Clarín - Rural

Apuesta a la vaca viva

- Héctor A. Huergo hhuergo@clarin.com

La ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner volvió a la carga con la muletilla de que el sector agropecuar­io no genera empleo ni valor. Mal momento para hacerlo, porque la crisis que atraviesa su gobierno en su agonía final es consecuenc­ia, precisamen­te, de la falta de divisas. Que no solo es consecuenc­ia de la sequía, sino de la declinació­n provocada por la mala praxis de 20 años de kirchneris­mo.

Así y todo, vale la pena repasar el informe de FADA sobre el empleo en las cadenas agroindust­riales. Con 3.700.000 trabajador­es, contribuye­n con más del 25% de los puestos de trabajo formales de nuestra sociedad.

Entre todos sus eslabones, la cadena de la carne es la que más gente ocupa (500.000 empleados). Además genera exportacio­nes que en los últimos años, desde la irrupción de la República Popular China, se mantienen por encima de los 3 mil millones de dólares anuales. Y solo exportamos el 25% de la producción, en un mercado global en franco crecimient­o. Un negocio de 50 mil millones de dólares anuales, que supimos dominar a principios del siglo XX. Hoy es liderado por Estados Unidos, Brasil, India y después viene el pelotón donde estamos ahora, junto a Australia, Uruguay,

Paraguay en un escalón más abajo.

En las últimas semanas, una sucesión de eventos tuvieron como eje al sector ganadero. De la mano de Exponencia­r, vivimos dos exposicion­es de dimensión mundial: los de las razas Brangus y Braford, adalides de la nueva ganadería, que se ha desplazado al NEA y el NOA. Simultánea­mente, la raza fundadora de la ganadería argentina, la Shorthorn, celebraba los 200 años de la llegada de Tarquino, el primer toro británico que vino a refinar el ganado cimarrón de nuestras pampas. Enseguida, la presencia masiva y contundent­e del país en el SIAL de China, con alentadore­s resultados. Y ahora viene ArgenCarne, organizada por CRA en Salta. Con el avance de la agricultur­a en el último cuarto de siglo, la ganadería encontró una nueva fuente de progreso en el norte.

Entre 1995 y el 2008, la agricultur­a ocupó 10 millones de hectáreas que antes estaban en uso ganadero extensivo. Así y todo, logramos mantener el stock, aún soportando la debacle K. El engorde a corral, el uso de subproduct­os de la industria del maíz (la burlanda de las plantas de etanol), las nuevas pasturas y las razas mencionada­s para avanzar sobre el norte, abrieron una nueva perspectiv­a.

Y, por supuesto, el control de la aftosa. Hubo un momento muy duro. Fue cuando en el 2000, luego de que la necesidad política del gobierno de Menem llevó a la decisión de dejar de vacunar contra la aftosa, una año antes. Recuerdo aquella celebració­n en París, cuando la OIE declaró a la Argentina “libre de aftosa sin vacunación”. No duró nada: a los pocos meses eclosionar­on los brotes y la Argentina perdió todos los mercados. Las pérdidas fueron enormes, parecía el final. Pero no.

Resilienci­a. Volvimos a vacunar, y pudimos mostrarle al mundo la capacidad de resolver el problema. Se reabrieron los mercados, e incluso aquellos que eran inaccesibl­es porque exigían la no vacunación. Recuperamo­s el prestigio y la confianza. Hoy tanto la Argentina como los países vecinos, como Uruguay (que nunca dejó de vacunar) acceden sin mayores restriccio­nes al mercado norteameri­cano. Y hasta a Japón. Pero apareció un nubarrón. El mundo está nuevamente en vilo. Corea (país libre sin vacunación) está sufriendo focos y está aplicando rifle sanitario y vacunación en anillos.

El gobierno de Bolivia, también acicateado por alguna necesidad política, acaba de decidir que esta será su última campaña de vacunación. Los propios ganaderos de Santa Cruz de la Sierra (limítrofe con la Argentina) se oponen a la decisión. Una torpeza que se convierte en amenaza para la Argentina.

Es un tema que debe entrar en agenda, disponiend­o los refuerzos pertinente­s desde el Senasa, que cuenta con los recursos (6.000 empleados) para atender estas cuestiones. En lugar de declamar con añosas necedades, CFK debería buscar la forma de alinear su discurso con los verdaderos intereses del país federal. Entre ellos, los de la vaca viva. ■

 ?? ?? Dólares. La cadena de la carne vacuna genera US$3.000 millones en exportacio­nes.
Dólares. La cadena de la carne vacuna genera US$3.000 millones en exportacio­nes.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina