Maíz de segunda, puntal del crecimiento
Desde la campaña 2012/13, el maíz pasó de ocupar 4 millones de hectáreas para producir 27 millones de toneladas a ocupar 6 millones de hectáreas y producir 48 millones de toneladas en la última campaña. De ese dato partió Sofía Gayo, analista del departamento de Investigación y Prospectiva Tecnológica de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, para analizar las tecnologías que hacen competitivo al maíz.
“Ha crecido el uso de insumos, procesos e información. Esa información es la que nos permite tomar mejores decisiones”, afirmó Gayo durante un panel en el Congreso de Maizar.
Uno de los principales cambios que se dieron en estos años es la introducción del maíz tardío, que en la última campaña representó un 45% del maíz sembrado y que permite una mejor adaptación a los años secos.
Otro cambio importante, fue el uso de tecnologías en las semillas que permitieron aumentar la producción en los lotes del norte del país. Pero advirtió que hay una luz de alerta: la mayoría de los productores incorporaron el uso de maíz Bt, pero no son muchos los que realizan refugio en sus lotes.
Respecto al uso de fertilizantes, aumentó desde la campaña 2016 y el maíz es destinatario del 31% de las aplicaciones, pero se repone solo el 64% de los nutrientes que se están extrayendo con el cereal.
Fernanda González San Juan, gerente de Fertilizar Asociación Civil, remarcó que no todo el maíz es fertilizado y que hay muchos lotes de maíz tardío o de maíz para silo que no se fertilizan. “Hay deficiencia en cuanto a la cantidad y a la diversidad de nutrientes utilizados. El manejo deficiente en el maíz de silo no es menor, teniendo en cuenta la gran inversión que implica hacerlo”, destacó. Las consecuencias de ese déficit es una evidente degradación de los suelos, que muestran pérdidas de materia orgánica, fósforo, potasio y zinc.