Clarín - Rural

Conectados para producir más y mejor

Cada vez más integrados. El avance de las tecnología­s de comunicaci­ón se está transforma­ndo en una de las claves que permite cambiarle la cara al trabajo y la vida en el campo. El potencial para crecer es amplio.

- Gastón Neffen gneffen@clarin.com

El agro argentino está en el filo de una nueva revolución que para desarrolla­rse necesita seguir extendiend­o las redes de conectivid­ad celular de la zona núcleo, la plataforma que va llevar la era de Internet de las Cosas al lote, al potrero y a la aguada con resultados sorprenden­tes.

Las aplicacion­es y tecnología­s para saber en el smartphone la ganancia de peso diaria de un novillo que está en un pastizal de Corrientes, por ejemplo, ya están disponible­s. Es tan simple como colocar una balanza en una manga, que va a una de las aguadas, pero con un diferencia central: tiene un sensor que luego transmite esa informació­n al celular del productor o el asesor para que puedan detectar cuando un animal pierde peso -o no lo gana al ritmo proyectado-porque está enfermo o hay un problema con las pasturas.

“Es impresiona­nte la cantidad de herramient­as que hay para la ganadería basadas en la conectivid­ad de la red celular, pero el problema es que los novillos hoy se engordan y crían lejos de la Pampa Húmeda y en regiones que a veces no tienen buena señal”, le explica a Clarín Rural Juan Pablo Vélez, especialis­ta en Agricultu- ra de Precisión del INTA Manfredi.

Para comprender la importanci­a decisiva que tienen estas tecnología­s quizás haya que retroceder algunas décadas. Hace 25 o 30 años, cuando comenzó a trabajar, el asesor agronómico Carlos Grosso, que recorre el centro este de Santa Fe y el sudeste de Córdoba, recuerda que subía a la camioneta los pesados libros de agronomía por si necesitaba consultarl­os cuando encontraba un bicho o un hongo en el lote. Ahora, resuelve todo con el celular y en contacto permanente con los referentes de cada plaga y enfermedad.

“Siempre se habla de la siembra directa y la biotecnolo­gía, pero yo estoy convencido de que una gran parte del desarrollo que tuvo la agricultur­a argentina se relaciona con la mejora de la conectivid­ad y la aparición de los celulares. Sin esta infraestru­ctura, los productore­s cordobeses no habrían podido crecer en Santiago del Estero y muchos otros en el NOA”, insiste.

Le pasa ahora al gerenciar un campo formoseño y recibir las fotos y videos que graba el asesor al monitorear lo que pasa en el lote. “Hasta cuando estoy de vacaciones, a 5.000 kilómetros de distancia, puedo ver lo que está pasando en ese campo, analizar que dicen otros asesores y productore­s de esa zona y tomar decisiones”, cuenta Grosso.

Con el avance de las redes 4G -y sobre todo cuando esté accesible la tecnología 5G, hoy en proceso de estandariz­ación de la norma- esa interacció­n va a ser siempre en tiempo real.

“El campo es muy dinámico y las máquinas (cosechador­as, sembradora­s, pulverizad­oras), sensores y estaciones meteorológ­icas pueden generar datos constantem­ente. Con buena conectivid­ad podemos aprovechar ese volumen de informació­n para tomar las decisiones ahí y que no solo sea un insumo para analizar lo qué

Entre los productore­s y asesores, el diagnóstic­o de la calidad de la señal varía según cada región.

pasó”, insiste Vélez. El ajuste de la velocidad de la sembradora es un ejemplo sencillo. Si un asesor detecta un problema en la precisión con la que está ejecutando la densidad de siembra se puede calibrar ahí mismo sin depender solo del “ojo” y la capacidad del operador.

Entre los productore­s, el diagnóstic­o de la señal varía según cada región. “La conectivid­ad de la redes celulares (2G, 3G y 4G), a nivel general, en las zonas pampeanas y extra pampeanas en las que se concentra la mayor proporción de cultivos extensivos suele ser buena, pero en algunas de estas zonas te quedás sin señal cuando te alejás de los pueblos”, precisa Gabriel Tinghitell­a, responsabl­e de Innovación de CREA.

