La importancia de inocular para el nivel de proteínas
La tecnología es central para mejorar la fijación biológica del nitrógeno en el cultivo. El rol de la fertilización, otra clave.
El nitrógeno (N) es uno de los principales nutrientes indispensables para el crecimiento de las plantas. Se requieren alrededor de 80 kilos de nitrógeno para producir una tonelada de soja. Es uno de los cultivos con mayor demanda de nitrógeno, debido a la alta producción de proteínas y aceites en relación con otros cultivos. Para dar respuesta a esta necesidad, la ciencia y la industria desarrollaron la tecnología de inoculación que se constituye como la forma más eficiente para garantizar la provisión del nitrógeno que el cultivo requiere para la formación de proteínas y ácidos nucleicos.
A la par de la inoculación, Salvagiotti, investigador del INTA Oliveros en Santa Fe, recomienda realizar una fertilización con otros nutrientes que no sean nitrógeno (por ejemplo, fósforo, azufre y micronutrientes) para lograr una nutrición balanceada del cultivo.
“Son prácticas complementarias que le permiten a la planta generar los nódulos primarios, que luego promueven el desarrollo de biomasa e incrementan rendimientos en la etapa final del cultivo”, observó Salvagiotti. La formación de tres o cuatro nódulos bien definidos en el tallo principal de la planta garantiza un adecuado proceso de FBN.
En este sentido, Matías Gorski, responsable de la línea de inoculantes de Rizobacter, destacó que, gracias a diferentes sustancias y mecanismos, las bacterias del inoculante toman los nutrientes que las plantas no pueden aprovechar directamente y los liberan al medio en forma asimilable. Respecto de la fertilización, Salvagiotti recomendó analizar el estado nutricional de los lotes con el objetivo de identificar las deficiencias y reponer los nutrientes necesarios.
Fernando Sánchez, responsable de la línea de fertilizantes de Rizobacter, remarcó la aparición de tecnologías de nutrición de cultivos innovadoras. Dentro de su línea, destaca a Microstar CMB, es un fertilizante microgranulado de rápida disolución que, además de macronutrientes, aporta cobalto, molibdeno y boro. Son micronutrientes esenciales que mejoran la FBN y la fijación de granos y resultan de muy difícil dosificación