Una fertilización eficiente ayuda a explotar el potencial del cereal
Cantidad, momento y dosis son puntos que debe tener en cuenta el productor a la hora nutrir el cultivo.
El incremento en la producción de maíz conlleva a un aumento en la necesidad de nutrientes por parte del cultivo. Además, el continuo uso de los suelos bajo agricultura ha llevado, entre otras consecuencias, a un empobrecimiento desde el punto de vista nutricional, que hace necesaria la adición de nutrientes.
En este sentido, estudios realizados a nivel nacional y puntualmente en la región suroeste de Córdoba demuestran que es necesaria la aplicación de Nitrógeno (N), Fosforo (F), Azufre (S) y Zinc (Zn). Si bien hasta el momento se ha encontrado respuesta a la aplicación de estos nutrientes, se esta investigando sobre la necesidad de comenzar con aplicaciones de otros elementos como por ejemplo Boro (Bo).
Distintas investigaciones llevadas a cabo por la cátedra de Producción de Cereales en la región de Rio Cuarto, señalan que para lograr una fertilización eficiente no solo es necesario realizar la aplicación de los nutrientes mencionados anteriormente, sino que también toma importancia su aplicación de manera conjunta y balanceada.
En esta línea, por ejemplo, hemos encontrado que la aplicación de zinc mejora el factor parcial de producción, es decir los kg de maíz producidos por kg de nutriente aplicado, del nitrógeno y/o el fósforo. Otras experiencias de esta índole demuestran cómo la aplicación de azufre, mejora la eficiencia de uso del nitrógeno por parte de la planta.
Por otro lado, es necesario resaltar que, para lograr una fertilización eficiente, ya sea en maíces de primera, de segunda o tardíos, es fundamental la utilización de métodos de diagnósticos adecuados para cada nutriente y para cada región. Además, es imprescindible que se utilice la fuente de nutriente correcta, aplicada en el momento indicado y de la manera más adecuada.
En cuanto al diagnóstico para nutrientes como fósforo o zinc es fundamental el análisis de suelo para determinar su nivel y en base a los mismos determinar la necesidad de su aplicación. Además, debemos tener en cuenta la existencia de una interacción negativa entre ellos.
Esto hace que en caso de aplicar altas dosis de fósforo sea necesario aplicar zinc, más allá de que el nivel de zinc este por encima del umbral establecido para la región Pampeana (1 ppm).
En el caso del nitrógeno, es necesario seleccionar el modelo de diagnóstico que mejor se ajuste a cada región productiva, por ejemplo, para la región suroeste de Córdoba hemos desarrollado un modelo que contempla la variabilidad espacial de los lotes, lo que permite ajustar metro a metro la dosis de nitrógeno a aplicar permitiendo incrementar significativamente la eficiencia de uso de este nutriente y disminuir la posibilidad de contaminaciones.
Otro punto esencial para lograr una eficiente fertilización en maíz, es ajustar el momento de aplicación de acuerdo a la demanda del cultivo. Evitando colocar nutrientes en momentos en que el cultivo no lo necesita, quedando expuesto a perderse. Además del momento es crucial que la forma de aplicación sea la indicada.
Se resalta, además, la importancia de tener en cuenta la variabilidad a escala intra-lote que existe en algunas regiones productivas del país, ya que ajustar las dosis de acuerdo a esta variabilidad resulta de mucha importancia para lograr una fertilización eficiente.
Finalmente, no debe perderse de vista que la fertilización es una practica de manejo que interactúa con otras prácticas. En estudios resientes hemos encontrado que cuando se determina la dosis de nitrógeno considerando su interacción con la densidad de siembra, se logran aumentos significativos en la eficiencia de uso del nitrógeno, es decir más producción por unidad de insumo utilizado.
Nota de redacción: los autores son docentes e Investigadores de la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la Universidad Nacional de Río Cuarto.
Para el diagnóstico de fósforo o zinc en el suelo es primordial el análisis de suelo