Cuando la biotecnología y la genética van de la mano
Este año se lanza una nueva tecnología para controlar las principales plagas y malezas que afectan al cereal.
La pandemia del Coronavirus ha impactado sin dudas en las decisiones agronómicas de los productores. Es que desde que se profundizó la propagación del virus a nivel mundial, tuvo un impacto muy fuerte en los mercados mundiales de granos. Y el maíz no escapó a esta situación.
“La campaña comercial de maíz, como toda actividad, arrancó con mucha incertidumbre, casi que se inició al mismo tiempo que la pandemia del coronavirus. Y en el medio muchos cambios”, explicó Juan Lariguet, gerente de semillas de Corteva Agriscience.
Según consideró, hubo cambios drásticos en las proyecciones de los granos a nivel global, con caídas marcadas de precios en soja y maíz. En este último cultivo, estuvo traccionado por la baja del valor del petróleo en abril lo que empujó al etanol estadounidense, principal productor, arrastrando las cotizaciones.
Luego, siguió narrando, el petróleo repuntó y se volvió a precios estables y ahora, tras las últimas noticias del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) en la cual asegura que hay incertidumbre climática en Estados Unidos y en la cual un porcentaje importante de área de maíz pasará a soja, se proyecta otra vez una tendencia alcista para los precios del cereal y deja muy bien parada a la Argentina.
“Nuestra estimación interna obtenidos a través de estudios de mercados nos dan una superficie maicera estable en relación a la del año pasado, lo cual es muy positivo. La superficie de maíz y el uso de la tecnología vienen creciendo fuertemente en las últimas cuatro campañas porque los productores encuentran las variables necesaria para desarrollar un cultivo rentable y agronómicamente viable en varias partes del país”, sostuvo. “Si comparo el 2015, el nivel de rotación con gramíneas creció de forma impresionante y eso es positivo para la sustentabilidad el suelo”, agregó el directivo de la empresa.
En lo que venta de insumos se refiere, indicó que hay un adelantamiento en las decisiones por parte de los productores traicionado por la incertidumbre cambiaria que existe en el país.
En esta línea, para Lariguet la principal variable que buscan los productores a la hora de elegir un material de maíz es la estabilidad del rendimiento, que según manifestó, les permita atravesar los diferentes escenarios complejos que “el país plantea cada tanto”.
Y desde el punto de vista de la tecnología que acompaña a la semilla, sostuvo que "está muy clara la demanda creciente por solucionar problemas de malezas y de plagas en siembras tardías y norteñas".
En este sentido, el directivo de Corteva hizo hincapié en el lanzamiento en 2018 de la tecnología Power Core Enlist en maíz de Corteva. Y este año redoblan la apuesta y lanzarán al mercado Power Core Ultra Enlist, siendo Argentina el primer país donde se haga la presentación.
Será un volumen acotado para productores ligados a la marca pero en 2021 la tecnología estará disponible masivamente.
Esta desarrollo permite controlar las tres principales plagas del cultivo: Barrenador del tallo (Diatraea saccharalis) Gusano Cogollero (Spodoptera frugiperda) e Isoca de la espiga (Heliothis zea). Y otorga resistencia a la aplicación de los herbicidas Glifosato y Glufosinato de amonio “Lo que agrega es que ahora el productor puede jugar fuerte en siembras tardías y en las regiones del norte”, interpretó
Por último, Lariguet informó que esta innovación estará presente en dos híbridos de los semilleros Brevant y Pioneer.