Las bicheras siguen doliendo
El control químico continuará jugando un rol vital en el control de la mosca cochliomyia hominivorax.
El término miasis se define como la infestación de animales vivos (mayormente mamíferos) con larvas de dípteros. En la Argentina, el díptero productor de miasis de mayor importancia económica es la mosca de las bicheras o Cochliomyia hominivorax. "Las moscas adultas son inofensivas y se alimentan de carbohidratos y néctar de los vegetales, pero las hembras ponen sus huevos (“queresas”) sobre las heridas u orificios naturales y las larvas resultantes invaden los tejidos vivos alimentándose de ellos", explica el veterinario Oscar S. Anziani.
Según explica, las miasis comprometen seriamente el bienestar animal y tienen un marcado impacto sobre la salud y productividad de los animales ocasionando disminución en la producción de carne, leche o lana y en casos severos, mutilaciones y la muerte de los animales masivamente parasitados como resultado de infecciones secundarias y fenómenos de auto-toxicidad.
"En la producción bovina nacional, es considerado el insecto de mayor importancia económica y más del 95 % del stock vacuno se encuentra en áreas en las cuales este insecto es enzoótico. En la pampa húmeda, subhúmeda y en la región semiárida pampeana donde se encuentra el 70 % del rodeo bovino nacional, la presentación de C. hominivorax es estacional (primavera-otoño) pero en las áreas subtropicales del noreste y noroeste del país (aproximadamente 25 % de la población bovina) las miasis por este insecto son un problema sanitario durante todo el año", advierte.
El especialista explica que el tratamiento específico temprano evita la mortalidad, pero que igualmente las miasis pueden tener un impacto negativo sobre la productividad animal. Por ejemplo, estudios de INTA Leales (Tucumán) con bovinos de carne indican que las miasis pre-destete (como las producidas por la aplicación de caravanas) afectan significativamente la tasa de crecimiento y la ganancia de peso al destete. "Así mismo, en la cuenca lechera del centro de Argentina, los partos que se presentan entre los meses de noviembre a mayo crean condiciones favorables para la oviposición de C. hominivorax en la vulva traumatizada de las madres y en los ombligos de los terneros. En ausencia de tratamientos insecticidas profilácticos, hasta el 50 % de los terneros nacidos en estos meses pueden presentar miasis umbilicales y un número importante de éstos terminan desarrollando onfaloflebitis y artritis sépticas", añade.
"La distribución original de este insecto es Neotropical pero el exitoso programa de erradicación basado en la técnica del insecto estéril ha permitido que América del Norte y gran parte de América Central y el Caribe se encuentren actualmente libres de este díptero. En la Argentina, como en el resto de la región, el control se realiza exclusivamente sobre las fases larvales a través de la aplicación de insecticidas con actividad larvicida sobre los animales. En los sistemas de producción animal extensivos y por el futuro cercano, el control químico continuará jugando el mayor rol en el control", remarca.