Expoagro, con nueva plataforma
El martes se pone en marcha la nueva iniciativa. Además, durante la semana habrá 3 webinars.
Bajo el slogan “Unite a la Gran Comunidad del Agro”, el 9 de marzo se presenta la nueva plataforma Expoagro Digital YPF Agro, una red para estar conectados todo el año. La nueva plataforma nace con el objetivo de brindar información, herramientas y las conexiones comerciales necesarias para la toma de mejores decisiones en los negocios de la agroindustria.
Al respecto, Diego Abdo, gerente de Comunicación de Expoagro, resaltó: “No es una exposición, asumimos el desafío de estar presentes todo el año para que cualquier integrante de la cadena de valor del agro ingrese cuando lo necesite”, y explicó: “Se trata de una plataforma digital con una nueva identidad que combina noticias, novedades, innovación y capacitación junto a todas las virtudes de una red social, con su posibilidad de intercambiar información y conocimiento”.
Atendiendo a las necesidades del agro de estar cada vez más conectados y comunicados, la plataforma tuvo un refresh. Al loguearse (por única vez) e ingresar a la plataforma, los usuarios encontrarán nuevos servicios: el Feed central, un espacio para postear, comentar y reaccionar, como ocurre en cualquier red social, que conectará a las empresas miembros de la plataforma con sus clientes o potenciales clientes a través de la publicación de novedades.
La plataforma cuenta con la sección Ofertas en la cual se difunden promociones de insumos, maquinaria y servicios para la agroindustria. Asimismo, en el botón Empresas se puede acceder a una amplia guía de compañías organizadas según el rubro. Cada empresa dispone de un micrositio en el cual exhibe su portfolio de productos y servicios, y los datos de contacto para comunicarse con un representante comercial.
En línea, con el objetivo de brindar información útil y necesaria, los usuarios tendrán la posibilidad de acceder a Indicadores Agro con datos actualizados sobre pronóstico del clima, cotizaciones de granos, remates, valor de animales en pie e indicadores económicos; artículos técnicos para informarse y formarse; una Agenda con los principales eventos
Todos los países del Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay) comparten dos rasgos estructurales: la mayor parte de sus exportaciones son agroalimentarias (en el caso de la Argentina ascendieron a 70% del total en el último trimestre de 2020); y su principal mercado es la República Popular China, la segunda economía del mundo después de Estados Unidos.
Esto obliga a definir al Mercosur ante todo en términos globales, dejando en un segundo lugar como accesorios y no fundamentales, los aspectos de relacionamiento interno, meramente regionales. Siempre se juzga por lo esencial, no por lo accesorio.
En este sentido –Brasil y la Argentina en primer lugar-, el Mercosur se ha transformado en la principal plataforma de producción de proteínas en el mundo del siglo XXI, por encima de Estados Unidos y muy lejos de la Unión Europea (UE).
La relevancia de una región o de un país es por lo que aporta a la cadena global de valor; y lo que define al Mercosur son sus fortalezas y no sus debilidades.
Por eso la región tiene un vínculo privilegiado, de carácter estructural, con la República Popular, que es el eje de la demanda global de agroalimentos; y esto ocurre en el momento en que China experimenta un boom de consumo de más de U$S 7 billones en 2021, que deja a Estados Unidos por primera vez en la historia del capitalismo en un segundo lugar.
Para China, el vinculo con Brasil y la Argentina, y en general el Mercosur, es un elemento fundamental de su seguridad alimentaria, que es la necesidad de abastecer a 1.440 millones de habitantes que disponen de un ingreso per cápita de U$S 10.000 anuales que se duplica cada de 8 a 10 años.
Brasil provee a la República Popular
de más de 70% de la soja que importa (superaron los 100 millones de toneladas en 2020); y se ha convertido además en el principal productor de agroalimentos del mundo, lo que significa que Estados Unidos ha dejado de serlo por primera vez en la historia agrícola.
Según FAO-OCDE, Brasil está en condiciones de aumentar más de 40% su producción agroalimentaria en los próximos 10 años, lo que llevaría su superávit alimentario de U$S 35.000 anuales a más de U$S 50.000 por año en ese periodo.
El fenomenal superávit alimentario brasileño es la base estructural de su superávit comercial que ha ascendido a más de U$S 60.000 millones por año en la última década, que es lo que le permite a Brasil crecer 3,5% anual en 2021, lo que a su vez arrastra el crecimiento de la economía argentina: por cada punto que se expande la economía brasileña, el PBI argentino se eleva 0,25%.
La Argentina, con 45 millones de habitantes, está en condiciones de alimentar en forma actual o potencial a más de 600 millones de personas de la población del planeta.
La producción agroalimentaria argentina disputa a Estados Unidos el primer lugar en lo que hace a la capacidad innovadora y de productividad del sistema alimentario; y con epicentro en Rosario, centrado en Bioceres, se encuentra uno de los puntos máximos de la frontera de la biotecnología mundial.
Responde a la lógica de las cosas el siguiente dato estratégico: China tiene ya acuerdo de libre comercio con Chile y Perú –el primero y segundo productor de cobre en el mundo-; y ahora la demanda china arrastra el precio del cobre en el mercado mundial, y lo lleva a U$S 10.000 tonelada, o más, récord histórico absoluto.
La República Popular le ha ofrecido al Mercosur hace tres años el establecimiento de un acuerdo de libre comercio con la región, lo que en el contexto mundial actual se transforma en una propuesta de sentido común, acorde a la época y a la realidad de las cosas.
El acuerdo China-Mercosur implica ante todo el arribo de una masa de inversiones de la República Popular en las cadenas agroalimentarias de los cuatro países de la región, así como en la infraestructura necesaria para su pleno despliegue.
Esto equivale a decir que se cubre el tramo “potencial” de la conversión de la región en la principal plataforma proteínica del siglo XXI, vinculada en forma directa al eje de la demanda mundial agroalimentaria, que es China.
Los tratados internacionales de libre comercio siguen la línea que le ofrecen las ventajas comparativas de sus integrantes. Es la versión moderna, propia del siglo XXI, de la realización del destino. Es una tarea importante la que tiene ante sí el Mercosur al cumplirse el 30 aniversario de su creación.