La agroindustria, entre dos de cal y una de arena
A. Fernández dijo que enviará al Congreso el proyecto que fomenta al sector mientras hubo bloqueo a dos empresas
“Vamos a promover la inversión agroindustrial, con incentivos impositivos y previsibilidad para estimular al sector, generando más empleo y valor agregado”. Fue una de las pocas menciones sobre el campo que tuvo Alberto Fernández en el discurso de apertura de sesiones ordinarias del Congreso Nacional el lunes. Pero trajo mucha ilusión a un sector del agro que viene trabajando en un proyecto de ley para impulsar las agroexportaciones y el empleo.
“Nos complace escuchar que nuestro proyecto de crecimiento agroindustrial sea parte de la agenda de Gobierno”, había dicho José Martins, presidente de la Bolsa de Cereales de
Buenos Aires y vocero del Consejo Agroindustrial Argentino luego de escuchar el discurso del primer mandatario.
“El discurso del Presidente vino a confirmar que la cantidad de reuniones discutiendo posibles medidas, no han sido en vano. Ahora resta esperar que el proyecto de ley sea enviado cuanto antes al Congreso y que tenga un rápido tratamiento y aprobación que nos permitan capturar las oportunidades de crecimiento que nos brinda el mundo”, había agregado.
Según contó Martins a este viernes, el proyecto está encaminado y esperan que se presente en los próximos días. De todas maneras, sostuvo que todavía queda pendiente “ajustar” los incentivos fiscales para la compra de semillas y fertilizantes y para la ganadería. En este línea, desde el sector del agro plantean a que sean a 10 años pero desde el Gobierno quieren que sea por 5 años y que finalizado la extensión se revise.
El mismo ministro de Economía, Martín Guzmán, lo presentará en el
Congreso y desde el sector agroindustrial quieren que sea cuanto antes teniendo en cuenta que es un año electoral.
Las dos de cal vienen por el lado laboral ligado a dos empresas. Una fue el frigorífico Arrebeef, que el viernes pasado, en medio de una disputa sindical, Hugo Borrel (p), el presidente del frigorífico, anunció que iban a cerrar la empresa, que este año cumplía 100 años y trabajan 1.200 empleados, cansado de las internas sindicales.
Algunos trabajadores apuntaron hacia el Sindicato de la Carne en la zona norte, conducido por Luis Pérez, a quien acusan de ser cómplice junto a la empresa por los sueldos bajos que denuncian que perciben en relación a otras compañía. En este sentido, un grupo de empleados tomó el sindicato el miércoles y todavía continúan dentro del lugar y otro bloquea el frigorífico, según las últimas noticias al cierre de esta edición.
El otro problema se dio en Udaondo, pequeña localidad de Buenos Aires, en la cual trabajadores, que responden al gremio de la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (Atilra), bloquearon el acceso a la empresa láctea Mayol por varios días.
La empresa es una pyme fundada en 1936 y ante este contexto, los dueños manejaban la opción de cerrar la fábrica. Pero tras la protesta de todo un pueblo el jueves último, se dictó la conciliación obligatoria y la empresa volvió a operar pero desde la compañía advirtieron que tuvieron que tirar 10.000 litros de leche.
El ninguneo al campo en el discurso del presidente Alberto Fernández al inaugurar el período de sesiones del Congreso enervó a la dirigencia ruralista. Con justa razón, porque si esto no estalló en mil pedazos fue porque los chacrers hicieron de cuenta que el kirchnerismo ya no es lo que era y siguieron huyendo hacia adelante. La consecuencia es que los dólares siguen fluyendo: 4 mil millones en los dos primeros meses del año. Bastante más que en 2020.
Esto es consecuencia de dos cosas. Primero, el ingreso de divisas venía medio atrasado por los paros de camioneros. Segundo, por la sensible mejora de los precios internacionales. Vale la pena detenerse en este punto, porque ya se sabe que los árboles no llegan hasta el cielo. En el