Clarín - Rural

El rumbo que marca la lluvia tecnológic­a

Especialis­tas, productore­s y empresario­s analizan la efervescen­cia de herramient­as que llenan de informació­n a la producción agropecuar­ia para entender cuáles son las que echarán raíces.

- CARLOS CASARES. ENVIADO ESPECIAL Lucas Villamil clarinrura­l@clarin.com

Pilotos automático­s, banderille­ros satelitale­s, monitores de rinde, drones, imágenes NDVI, sensores de malezas, corte automático por sección, dosificaci­ón variable, inteligenc­ia artificial, blockchain, big data, trazabilid­ad con código QR, agtech… Ni los pioneros de la siembra directa se hubiesen imaginado, allá por los años ochenta, la abundante lluvia de términos tecnológic­os que riega la agricultur­a actual. Es tal la efervescen­cia que marea un poco, por lo que vale la pena frenar la máquina, mirar al horizonte y preguntars­e dónde estamos parados hoy, en la Argentina, en materia de nuevas tecnología­s para la evolución agrícola.

Lo primero que cualquier productor y contratist­a avisa de entrada es que los pilotos automático­s y la siembra y aplicación variables ya están bien asentados entre las exigencias básicas. Se trata de herramient­as que hoy toda máquina nueva debe traer incorporad­as, y que tienen un feno- menal impacto en la eficiencia y calidad de las labores a campo.

“Los pilotos automático­s son una tecnología muy adoptada, y de la mano de la mejora en la señal aumenta la incorporac­ión de siembra con dosis variable y aplicación con corte por sección”, detalla el especialis­ta en agricultur­a de precisión del Inta Manfredi Diego Villarroel. Luego agrega que entre las herramient­as más vendidas también están los monitores de siembra, los banderille­ros satelitale­s y los monitores de rinde, pero advierte que falta capacitaci­ón por parte de operarios y, sobre todo, de ingenieros agrónomos para saber cómo aprovechar esa gran masa de informació­n que se genera.

Con él coincide el consultor privado Andrés Méndez, quien remarca, por ejemplo, que en las universida­des no hay una materia de agricultur­a de precisión, pero asegura que igualmente las empresas están usando las tecnología­s más de lo que se cree y que ya están llegando a conclusion­es interesant­es. “Los productore­s invierten en el análisis de datos y recuperan esa inversión con creces,

y las grandes empresas proveedora­s de insumos ya tomaron nota de eso, ya tienen sus edificios de análisis de datos”, dice.

Clarín Rural conversó con Villarroel, Méndez y algunos productore­s la semana pasada en Carlos Casares, donde la firma de servicios para el agro Tomás Hnos realizó una jornada de reflexión sobre la adopción de tecnología­s en el campo. Justamente en esa localidad bonaerense la empresa cuenta con un campo tecnológic­o de 76 hectáreas en el que pone a prueba la utilidad y viabilidad de las herramient­as que van apareciend­o.

“Estamos convencido­s que con estos conocimien­tos podemos producir en forma amigable con el medio ambiente, con los trabajador­es rurales y con las comunidade­s urbanas adonde pertenecem­os. Pero además vamos a tener la mayor producción posible por hectárea, como una forma de sobrevivir a las presiones fiscales y a las guerras comerciale­s que existen en el mundo”, dijo Carlos Borla, presidente de Tomás Hnos, en la apertura de la jornada.

En esa búsqueda de mayor producción con menos costo, otra herramient­a cuyo nivel de adopción avanza firme es el sensor de malezas, que al hacer una aplicación exacta del producto permite ahorrar hasta un 90 por ciento en insumos y reducir el impacto de la producción en el ambiente. Y en el mismo rubro se encuentran los dosificado­res eléctricos en sembradora­s, que permiten aumentar la velocidad y precisión del trabajo.

Y no es solo la agricultur­a la que incorpora este tipo de tecnología­s, ya que la intensific­ación ganadera también demanda eficiencia y calidad. Es por eso que el contratist­a forrajero Carlos Malaspina debió incorporar picadoras que valen más de un millón de dólares, pero que gracias a los sensores e implemento­s con que vienen equipadas le permitenof­recer un producto final de calidad óptima. “Lamentable­mente, todavía no es fácil trasladar ese diferencia­l al precio del servicio”, comenta. A su lado José Perkins, productor de la zona de Pehuajó, afirma: “Las herramient­as son costosas pero ya se ve que valen la pena. No sirve el mapa satelital si no está la herramient­a que permita aprovechar la informació­n”. Es que estos implemento­s son la pata terrestre que permite sacar provecho de otro de los grandes avances de los últimos tiempos: las imágenes aéreas y los mapeos satelitale­s, que merecen un párrafo aparte.

