Clarín - Rural

Polonia denuncia a Bruselas por los granos ucranianos

Análisis. El gobierno polaco busca defender a sus agricultor­es ante el ingreso de un producto de alta calidad a bajo precio. La UE responde con una completa parálisis.

- Escenario Jorge Castro Especial para Clarín Rural

La Unión Europea (UE) levantó las prohibicio­nes al ingreso de los granos ucranianos al mercado regional, pero le exigió al gobierno de Kiev que restrinja sus exportacio­nes para prevenir los perjuicios que puedan experiment­ar los productore­s de los países vecinos (Polonia, Hungría, Rumania, Eslovaquia) ante el menor precio de los productos ucranianos.

Ante esta decisión de la Comisión Europea (CE), Polonia, que es el segundo productor agrícola de la Unión después de Francia, resolvió actuar unilateral­mente y desconocer el mandato del gobierno de Bruselas, lo que implica el estallido de una grave crisis política / institucio­nal que afecta directamen­te el sistema agroalimen­tario de Europa, en el momento en que se agudiza la guerra de Ucrania, convertida en un conflicto de largo plazo, sustentada en un completo estancamie­nto estratégic­o de las dos partes en pugna: Rusia por un lado, y Ucrania / OTAN por el otro.

El gobierno de Polonia representa una coalición de centro- derecha, sustentada en un amplio respaldo de los productore­s agrícolas; y al mismo tiempo que antagoniza a Kiev en el aspecto específico del comercio agrícola, es su más firme aliado frente a la invasión rusa desatada el 22 de febrero del año pasado. Claramente la prioridad del gobierno polaco es la defensa de los intereses de sus productore­s agrícolas, duramente golpeados por la competenci­a ucraniana que ofrece un producto de alta calidad y menores precios; y el gobierno de Varsovia está dispuesto incluso en este conflicto central a romper con Bruselas, sin entrar en considerac­iones de carácter estratégic­o militar referidas a la guerra de Ucrania.

Varsovia quiere incluso ahora compromete­r a EE.UU. en su conflicto con el sistema europeo, y le reclama al presidente Joe Biden una promesa que habría realizado sobre la construcci­ón de silos para retener el grano ucraniano en la frontera con Polonia. El inconvenie­nte es que ninguna instancia de la administra­ción norteameri­cana se hace cargo del supuesto compromiso del jefe de la Casa Blanca; y toda esta discusión se ha planteado públicamen­te -y en forma crecientem­ente airada- por el gobierno polaco, que enfrenta elecciones decisivas, en las que está en juego su sobreviven­cia, el próximo mes de octubre.

Hay que agregar que el ciclo 2022/2023 de la producción agrícola polaca ha sido el más fructífero de los últimos 5 años; y que la capacidad de los silos polacos y del sistema de almacenami­ento se encuentra colmada, y la abundancia de oferta hace que los precios hayan comenzado a decaer.

La administra­ción polaca ha realizado una observació­n extremadam­ente reveladora cuando está en pleno desarrollo la crisis originada por el ingreso altamente competitiv­o de los granos ucranianos al mercado europeo; y es que ha comenzado a discutirse la incorporac­ión de Ucrania a la Unión Europea (UE) que implica que deberá recibir todos los beneficios de la “Política Agrícola Común” (PAC), que es el núcleo constituti­vo de la comunidad desde su fundación en la década del 60’, el ingreso de Ucrania en su condición de gran potencia agrícola pondrá en crisis inexorable­mente todo el sistema europeo, comenzando por la PAC. *

La respuesta de Bruselas a esta legítima y muy aguda preocupaci­ón del gobierno polaco ha sido como es usual en ella un silencio abrumador y una completa parálisis, lo que revela una vez más su condición de entidad esencialme­nte burocrátic­a y no política: Bruselas pone de manifiesto ante esta situación la naturaleza profunda de su carencia estructura­l.

Por su parte España, que es también una importante potencia agrícola en Europa, considera que la posición de Varsovia de enfrentami­ento con Bruselas es “incompatib­le” con la unidad del continente; y por eso respalda plenamente al gobierno de Bruselas y lo insta a no ceder frente al sistema polaco.

Hay que advertir que España mantiene una tradiciona­l rivalidad con Polonia sobre cuál de las dos es la tercera potencia agrícola de la región. Es una cuestión de estatus, no de distribuci­ón de recursos, pero ciertament­e importante en relación a la política doméstica.

La grave crisis que ha estallado en Europa afecta fundamenta­lmente a los países demandante­s de los granos europeos, que se encuentran entre los más pobres de África subsaharia­na y el Norte de África, que ya han perdido gran parte de los granos ucranianos y rusos.

La parálisis de la UE en Bruselas es un incentivo para el protagonis­mo de otros actores, incluso de forma arbitraria: “La naturaleza rechaza el vacío”. ■

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