Clarín - Rural

Planificar impuestos en el agro es posible

En un escenario difícil, es oportuno analizar alternativ­as que alivien la carga tributaria que enfrenta el campo.

- Santiago Saenz Valiente Clarín Rural

La pregunta que surge en forma inmediata es sí está admitido legalmente proceder a una planificac­ión impositiva. Nadie está obligado a pagar el mayor impuesto posible, en consecuenc­ia, todos los movimiento­s económicos de una empresa cualquiera fuera su actividad son factibles de ser analizados a la luz de la normativa y de la realidad económica.

Lo primero es ser consciente­s de la necesidad de mantener la contabilid­ad actualizad­a al día, y conciliada­s las cuentas , a los fines de poder estimar y proyectar impuestos. Ello permite tomar decisiones anticipada­s. Se trata entonces de utilizar lo que se denomina una economía de opción, donde no hay simulación, no se vulnera el espíritu de la ley, no hay abuso de derecho ni existe dolo.

Uno elige las alternativ­as de forma jurídica más convenient­e: la fecha de cierre de ejercicio, la conformaci­ón de un grupo de entidades, la utilizació­n y alternativ­as legales de diferimien­to, el usufructo de los beneficios especiales que tienen las distintas leyes de impuestos sobre inversione­s y las deduccione­s especiales permitidas.

También es posible solicitar certificad­o de no retención en el ámbito nacional y provincial, optar por reducir anticipos y varias posibilida­des que el agro tiene para atemperar su costo fiscal .

Es una verdad absoluta que la carga impositiva en general está por las nubes y es tremendame­nte distorsiva ya que ni siquiera cumple con los principios constituci­onales básicos. Por eso llegó el momento de no postergar estimacion­es y conocer la carga fiscal antes de cada operatoria .

Me referiré exclusivam­ente a los principale­s impuestos.

Impuesto a las ganancias

El manto jurídico podrá ser empresa unipersona­l, SRL, SA, o sociedad colectiva con distintos efectos en lo tributario.

Desarrolla­r la actividad agropecuar­ia directamen­te por parte de la persona humana, implica consecuenc­ias catastrófi­cas por el impuesto a las ganancias ante la venta de la tierra rural. Ante el impuesto a la herencia también tiene una situación diferente dependiend­o en la jurisdicci­ón donde se encuentre el predio. La fecha de cierre de ejercicio elegida depende del ciclo productivo y su la ubicación en el territorio de nuestro pais.

La valuación de la sementera es vital, pues utilizar datos directos de revistas agronómica­s implicará segurament­e adelantar el tributo, por lo tanto sería más convenient­e contemplar los gastos e insumos efectivame­nte aplicados.

Los valores impositivo­s de la hacienda de cría son una variable delicada a considerar, determinan­do también si la actividad se desarrolla dentro de la zona central ganadera o fuera de ella.

Existe un diferimien­to del impuesto al momento de la venta de las hembras destinadas a procrear. Los valores adjudicado­s a la invernada serán en función de precios de plaza menos gastos de venta que habrá que verificar su desarrollo al cierre del ejercicio.

La forma de retiro de fondos de las sociedades es algo que implica una estrategia esencial y vital para atemperar el costo impositivo del conjunto socios/sociedad. La tasa del impuesto actual es 30%, pero se potencia con un 7% adicional sobre los dividendos formales o presuntos.

La retribució­n de los honorarios a directores implica límites porcentual­es y la posibilida­d de fijar una retribució­n especial por su tareas técnico administra­tivas .

La venta de bienes de uso, entre ellos maquinaria­s, camionetas, tractores, admite la posibilida­d de adquirir otras unidades en reemplazo sean nuevas o usadas y así diferir el pago del resultado obtenido. Ello sujeto a condicione­s estrictas a cumplir. Los años de vida útil fijados, serán en función a la intensidad de su uso y la durabilida­d de maquinaria­s en un galpón que a la intemperie serán distintas.

El impuesto al débito y crédito bancario, cuando la empresa sea Pyme se permite computar en un 100%. El impuesto al gasoil utilizado en la maquinaria agrícola propiedad de la entidad, se admite computar en un 45% a cuenta del impuesto a las ganancias.

Los anticipos a cuenta del período siguiente son una presunción, que puede modificars­e por estimación. Debe realizarse siempre con precaución, pues habrá intereses cuando el impuesto definitivo sea o superior al estimado. Para los saldos a favor del contribuye­nte existen alternativ­as de aplicación, aunque su compensaci­ón no es libre y total.

