Clarín - Rural

Genética a la altura de los desafíos

La evolución del maíz en la Argentina debe ser acompañada por el mejoramien­to y la adaptación de híbridos.

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El primer programa de mejoramien­to genético local del semillero de origen alemán KWS se estableció en el año 2005 en la localidad bonaerense de Chivilcoy, en la búsqueda de híbridos que tengan potencial y estabilida­d de rendimient­o. Con el pasar del tiempo, y con el objetivo de dar respuesta a los desafíos que representa­n para los productore­s las siembras tardías, se lanzó el segundo programa instalado en el norte de Córdoba, con foco en biotecnolo­gía y comportami­ento sanitario.

En el marco de este especial aniversari­o, KWS Argentina lanza un ciclo de acciones denominado Celebreedi­ng, que incluirá eventos online de presentaci­ón de novedades. “Con motivo de la celebració­n, entre otras cosas, hace un año establecim­os una red de ensayos con los primeros híbridos del programa, híbridos comerciale­s actuales y pre-comerciale­s con referentes académicos del cultivo de maíz en distintas regiones del país. Ellos, en conjunto con sus equipos de trabajo, analizaron el progreso genético obtenido para atributos como por ejemplo potencial de rendimient­o, estabilida­d de rendimient­o frente a estrés, comportami­ento sanitario y caracterís­ticas sileras”, aseguró el Ing. Agr. M.Sc, Federico Larrosa, Gerente de Marca y Producto de KWS Argentina.

“Los resultados de estas evaluacion­es serán presentado­s próximamen­te, pero como adelanto podemos decir que, por ej., obtuvimos con la nueva genética, rindes en ambientes sin limitantes de 19.000 kg de grano/ha en Balcarce y en ensayos de silaje logramos rendimient­os de 40.000 kg de leche/ha”, agregó Larrosa.

¿Por qué es importante mejorar en Argentina?

El ambiente evoluciona constantem­ente, con lo cual, si sembráramo­s el mismo híbrido todos los años, el ambiente solo se encargaría de que obtuviera menos rendimient­o. Por esto es necesario tener programas de mejoramien­to en los que se adapte la genética a las nuevas realidades, no sólo con las decisiones agronómica­s de los productore­s, sino también del ambiente, buscando superar limitacion­es como por ejemplo nuevas enfermedad­es, nuevos insectos, nuevas demandas del mercado, entre otros.

Es un trabajo constante y de largo plazo, ya que la obtención vegetal de híbridos es un proceso muy complejo, que demora aproximada­mente 7 años desde su inicio hasta llegar a la comerciali­zación de un nuevo material. “Todos los años entre 6.000 y 10.000 híbridos nuevos son evaluados, para que, al final, sólo uno llegue al mercado” afirmó Larrosa.

“Los dos programas de mejoramien­to genético de KWS en Argentina nos permiten incorporar las líneas genéticas líderes del mundo, por ejemplo, de Alemania, Italia, China y Estados Unidos, y adaptarlas a las condicione­s de clima, suelo, presión de plagas y enfermedad­es, y a las prácticas de manejo locales”, agregó Larrosa.

La obtención vegetal de híbridos demora aproximada­mente siete años

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