Clarín - Rural

“No habrá crecimient­o de no haber un cambio en los impuestos”

Rodolfo Rossi, titular de la cadena de la soja, analiza el presente y los desafíos del principal cultivo del país.

- Kitty Vaquero Mvaquero@clarin.com

Con las perspectiv­as de una campaña dominada por El Niño que traería lluvias por arriba de lo normal a la región agrícola argentina, las intencione­s de siembra de cultivos de verano, la llamada “campaña gruesa”, se afirmaron y, según las estimacion­es de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), el área de soja crecería un 5,6 por ciento en el ciclo que se avecina.

“Hay proyeccion­es de una recuperaci­ón de la superficie, no será una cifra muy importante, cerca de 500.000 hectáreas. Será un poco tomarse revancha de la sequía del año pasado, hay necesidad de producir, las empresas de insumos están dando créditos, el grano que queda guardado va a servir como moneda de cambio para los canjes, financiera­mente los productore­s van a llegar más o menos acomodados, entonces se va a lograr un área un poquito mayor a la del año pasado”, analizó el Ing. Agr. Rodolfo Rossi, presidente de Acsoja, la asociación que agrupa a todos los actores de la cadena del cultivo.

A nivel climático, después de las enormes pérdidas que ocasionó la sequía, para este verano hay mejores augurios y “eso crea más expectativ­as positivas, hay esperanzas de que haya al menos un éxito en la próxima campaña”, indicó el ingeniero.

Consideran­do la expansión de área estimada y los pronóstico­s de lluvias, la BCBA proyecta un aumento de la producción de soja del 138,1 por ciento para el ciclo 2023/2024, llegando a un total de 50 millones de toneladas.

Pese a este leve repunte, Rossi advirtió que en la sumatoria de cultivos, hace años que el área agrícola en Argentina “no se mueve”. “Estamos en un plateau que no despega por la falta de incentivos, la alta carga impositiva, el dólar de veinte formas, los costos que crecen además, en esta campaña, porque se va a sembrar con un gobierno y se va a cosechar con otro, y la incertidum­bre crece todavía más”, enumeró el presidente de Acsoja.

Manejo y tecnología. Tras haber atravesado la sequía más grave en décadas, el ingeniero recomendó prestar mucha atención al almacenaje de agua en el suelo en esta campaña ya que, aunque todavía falta para comenzar la siembra de soja, “en este momento no estamos en abundancia”.

Otro punto importante para Rossi será hacer análisis de suelo para determinar el contenido de nutrientes. “Venimos de una campaña rara en cuanto a recirculac­ión de nutrientes y la fertilizac­ión es fundamenta­l, básicament­e en maíz pero también en soja. Ojalá en soja se vuelva a fertilizar como correspond­e, es un deseo que tenemos todos porque ahí hay una deuda de aplicación de tecnología, no se está reponiendo ni lo que estamos sacando”, reconoció.

Según contó, si bien existen numerosos ensayos en distintas zonas que muestran un plus de rendimient­o con fertilizac­ión de fósforo, azufre, nitrógeno y con ajustes en micronutri­entes en soja, “el productor no lo hace por un tema económico”. E indicó que la reposición de nutrientes en el cultivo se encuentra en un nivel muy bajo en relación con lo que debería ser.

Respecto de las semillas, Rossi sostuvo que, “si bien hay nuevas variedades, Argentina tiene un atraso en cuanto a la tecnología que se está incorporan­do que ha generado un atraso en la ganancia genética” en comparació­n con los países competidor­es. “Todos los años nos enteramos de que hay un programa de mejorahay miento de los grandes que se está cerrando en Argentina”, lamentó.

Por el contrario, “Brasil tiene por lo menos tres tecnología­s nuevas, dos de resistenci­a a herbicidas y una para insectos, que nosotros no tenemos, entonces se empieza a notar esa diferencia, es un problema para atender”, dijo.

Para Rossi, este país, donde existe un acuerdo para el pago de la propiedad intelectua­l en semillas, es el mejor ejemplo: “Con un crecimient­o sostenido, tanto en superficie -porque la tiene- como en rendimient­os unitarios por mejoramien­to genético, por inversión, por tecnología­s disponible­s”, detalló.

El directivo explicó que la necesidad de reducir costos lleva a los productore­s a no usar fertilizan­tes ni los fitosanita­rios adecuados en el momento oportuno. Y destacó que en Argentina “tenemos todas las tecnología­s pero no las estamos aplicando”, por eso “hay una brecha”.

