La terminación empieza desde la recría
Así lo consideró el técnico del INTA Aníbal Pordomingo durante un seminario del IPCVA en La Pampa.
“La terminación empieza desde la recría”, dijo Aníbal Pordomingo, coordinador nacional de Ganadería del INTA al hablar de una etapa clave del modelo ganadero en los campos pampeanos. Consideró que la relevancia de la recría con pasturas y campo natural, implica una oportunidad para el campo pampeano. Lo hizo esta semana durante un seminario del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna (Ipcva) en Santa Rosa, La Pampa.
“En LaPampa la ganadería es central. Es uno de los negocios más importantes. Por consecuencias directas (económicas) sin las indirectas, las ambientales. Esto es cada vez más relevante”, afirmó el técnico, y les dijo a los productores pampeanos que se deben imaginar como exportadores de carne: a otras provincias y al mercado externo. En La Pampa se consume solo el 5% de la carne que se produce. ”Nos tiene que preocupar el formato de esa exportación”, dijo al introducir el tema.
Luego, Pordomingo brindó claves a la hora de apuntar a la recría: en el terminado no se pueden recuperar los kilos que no se consiguieron en la recría, afirmó, y puso como ejemplo: “Es difícil conseguir 1,3 kilos (diarios) en la terminación cuando perdimos la oportunidad de hacer más desarrollo y kilos en la recría”.
“Estamos volviendo a producir en base a más pastos, aumentar las pasturas, más campo natural para la recría, lo cual es muy bueno, es extraordinario. La Pampa tiene una buena oportunidad para hacer mucha carne en recría”, dijo. “Hay mucho campo un tanto marginal para comprometerse en invernadas, pero que tiene una gran oportunidad para hacer recría”, dijo el técnico del INTA.
Se trata de campos que no logran los 800-900 gramos para una invernada, pero suficientes para una recría. “La recría como negocio debería intensificarse”, aseguró. Esto ayudaría a lograr un novillo más pesado y aprovechar mejor los recursos en las etapas de engorde. “Si nosotros queremos corregir en 60 o 90 días lo que no hicimos en un año, es más difícil, nos exige de terminaciones más largas, más diseñadas, con más costos, con expectativas de peso que a veces no ocurren”, dijo. Allí se estiran las invernadas y se escapan los costos.
“La conversión de alimento a peso vivo puede llegar a ser similar entre animales livianos y pesados”, dijo, y respaldó con estudios y casuística estas definiciones. Por eso dijo: “a veces vender esos animales cuando están en el pico de máximo de la eficiencia, es una pena”. Pordomingo también reconoció que eso lo define el mercado.
“La duración del período de alimentación tiene más efecto en la eficiencia de conversión que el peso inicial”, afirmó.
Además dijo que “animales jóvenes pueden tener una calidad de carne independiente del peso de faena”. También aseguró que “la ‘plasticidad’ de la terminación depende de la calidad de recría.” El novillo de 400 kilos, que puede llegar a 450 y que se escapa a los 500 sólo lo vamos a hacer si tiene una buena genética de base y si fue recriado ‘decentemente’ puede estar ‘gordo’ con 100 kilos más o 100 kilos menos”, dijo Pordomingo.
El profesional dijo que el tamaño de la carcaza no está vinculado a la terneza de la carne. “El animal liviano no asegura la carne tierna. Es un argumento comercial”, aseguró.
Apuntó que el enfriamiento, la temperatura postfaena está vinculada a la calidad y terneza de la carne, y advirtió que el animal “hecho a pasto” es más delicado que el animal de corral. “El pastoril sabe menos de stress, de camión, menos de presencia humana. Y tiene menso glucosa en circulación. Si queremos mantener la calidad del animal hecho a pasto tratémoslo mejor”, advirtió.