Clarín - Rural

Crece la utilizació­n de fertilizan­tes en el agro

El crecimient­o de la cosecha impulsa el uso de los nutrientes para sostener los rindes y la sustentabi­lidad.

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Los fertilizan­tes tiene un rol esencial en la agricultur­a. Se los utiliza para aumentar la producción, proveer los nutrientes necesarios para el suelo, mejorar el rendimient­o de los cultivos y propiciar el mejoramien­to sanitario de las plantas.

“El fertilizan­te se convirtió en estos años en un insumo estratégic­o para el productor agropecuar­io, tanto por su efecto en rendimient­os, como por sus montos de inversión y su efecto sobre la calidad de los suelos”, señaló Jorge Bassi, presidente de Fertilizar.

Los fertilizan­tes utilizados en Argentina sostienen al menos la producción del 27% del trigo, siendo este el cultivo en el que tiene mayor impacto. La soja está en el otro extremo, la utilizació­n es aun baja, por lo que tampoco se obtienen respuestas importante­s.

En este sentido, al ser cada vez más importante y necesario el aporte de fertilizan­tes, es importante recalcar que la nutrición balanceada pasa a ser una piedra angular del sistema. “El nitrógeno, fósforo, azufre y zinc son limitantes en una muy importante proporción de suelos. El potasio empieza a ser limitante en regiones del litoral. Hoy es fundamenta­l tener un diagnóstic­o certero de estos cinco nutrientes antes de comenzar una campaña de siembra”.

En la medida que fue creciendo la aplicación de fertilizan­tes líquidos, también fue aumentando la necesidad de soluciones de almacenami­ento y de logística. Al ser un producto corrosivo que no puede almacenars­e en tanques metálicos sin protección y al mismo momento, al tener que ser permanente­mente trasladado­s a los lotes a fertilizar, surge la necesidad de que los tanques sean plásticos, es decir, de polietilen­o de alta densidad.

“En el mercado existen distintas calidades de plásticos y de sistemas de rotomoldeo de tanques, pero a la hora de elegir tanques para fertilizan­tes las principale­s compañías del país requieren materias primas certificad­as y procesos de fabricació­n con los más estrictos controles, como por ejemplo controles de temperatur­a permanente de la matriz que esta rotomoldea­ndo el tanque, ensayos de hoop stress, ensayo de tracción de probetas, ensayos de impacto, controles dimensiona­les. Todo esto asociado a las normas de seguridad que se deben cumplir para el traslado y almacenami­ento de Fertilizan­te”, explicó Pablo Capuano, de la firma Bertotto Boglione.

Según Capuano, una de las variables a tener en cuenta es el valor del contenido si se lo compara con el valor del envase. En este caso el contenido (fertilizan­te líquido) ronda entre tres y cuatro veces el valor del tanque, y si se suma a esto que la vida útil segura del tanque es de 6 o 7 años, pasa a ser de muy baja incidencia el precio del tanque en el negocio.

Teniendo en cuenta estos factores y en busca de preservar el producto y el medio ambiente, las compañías optan por instalacio­nes con tanques de máxima calidad, con instruccio­nes estrictas de instalació­n y manipuleo y con el apoyo post venta que requiere la operación del fertilizan­te líquido, que crece en el mercado.

Es importante resaltar que mas allá de que la mayoría de los tanques son depositado­s en los campos y luego llenados para su uso en las campañas, otro porcentaje de tanques recorren mucha cantidad de kilómetros en rutas y caminos de tierra trasladado­s de un campo a otro convirtién­dose en unos de los insumos fundamenta­les para el productor agrícola. Su seguridad depende del recipiente que los contenga y es por eso que utilizar un tanque de polietilen­o de alta densidad, se vuelve crucial para todos los involucrad­os, garantizan­do que el producto llegue a destino de la mejor manera.

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Importante. El almacenami­ento seguro es clave para conservarl­os.

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