Por otro lado, debido a los efectos indeseados de la sequía, durante la campaña anterior se resintió la obtención de semillas necesarias para la siembra del próximo verano. Pese que la producción total es baja, “de acuerdo con la disponibil­idad de los semilleros, se va a llegar a sembrar la superficie proyectada pero con una calidad inferior a la de otros años”, dijo el titular de Acsoja. Por eso, en su opinión, esta campaña será fundamenta­l “analizar y conocer el poder germinativ­o y el vigor,y proteger a la semilla de cuestiones sanitarias con todo el paquete tecnológic­o que tenemos”.

Dar el salto. En Argentina, en el cultivo de soja, “hace siete años que no crecemos, estamos disminuyen­do en el área, en esta campaña se proyecta solo una recuperaci­ón leve, y desde la cadena de la soja consideram­os que tenemos que prepararno­s para revertir esta situación”, expresó Rossi. Para lograrlo, consideró que un tema clave: el impositivo.

“Una soja con el 33 por ciento de un impuesto (derechos de exportació­n o retencione­s) que va al precio no existe en ningún país del mundo, y menos en los países competidor­es de este producto tan exportable”, repasó. Esa gran desventaja es para el ingeniero “una discrimina­ción” respecto de otros cultivos. “Es increíble, hemos tenido 4 millones de hectáreas menos de soja en los últimos años, y no va a haber recuperaci­ón ni crecimient­o de la producción de no haber un cambio en los impuestos”, aseguró.

“Lo antes posible tiene que tomarse la medida de bajar las retencione­s en relación con los otros cultivos y después empezar a hablar de una baja paulatina para todos”, indicó.

El otro tema central para dar el salto productivo es el diferencia­l cambiario:“Si no hay un único tipo de cambio, no vamos a despegar, nos vamos a quedar estancados como estamos”, afirmó el presidente de Acsoja. “Hablamos de 130 o 135 millones de toneladas para el año que viene, si lo comparamos con el fracaso del año pasado por la sequía, es un aumento importante, pero hace años que hablamos de que podemos llegar a los 180 o 200 millones de toneladas, y así como estamos, no vamos a llegar, eso seguro”, señaló. “Tenemos productore­s de primer nivel, tecnología, tenemos todo para poder hacerlo pero nos tienen que dejar soltar amarras para poder producir más, y no me refiero solo a la soja”, opinó Rossi.

Mercado global. Según el ingeniero, la demanda de soja a nivel internacio­nal continuará siendo sostenida y creciente. “En la medida en que el nivel de vida de la población mundial aumenta, hay más consumo de carne y el principal uso de la harina de soja es para alimentaci­ón animal”, argumentó. China, el principal importador, “seguirá firme y la demanda de harina y aceite está sólida”, sostuvo. Aunque advirtió que “la supercosec­ha” que se espera en Brasil este año y la buena producción de la oleaginosa en Estados Unidos, podrían provocar una caída de los precios por la mayor oferta. “No van a ser malos pero tampoco los que había el año pasado, por eso, ya se calcula que los ingresos de divisas por exportacio­nes del complejo sojero a igual volumen serán menores”, dijo.

Por otro lado, Rossi mencionó “un peligro en el mediano plazo” para el país. “Vemos que en Brasil es más negocio invertir en agroindust­ria que en Argentina, donde la capacidad ociosa es alta; y por el otro lado, EE.UU. está invirtiend­o mucho en plantas por el tema del biodiésel, y nos van a salir a competir fuerte en harina en los próximos años”, advirtió. En ese sentido, subrayó que “el agregado de valor interno implica una mayor consumo de granos” y en eso, en Argentina, “hay también una cuenta pendiente”.

Acsoja plantea llegar a los 65 millones de toneladas de soja nuevamente, “no lo vemos lejos si se da el marco adecuado”, afirma Rossi. “Siempre hay que estar con esperanzas, la cadena tiene esperanzas, y sabemos que si el país necesita divisas, este sector responde rápido”, finalizó el ingeniero. ■

Desde Acsoja plantean llegar a las 65 millones de toneladas de soja

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Incentivos. Es lo que reclama la cadena de la soja para que despegue la producción de la oleaginosa.
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Rossi. Titular de Acsoja.

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