La guerra impide las tareas agrícolas en Ucrania
Análisis. Los mejores campos de producción ucranianos están hoy atravesados por constantes enfrentamientos y batallas. Pierde participación en el mercado de trigo.
El precio del trigo en el mercado mundial cayó en agosto al menor nivel de los últimos tres años, debido a una excepcional cosecha rusa, que ha provocado una disminución de más de 25% en sus valores en ese periodo.
De esta Manera Rusia, uno de los dos mayores productores mundiales de trigo junto con Ucrania, dispondría este año para exportar más de 65 millones de toneladas, lo que implicaría un notorio efecto depresivo sobre los valores del mercado internacional.
El mantenimiento de este nivel de pecios depende fundamentalmente del desarrollo de los acontecimientos en la guerra de Ucrania, porque los puertos sobre el Mar Negro son aquellos donde tanto Rusia como Ucrania canalizan más de 70% de sus exportaciones agroalimentarias. El resultado es que cualquier incidente por mínimo que sea que se produzca en esta zona del mar Negro –por ejemplo una mina sumergida que hunda un barco que transporte granos rusos o ucranianostendría un impacto directo en el mercado de Chicago.
El acuerdo establecido el año pasado entre Rusia y Ucrania, gestionado por la mediación de Turquía y Naciones Unidas, permitió que 33 millones de tns de granos ucranianos pudieran trasladarse a sus mercados de África y el Norte de África. Pero hace 3 meses Rusia se retiró de ese acuerdo por considerar que sus intereses no eran respetados.
Esta decisión del presidente Vladimir Putin no desató una nueva crisis alimentaria mundial porque Moscú cubrió con su propia producción la brecha ocasionada por la virtual desaparición del grano ucraniano.
La situación actual de Ucrania en el mercado triguero mundial es la siguiente: produjo 9.2% de la oferta global en 2021 (antes de la invasión rusa), y ahora ha quedado reducida a 6.3% del total, con el agregado de que canaliza prácticamente la totalidad de estas ventas dentro del mercado europeo. Esto a su vez ha provocado serios conflictos con otros países agrícolas de la región, ante todo Polonia, Hungría, Eslovaquia y Rumania, lo que ocurre en el momento mismo en que se agudiza el conflicto ucraniano.
El poderío agrícola ruso es muy superior: además de los 65 millones de toneladas de trigo para exportar de que dispone este año, ha tenido en el ciclo 2022/2023 una supercosecha granaria, con un aumento de 23% en el volumen de su producción respecto al promedio de los 5 años previos.
Hay que observar que la principal limitación para la capacidad ucraniana de exportación de trigo no reside en sus dificultades de transporte por el Mar Negro, sino que provienen de que sus mejores campos de producción están hoy atravesados por constantes enfrentamientos y batallas que tornan prácticamente imposible las tareas agrícolas.
Es la guerra la que impide las labores agrarias, no el clima o el bloqueo de los puertos por la flota rusa.
Es notable sin embargo la ingeniosidad que muestra Ucrania para enfrentar esta situación. La semana pasada un buque de 8000 toneladas partió del puerto ucraniano de Odessa transportando una carga de 3000 toneladas de trigo destinada al norte de África, en especial Egipto, que es el principal importador triguero del sistema global. Este navío * navega por las aguas territoriales de los otros países costeros del Mar Negro, en especial Bulgaria y Rumania (ambos miembros de la OTAN) que al navegar por esta vía de las aguas territoriales lo hace con el objetivo de permanecer inmune a todo ataque de la flota rusa.
Los costos de navegación por el Mar Negro aun en estas condiciones son 30% inferiores a los que se realizan por las redes fluviales del Continente, en especial el Danubio, que es la principal vía de navegación domestica de la Unión Europea; y esta diferencia de precios en el transporte implica una pérdida significativa de competitividad.
En el mejor de los casos, el pleno despliegue de la ruta por las aguas ribereñas de Rumania y Bulgaria puede cubrir 20% del total del trigo exportado antes de la invasión rusa del 24 de febrero de 2022.
De todas maneras, la FAO (Organización para la Alimentación y la Agricultura de Naciones Unidas) estima que el conflicto ucraniano tiene un carácter prolongado, y que por lo tanto mantendrá elevados los precios de los alimentos al menos los próximos 2 o 3 años, con un alza promedio de 30% en ese periodo, lo que transforma a este nivel de valores en prácticamente una pauta estructural del negocio agroalimentario de la época .
Esta es una de las razones de fondo por lo que la guerra de Ucrania se ha convertido en un conflicto de significado mundial. ■