Trazabilidad y monitoreo animal, en un solo collar
Un nuevo desarrollo permite aumentar los niveles de detección del celo, índices de preñez y la rentabilidad.
“El mercado de la lechería está pasando por una crisis en la que los tambos que quedan son los que se suben a una tecnología que les permita ser cada vez más productivos”. Quien afirma esto es Rodrigo Abeal, director comercial para Latinoamérica de la firma Allflex Argentina S.A.
Hace pocos años, Allflex, que ya se especializaba en la identificación y trazabilidad animal mediante el uso de caravanas, adquirió la firma SCR a nivel mundial, con lo que sumó el monitoreo inteligente de los animales a distancia. Allflex tenía el knowhow de informática y agregó el collar inteligente de SCR.
“Queremos impulsar tecnologías que puedan conectar cada vez más a
las personas con los animales. La discusión sobre la trazabilidad de los alimentos ya se da hace varios años en el mundo, y ahora se suma el monitoreo inteligente de animales”, explica Abeal.
Según él, entre los beneficios de la incorporación de este tipo de tecnologías están los altos niveles de detección
La tecnología da herramientas en el tambo para tomar mejores decisiones
del celo -de más del 90 por ciento-, el mejoramiento de los índices de
preñez, rentabilizar el negocio y cerrar los días abiertos por pérdida de un celo. “La tecnología no suplanta al saber humano, pero sí te da herramientas para tomar mejores decisiones”, remarca, y agrega que un mercado como la Argentina resulta atractivo “porque a pesar de que la lechería está pasando por un mal momento, es una lechería abierta, los productores quieren escuchar, les interesa la tecnología”.
“Están entendiendo que es muy difícil competir haciendo lo mismo que hicieron siempre. Así como están muy atentos a lo que es la robótica en los ordeñes, también siguen de cerca todo este tipo de tecnologías”, remarca.
Concretamente, la herramienta consiste en el desarrollo de algoritmos específicos que permiten predecir lo que va a suceder. El collar que se le coloca a cada vaca monitorea la actividad y el estado de ruminación de cada animal para predecir detección de celo, enfermedades, cambios de dieta…
“Y todos los números llegan a la tablet o el celular. Es una herramienta espectacular para los veterinarios, para atacar directo al problema”, dice Abeal, y remarca que se trata de herramientas que pueden ser muy escalables. “En Argentina el promedio de las salas de ordeñe tiene 25 años. Esto permite ir ganando tecnología de a poco y mejorando la gestión del campo sin ahogarse”.
Pero más allá de la escala y el nivel de modernización del tambo, el soporte y la capacitación son parte importante del éxito en la adopción de estos sistemas. Por eso, Abeal comenta que antes de empezar cada implementación se hacen numerosas reuniones, “porque cada productor es un mundo, todas las salas de ordeñe
son distintas”, y la compañía estableció una alianza fundamental con la firma Villanueva, con la cual crearon la división Efitech, destinada exclusivamente al impulso de estas herramientas.
“Estas tecnologías son fantásticas si las sabés usar, si no, es como comprarse una Ferrari y dejarla estacionada”, concluye Abeal.