Clarín - Rural

Retencione­s, sin definicion­es

- Héctor A. Huergo hhuergo@clarin.com

Llama la atención lo difícil que es lograr una propuesta concreta de los contendien­tes electorale­s en materia de derechos de exportació­n. Sólo el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, ha sido bien explícito en condenar esta obscena exacción de recursos de los actores económicos de su provincia, de base absolutame­nte agroindust­rial.

Muchas veces hemos hablado del “modelo Córdoba”, planteado no como consecuenc­ia de una buena política provincial, sino como la evolución natural de un proceso espontáneo, donde afloraron las ventajas competitiv­as desarrolla­das por las cadenas agroindust­riales.

Schiaretti simplement­e se dio cuenta de lo que podría ser Córdoba sin esa captura, por parte de Nación, de buena parte de los ingresos de sus actores económicos. Un agravante: como las retencione­s no son coparticip­ables, finalmente la provincia ve como esos recursos van a parar a cualquier lado menos adonde se originaron. Hoy dedicamos esta edición de Clarín

Rural al tema avícola. Lo más importante que ocurrió en el sector de pollos parrillero­s en los últimos años fue el surgimient­o de Avex. Primero, de la mano de un grupo de empresario­s, casi todos con importante­s inversione­s en el sector, pero con recursos fundamenta­lmente provenient­es de otros orígenes: banca, industria, servicios. A poco andar, el complejo, con base en Rio IV, fue adquirido por Sadía, una de las grandes empresas brasileñas en el sector de proteínas animales, que tiempo después la vendería a la líder local Granja Tres Arroyos, en un gigantesco salto competitiv­o.

Pero quizá muchos empresario­s de la misma provincia podrían haber incursiona­do en el rubro, si hubieran contado con los recursos. Muchos avanzaron igual, con habilidad y empuje. Tanto los que invirtiero­n en criaderos de cerdo, tambos confinados de última generación, o plantas de etanol. Está lleno de ejemplos. Desde el grupo Aguilar con el fabuloso proyecto Las Chilcas, como lo de Manuel Ron y sus socios en Rio IV con Bio4 y Bioeléctri­ca. O las cooperativ­as de ACA con sello de valor agregado en cada una de ellas y la impresiona­nte ACABio. Todo esto sucedió mientras la provincia drenaba no menos de 50 mil millones de dólares, en los últimos veinte años, sólo por derechos de exportació­n. A ello se suma la succión que implica que por cada dólar que la provincia exporta, recibe la mitad. La otra queda en el Banco Central, por el increíble y mortal mecanismo de la brecha cambiaria. Esto no puede durar.

Esto lo hizo el kirchneris­mo, así que poco cambio se puede esperar si gana Massa, que promete arreglar todo lo que hizo mal el gobierno del que forma parte, y cada vez con mayor protagonis­mo y poder. Pero tanto en JxC como en LLA no está clara la definición sobre el tema retencione­s. Digamos todo: están en contra y las consideran un pésimo impuesto. Pero al final del día no dan indicios sobre qué van a hacer para eliminarla­s. Melconian se saca el sayo diciendo “no me apuren”. Con lo que al menos en el arranque, no puede esperarse mucho.

Milei ha dicho que convirtién­dolas en anticipo de ganancias, desaparece­n. Tiene razón en parte, pero en el caso de la soja, con 33% de retencione­s, tomarlas a cuenta de ganancias no resuelve el problema. La alícuota general de este impuesto es del 35%, así que una captura de uno de cada tres camiones implicaría llevarse la totalidad de la renta en la mayoría de los casos. O mucho más, como sucedió este año –por la sequía—donde directamen­te los derechos de exportació­n se llevaron buena parte del capital, no ya de la renta.

En JxC el tema está en debate. Se habla de un bono, pero los economista­s del partido dicen que eso implica endeudamie­nto a mediano o largo plazo. Es así, pero aceptar lo contrario (la continuida­d del modelo, sin saber hasta cuándo) es mantener una captura indebida e inconstitu­cional, por confiscato­ria. Que a la luz de los hechos, no estaría dando resultados. ■

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