Clarín - Rural

Producir pollos con bienestar animal

Manejar el ambiente, prevenir y tratar enfermedad­es y nutrir de forma equilibrad­a, son esenciales.

- Estanislao Fernández Especial para Clarín Rural

La avicultura, y principalm­ente el engorde de pollo parrillero, es una producción pionera en lo que respecta a escala intensiva. El pollo doméstico, que deriva del Gallus gallus (o gallo silvestre asiático), al no ser un ave de nido, junto con la incorporac­ión de la incubación artificial, permitió a esta actividad lograr grandes escalas en poco tiempo.

Gracias a su breve periodo de incubación de 21 días, fue posible que la genética tuviera grandes avances en base a aciertos y a errores, ya que los ciclos cortos facilitaro­n las seleccione­s que apuntaron a trabajar en los objetivos deseados en ese momento. Estos avances, se tenían que acompañar con métodos de crianza, para lo cual se ha ido mejorando la infraestru­ctura de los galpones, así como las normas de manejo en general.

Si observamos los manuales de las líneas genéticas de hace años atrás, se hablaba de “cantidad de aves por metro cuadrado”, “cantidad de aves por bebedero” (relación ave/bebedero), disponibil­idad de comedero, ya se sugería una determinad­a calidad de agua, así como también calidad de aire.

En lo referido a la biosegurid­ad, se hablaba de trabajar una sola edad de aves, el famoso “todo dentro, todo afuera”, que hasta nuestros días sigue siendo una regla de oro en producción de pollos parrillero­s, sumando el obligatori­o vacío sanitario, disponiend­o de una sola edad por galpón, no mezclando aves de diferentes edades, evitando de esta manera el estrés en los animales.

Todas estas normas fueron estudiadas y aplicadas en su momento, pensando básicament­e en los resultados productivo­s que se quería obtener, por ejemplo, mejorar ganancia diaria, mejor conversión alimentici­a, disminuir mortandad al final de la producción. Todo esto era observado desde el punto de vista productivo y sobre todo económico.

Desde hace unos años, estas pautas de manejo se continúan aplicando, pero ya con un concepto denominado bienestar animal, pensando en el confort de las aves, antes se apuntaba en tener buen manejo con condicione­s adecuadas para obtener mejores resultados productivo­s, o sea que, indirectam­ente, se hacía bienestar animal.

Hoy en día, estas normas de manejo se establecen en los manuales de las líneas genéticas con dicho rótulo.

Los puntos comentados en dichos manuales se pueden resumir en los siguientes puntos:

-Manejo de ambiente, de tal manera de cumplir con los requerimie­ntos de ventilació­n, calidad de aire, temperatur­a y espacio.

-Prevención, detección y tratamient­o de enfermedad­es.

-Suministra­r los requerimie­ntos de nutrientes, mediante la elaboració­n de alimentos balanceado­s con los ingredient­es adecuados, y buen manejo de la alimentaci­ón y suministro de agua de bebida.

-Brindar buena atención a las aves toda su vida, en especial previo al sacrificio.w

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Galpón. Es clave la ventilació­n, la temperatur­a y el espacio.
Nota de redacción: el autor es Médico Veterinari­o y asesor técnico de aves de Vetifarma. Galpón. Es clave la ventilació­n, la temperatur­a y el espacio.

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