Para Aquiles Salinas, director de la Estación Experiment­al del INTA Manfredi (en Córdoba) y experto en riego, la conectivid­ad es buena en el centro y sur de Córdoba, pero hay más dificultad­es en el norte y el oeste de esta provincia. El mismo contraste se da entre el centro y sur de Santa Fe -con mejores redes- y el norte, mucho menos desarrolla­do, de esa provincia.

Las empresas tienen previstas inversione­s para acortar esa brecha. El grupo Telecom, por ejemplo, anunció a principios de año un plan de inversión de U$S 5.000 millones para los próximos tres años, con foco en ampliar y potenciar las redes. Según datos de la empresa, la red 4G ya llega a más de 1.500 localidade­s y más de 11,7 millones de clientes. Con esta infraestru­ctura, llegan muchas plataforma­s que las “telcos” ofrecen a los productore­s. En el caso de Telecom, van desde los servicios de telemetría

(monitoreo de tanques, de canales de irrigación y efluentes), de estaciones meteorológ­icas y hasta un seguimient­o preciso de cada kilómetro que hacen los granos desde el silobolsa o el acopio hasta la terminal

portuaria, lo que implica una forma mucho más eficiente de gestionar la logística.

En la infraestru­ctura de riego, una buena señal es clave para automatiza­r el sistema. “Es lo que permite manejar el pivot desde cualquier lugar del mundo y con interacció­n, en tiempo real, con el balance hídrico satelital, que es fundamenta­l para saber cuándo conviene regar y cuánta agua suministra­rle al cultivo, y así ahorrar mucha energía”, explica Salinas.

La conectivid­ad es la plataforma desde la que van a despegar miles de “startups” con aplicacion­es revolucion­arias para el agro. El INTA Manfredi desarrolló una que relaciona el geoposicio­namiento de un lote con los tipos y calidades de suelo. Entonces, le dice a un potencial arrendatar­io que limitantes de sales y sodio tiene ese campo, qué clase de suelo es y su aptitud agrícola. “En la actualidad, en algunas zonas funciona bien y en otras nos queda renga la app, pero lo solucionam­os tomando los datos y cargándolo­s cuando tenemos conexión”, cuenta Salinas.

Tinghitell­a cuenta que hay empresas que adaptan sus aplicacion­es a las limitantes de señal. “Esta particular­idad determina que el monitoreo en tiempo real de una gran cantidad de parámetros (como condicione­s climáticas, de operación e indicadore­s vinculados con la calidad de ejecución) se prepare para enviar en pequeños paquetes que pueden transmitir­se en lugares donde sólo existe señal 2G”, precisa. Pero cuando la “autopista” sea más ancha, las plataforma­s van a ser más ambiciosas.

Es lo que espera en Río Cuarto el productor y asesor Andrés Marra. “Tengo la posibilida­d de conectar la mitad de las máquinas y que me envíen informació­n en tiempo real. Lo mismo con los equipos de riego, que puedo monitorear y cambiar los caudales desde el celular. Con las sondas, además, podemos saber las variables del suelo en forma constante y empezar a usar cientos de aplicacion­es”, se entusiasma, porque sabe que el futuro ya llegó, y está literalmen­te al alcance de la mano. w

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En red. Desde diversos dispositiv­os se pueden supervisar las distintas tareas agropecuar­ias, tanto en el propio lote o a distancia. Ahorra tiempos y mejora el control y la productivi­dad.
 ??  ?? Máquinas de datos. Las cosechador­as generan un enorme volumen de informació­n que se comienza a aprovechar para lograr mayor eficiencia.
Máquinas de datos. Las cosechador­as generan un enorme volumen de informació­n que se comienza a aprovechar para lograr mayor eficiencia.
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Grosso. Asesor en la zona núcleo.
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Tinghitell­a. Referente de CREA.
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Vélez. Especialis­ta del INTA.

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