Un día extraordinario
Asistí a la “Conferencia Binacional Gestión Integral del Agua, Argentina-Holanda”. Allí se habló de proyectos, de futuro, de solución de problemas reales. De crecimiento posible. De desarrollo territorial. De adaptarnos y combatir el flagelo del cambio climático. Sí, se habló de la Argentina posible, y eso es extraordinario. Y más para el agro, que hace cuatro años exhibía media pampa húmeda bajo un ominoso manto de agua. Y de pronto, una feroz sequía tendió sus tentáculos sobre todo el territorio, arruinando la cosecha del 2018. Sugerimos en su momento que nuestros gobernantes tomaran contacto con los expertos holandeses. Los Países Bajos se construyeron peleándole al agua desde hace 12 siglos. Allá dicen “Dios creó al mundo, pero a Holanda la crearon los holandeses”. Netherland, tierras bajas. Tienen más del 60% del territorio bajo el nivel del mar, ahí viven y son una de las grandes potencias agrícolas del Europa. Bueno, el gobierno de Macri, ni bien asu- mió, fue a buscar la colaboración de los nederlandeses. Lo hizo a través del hoy Secretario de Infraestructura y Política Hídrica, Pablo Bereciartúa. Se iniciaron los trabajos, y ayer se presentaron los proyectos.
Uno es la hidrovía mediterránea, paralela al río Paraná, de Córdoba a La Pampa, que no solo permitirá manejar los excesos de agua, sino crear una infraestructura nueva. Porque incluye autopista y ferrocarriles, con un nodo en Catriló y salida por Bahía Blanca, Quequén y quizá Mar del Plata. Su costo se estima en U$S 3.000 millones. Muchísima plata. Pero es apenas un tercio de lo que el gobierno recauda por año sólo por retenciones a la soja.
No es el único proyecto. Está el del desarrollo del Delta del Paraná, hoy sometido al designio descontrolado de las aguas que bajan de Brasil, Paraguay, Bolivia y el norte argentino. En su ribera occidental vive el 60% de la población argentina. Al este, todo por hacerse. Forestación, miel, ganadería, horticultura, turismo, biomasa, barrios isleños.