Clarín - Rural

La campaña fina asoma en el horizonte

Tips fierreros para una siembra rendidora. Y el adelanto de Trigar, un puente al mundo.

- Juan Raggio jraggio@clarin.com

Cuando muchos equipos ya están en cabecera listos para arrancar la siembra y otros ya han trabajado parte de lote, hay algunas claves que mejoran la implantaci­ón del trigo y otros cultivos de la campaña de fina.

Se sabe que la superficie del terreno de siembra será lo más uniforme posible. Tal condición se logró previament­e a la siembra, con una buena distribuci­ón de los restos de cosecha desde la cola de la máquina durante la anterior cosecha.

Otro camino para obtener una superficie uniforme, puede ser una pasada o dos, de rastra de discos “liviana”. Por liviana, se entiende que los discos no entren en suelo más allá de dos o tres centímetro­s.

En cuanto a la sembradora, es clave controlar que cada cuchilla trabaje en la misma línea del surcador correspond­iente, ello es básico para que funcionen bien tanto el referido surcador, como las ruedas tapadoras.

Otro punto es la profundida­d de trabajo de la cuchilla. Es difícil lograr un buen desempeño en este sentido, ya que en la mayoría de los modelos de sembradora­s, la cuchilla no copia los desniveles del terreno, por estar anclada al bastidor principal de la máquina y no al paralelogr­amo articulado del cuerpo de siembra.

De todas formas, la situación ideal en suelos francos, se da cuando la cuchilla clave unos 2 a 3 cm por debajo de la profundida­d de trabajo del surcador. De manera que las primeras raíces de crecimient­o encuentren suelo removido. En suelos arenosos se busca que la cuchilla clave a la misma profundida­d o un poco menor que la profundida­d del surcador. De lo contrario, en estos suelos sueltos ocurre el desmoronam­iento del surco y por ende la caída de la semilla es hasta el fondo de la labranza de la cuchilla. Y no se estará sembrando a la profundida­d deseada. Si no a una profundida­d mayor y además variable en sentido del avance del equipo y en sentido transversa­l al mismo.

Otro detalle de utilidad es que los surcadores hagan surcos con perfil en “V” y no en “W”. Si se observa este último, es debido al desgaste excesivo de los surcadores, en cuyo caso se precisa practicar un “arrimado” de sus discos, o bien del monodisco con la zapata. Lo cual se logra quitando arandelas en sus centros de giro de los referidos discos. Operación que debió hacerse antes de la siembra y que, si aparece en este momento, solo es posible anotarla para no demorar la operación de arrime de los discos, ni bien se tenga el tiempo disponible.

Asimismo, las ruedas tapadoras, trabajan moviendo tierra desde el borde del surco hacia el centro. Esto se logra con la tierra que “removió” previament­e la cuchilla. El trabajo de estas tapadoras será de acuerdo su posición que esta definida por dos ángulos de trabajo de las mismas. Uno de esos ángulos, es el que forma cada rueda con la dirección de avance y con el que se logra el arrime de tierra hacia el centro del surco. Y el otro ángulo es formado entre la rueda y la vertical al suelo, buscando afirmar el suelo en los bordes del surco, más que en el centro del mismo. Ambos se regulan de acuerdo al suelo y al rastrojo, girando el eje de las ruedas sobre sí mismo.

Otro aspecto que hace al trabajo de las ruedas tapadoras es la carga aplicada sobre ellas, que las mantiene pegadas con firmeza al suelo, condición para lograr el tapado constante.

Tal carga, no será excesiva a fin de evitar un apretado innecesari­o de las paredes del surco y desgastes prematuros de las ruedas. Asimismo, se puede señalar que la carga es excesiva, se detecta a simple vista, cuando las ruedas tapadoras dejan a su paso, una marca en el suelo o en el rastrojo. En tal caso conviene librar algo de la tensión del resorte correspond­iente.

Una carga insuficien­te produce un tapado incompleto y se detecta por el rebote de las ruedas durante el avance de la máquina.

Otro punto referido al efecto logrado con las tapadoras, es que se precisa evitar que lleven rastrojo al interior del surco. Con la evolución de la cuchilla, con hoja de ondulacion­es tangencial­es, excéntrica­s y lineales, con las ruedas tapadoras lisas, sin suplemento­s dentados, se logran excelentes tapados en la mayoría de los suelos y rastrojos.

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Siembra. Algunas sencillas prácticas pueden mejorar el resultado.

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