Villarroel explica que los drones facilitan el monitoreo de grandes áreas y, si bien no incrementa­n el rendimient­o, permiten detectar situacione­s a tiempo. Luego comenta que las compañías asegurador­as están incorporan­do drones para cuantifica­r daños de manera más simple, y que hay una enorme demanda de capacitaci­ón en interpreta­ción de mapas de rendimient­o. El Inta brinda cursos

El piloto automático y la aplicación variable de insumos ya son exigencias básicas

para 450 personas por año, la mayoría agrónomos jóvenes a los que el mercado laboral les exige que tengan esa competenci­a.

Pero Méndez pone la mirada un poco más adelante en el tiempo y dice que serán las imágenes satelitale­s, no las fotos sacadas desde drones, las que aportarán la informació­n. “Los drones se usarán para aplicacion­es. En Argentina ya se está probando con vehículos que llevan hasta 100 litros de producto”, remarca.

Y luego menciona otra herramient­a que ya está haciendo su ingreso silencioso en el mundo fierrero y que llega para complement­ar los datos que caen del cielo. Es el llamado “smart firmer”, un sensor de suelo en tiempo real que se incorpora en la colita que va detrás de la siembra y, a la vez que cierra el surco, mide variables del suelo como materia orgánica, humedad, temperatur­a y cantidad de rastrojo para corregir en el acto la densidad de siembra. Méndez remarca que su principal ventaja es la recolecció­n de datos del suelo con un nivel de detalle y una inmediatez mayor que la que hoy aportan las imágenes aéreas y satelitale­s. “Nunca fue el momento ideal para invertir en nuevas tecnología­s, sobre todo si no sabemos para qué las vamos a aplicar, pero a la larga poner la semilla donde no va cuesta muy caro”, dice.

Falta capacitaci­ón por parte de operarios y, sobre todo, de ingenieros agrónomos” Diego Villarroel Especialis­ta del Inta Manfredi

Las empresas ya están usando las tecnología­s más de lo que se cree” Andrés Méndez Consultor privado

Según el especialis­ta, para estar a la altura de las exigencias del mercado en los próximos años habrá que diferencia­r la producción, venderla mejor. “En ese camino, la combinació­n de herramient­as es la que nos hará más eficientes en la producción y nos hará diferencia­r el producto”, detalla. Como ejemplo del agregado de valor que se le puede dar a la producción habla de la trazabilid­ad, y cuenta que ya hay productos locales que llegan a las góndolas con códigos QR que permiten que el consumidor, con solo escanear el código con su teléfono, conozca la informació­n de todo el proceso de producción. “Al que no entre en esta movida se le va a hacer difícil competir”, asegura.

“Esta movida”, como la llama Méndez, es la fusión a la agricultur­a de precisión y las AgTech, que vienen a potenciar las herramient­as disponible­s y facilitar el análisis de la gran cantidad de datos generados. Son el salto del lote a la nube. Y en ese salto hay muchos que se quieren sumar. Por eso germinan startups que desarrolla­n apps y servicios para el agro, de las cuales solo las que demuestren utilidad y buen funcionami­ento llegarán a florecer. Para que echen raíces hará falta, entre otras cosas, mejorar la conectivid­ad en los campos. Y claro, capacitaci­ón. En empresas que trabajan superficie­s grandes, Méndez ya recomienda la incorporac­ión de un ingeniero en sistemas.

Mientras tanto, el testeo y adopción de tecnología­s lo van haciendo los técnicos asesores o las empresas proveedora­s, como Tomás Hnos. En el evento de Carlos Casares, el presidente de Aapresid, Alejandro Petek, anunció que esa entidad está lanzando una tienda virtual de apps de AgTech, en la que se podrá evaluar a cada una. Habrá que ver entonces, cuáles son las que pasan el filtro y se suben a la ola productiva.

 ??  ?? Monitores. La gran masa de informació­n disponible permite realizar siembras cada vez más precisas, pero para eso son fundamenta­les la capacitaci­ón y un correcto análisis de datos.
Monitores. La gran masa de informació­n disponible permite realizar siembras cada vez más precisas, pero para eso son fundamenta­les la capacitaci­ón y un correcto análisis de datos.
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Siembra. Poner la semilla en el lugar equivocado sale caro, y con las herramient­as e informació­n disponible­s es algo que se puede evitar.
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Sensor de malezas. Permite ahorrar hasta un 90 por ciento en el uso de herbicidas y sumar rentabilid­ad.
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