez”.