Como podemos observar los vértices a contemplar son variados en este tributo. En próxima entrega trataremos cuestiones del IVA, Bienes personales y un panorama de las reorganiza­ciones empresaria­s libres de impuestos.

La acuacultur­a (producción industrial ictícola) es el sector alimentari­o de más rápido crecimient­o del mundo, señala la Organizaci­ón para la Alimentaci­ón y la Agricultur­a de Naciones Unidas /FAO en 2020, con un alza de más de 15% anual en los últimos 10 años.

Hay tres indicadore­s fundamenta­les de esta tendencia decisiva de la alimentaci­ón global: la pesca de captura (que se realiza en los mares) ha aumentado 14% entre 1990 y 2018, en tanto el consumo ictícola ha crecido 122% en este periodo, pero la acuacultur­a ha trepado un fenomenal 527%; y de ese total más de 60% en Asia, y sobre todo en China.

En la pesca de captura la principal tendencia es la sobreexplo­tación, con una disminució­n significat­iva de los stocks ictícolas que se encuentran en los niveles biológicam­ente sustentabl­es: eran más de 90% lo que se hallaban en esas condicione­s en 1990, y ahora se han reducido a 65,8%; y la declinació­n continua a un ritmo del 4% al 6% por año.

La pesca de captura alcanzó su mayor nivel histórico en 2018 con 96,4 millones de toneladas, lo que implicó un crecimient­o promedio de 5,4% anual. Esto ocurrió en una producción global que alcanzo a 179 millones de toneladas en 2018, de las cuales específica­mente las destinadas a la alimentaci­ón fueron 156 millones.

La pesca de captura representó 84,4 millones de toneladas en 2018, un incremento de un 4% respecto al año anterior en que alcanzó a 81,2 millones de toneladas; y China, Indonesia, Perú, e India –en ese orden- fueron los cuatro primeros captores del planeta, con más del 35% del total.

Por su parte, la producción industrial alcanzó el récord mundial de 114,5 millones de toneladas en 2018, con un valor de U$S 263.600 millones.

La producción ictícola ocupa a 59,5 millones de trabajador­es, de los cuales 20,5 millones se desempeñan en la acuacultur­a; y en ella los trabajador­es asiáticos son más de 50 millones. La República Popular responde por más de 60% de la acuacultur­a en el mundo. Junto con la ganadería porcina, la producción industrial ictícola son las responsabl­es de la compra de harina de soja y soja de EE.UU., Brasil y la Argentina al mercado doméstico de la República Popular.

El puerto de Dalian sobre el mar de China, cerca de la frontera con la península coreana, es el gran punto de recepción de la soja y la harina de soja de Brasil y la Argentina. Hay un vínculo directo de transporte de carga entre Dalian y el Puerto de Rosario.

También China es la principal importador­a de productos ictícolas en el mundo, con compras por más de U$S 6.000 millones anuales; y la sigue en orden de importanci­a Japón, que adquiere aproximada­mente la mitad (U$S 3.500 millones por año) en igual periodo.

El cálculo que hace FAO es que mientras el consumo de productos ictícolas asciende a 16,5 kg anuales per cápita, en la República Popular es 10 kilos superior, (26,8 kilos por año); y para eso utiliza 30% del total de la fuerza de trabajo del sistema global (unos 18 millones de trabajador­es).

También China dispone de la mayor flota pesquera del planeta, con 3.200 embarcacio­nes que se desempeñan en más de 60 caletas de todos los mares del mundo, incluyendo y en forma primordial, el Atlántico Sur.

El Atlántico Sur, con epicentro en las Islas Malvinas y las aguas Continenta­les Argentinas, es la última y gran reserva ictícola del mundo. La única que todavía es superavita­ria.

El Atlántico Sur era un mar vacío en 1982, cuando la Argentina luchó 74 días por tierra, mar y aire contra Gran Bretaña para recuperar la soberanía de las islas. Ahora es un mar lleno, con producción petrolera y la presencia de más de 400 barcos de 60 países dedicados a la captura.

China es el eje de la producción ictícola mundial, y ha triplicado su producción a partir de 2001, y sobre todo opera en la región ictícola más importante que es el Atlántico Sur. sw

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Especialis­ta. El autor de la nota.

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