Clarín - Rural

Soja y ganadería en el norte

- Héctor A. Huergo

ganadería de baja productivi­dad.

Pero había más cosas para contar. Por ejemplo, que ese desplazami­ento fue también hacia el NEA y el NOA, donde se gestó otra epopeya. La Argentina sostuvo su stock ganadero gracias al desarrollo de la cría en esas regiones, con el crecimient­o del Braford y el Brangus. Y también la recría y el engorde a corral.

Este proceso tuvo lugar en simultáneo con la expansión agrícola en esa misma nueva frontera agropecuar­ia. El crecimient­o de la soja en esos ecosistema­s con menos homeostási­s que el pampahúmed­o era fundamenta­l la rotación con gramíneas, fundamenta­lmente el maíz y el sorgo. La avalancha de eventos para control de insectos y tolerancia a glifosato ayudó muchísimo al ingreso del maíz.

La llegada de las megatérmic­as implicó también un gran salto de productivi­dad en la producción de forrajes, habilitand­o nuevas rotaciones en un círculo virtuoso. Con el atributo adicional de la escala, con explotacio­nes que supieron crecer con habilidad y potencia.

En este proceso, se tropezaba con una dificultad muy grande: la distancia a los puertos de embarque. Sin suficiente infraestru­ctura ferroviari­a, dependiend­o por demás del camión, el maíz era una quimera. Se hacía por la rotación. Pero como hecho contra-fáctico, aparecía la oportunida­d del feedlot.

Hace más de cuarenta años, visité a Luis Marcelo Torino en su finca de Rosario de Lerma. Ya tenía un feedlot y no le aflojaría hasta hoy. Ahora también hace cría con las vacas encerradas.

En los 90, un gran empresario y banquero también vio la oportunida­d. Era Jorge Brito, presidente del Banco Macro, quien instaló el primer gran feedlot de la Argentina en Joaquín V. González, en el este de Salta. Produce todo su alimento, con 1400 hectáreas de maíz bajo riego. Hoy tiene capacidad para casi 100.000 cabezas y sigue en expansión. Horizontal y verticalme­nte: tiene frigorífic­o propio en Pichanal y distribuye su propia carne. Cuenta con una marca que posiciona como premium en varias carnicería­s en zonas de alto poder adquisitiv­o. También exporta y tiene 300 toneladas de cuota

Hilton. Es una poderosa fuente de empleo en una región que lo necesita.

Y no está solo. Esta semana el IPCVA realizó una de sus clásicas jornadas desde Tartagal, mostrando lo que es el desarrollo de Desdelsur. La empresa que lidera José Macera es muy conocida por su actividad en legumbres y maní. Pero tiene un feedlot de 60.000 cabezas. Compran terneros de muy bajo peso (80 a 100 kg), los recrían y los terminan en los 400. Un hecho notable: la responsabl­e del feedlot es una muy joven veterinari­a, Alana Benincasa, quien explicó los detalles del manejo. La recría se hace sobre megatérmic­as y la terminació­n a corral. Un patio de comida con cientos de silobolsas de maíz.

En Las Lajitas, también en el este de Salta, hay muchos otros que también le sumaron la ganadería de corte moderno a los avances agrícolas. Los Fortuny, por ejemplo, que mandan sus terneros a hotelería a un feedlot en Santiago del Estero.

Esto es crear valor, empleo, desarrollo local. Entre Desdelsur y Rio Juramento ocupan más de mil trabajador­es, en una zona donde generar trabajo competitiv­o parecía misión imposible. Lo hicieron.

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