Su pasado soviético retrasa la competitividad del agro ucraniano
Análisis. Al no ser dueños de las tierras los productores no acceden al crédito bancario, por lo que la producción agrícola se realiza con escasa tecnología.
Ucrania tiene las características típicas de una economía post soviética, en que las tierras agrarias son públicas y el sistema de concesiones al sector privado se hace a través de licitaciones totalmente controladas por el gobierno de Kiev, lo que abre amplio campo para la corrupción institucionalizada.
En la economía ucraniana de hoy se mantiene la estructura básica surgida del colapso del sistema soviético en 1991, cuando las altas autoridades del partido comunista se apoderaron al ser privatizadas de las grandes empresas estatales pagando precios irrisorios, y constituyeron monopolios de envergadura que controlaban tanto el país como el poder político, asumiendo un papel adecuadamente denominado de “oligarcas”.
Esta estructura básica se mantiene sin modificaciones de ningún tipo, incluso hasta el estallido de la guerra provocada por la invasión rusa del 24 de febrero de 2022.
Una de las limitaciones fundamentales que ofrece la estructura agraria surgida de la etapa soviética es que los sectores privados que acceden al control de la tierra mediante acuerdo con los “oligarcas” no tienen acceso al crédito bancario porque no disponen de “colaterales” –en términos de propiedad de la tierra labradacon que garantizar los créditos y las inversiones.
Por eso la actividad agrícola ucraniana se ha especializado exclusivamente en la producción primaria de granos, sin diversificación alguna hacia el agro industria, y produce con escasa o nula utilización de tecnología avanzada.
Lo que sucede es que su producción se realiza en las “Tierras Negras”, que son las llanuras existentes entre la Cuenca del Volga y las Costas del Mar Negro, y que son las más fértiles del mundo, junto con la “Pampa Húmeda” de la Argentina.
La característica específica de las tierras argentinas es que su estructura productiva es intensamente moderna, y está vinculada directamente al sistema capitalista más avanzado desde su origen, a lo que hay que agregar que está en manos completamente del capital privado tanto nacional como extranjero, y se sitúan, por último, a no más de 300 km de distancia de puertos marítimos como Rosario, Quequén, o Buenos Aires.
La contrapartida de la completa especialización de la producción primaria ucraniana, que se realiza prácticamente sin uso de tecnología avanzada, es que los “costos de producción” de esta estructura post-soviética, son significativamente inferiores a los de sus competidores europeos.
De ahí los continuos choques entre las exportaciones ucranianas de granos, ante todo el trigo, y las producciones granarias de Polonia, Rumania, y Bulgaria, todas ellas grandes productores agroalimentarios, pero con costos de producción muy superiores a los de Ucrania, hasta el extremo de no ser competitivos con los productos de ese origen.
Los países del Este de Europa, Polonia en primer lugar, tienen una fuerte clase campesina constituida por pequeños propietarios de sus tierras, en un sistema productivo donde las unidades de producción son usualmente muy reducidas.
Este sector campesino, propietario individual de sus tierras tiene una enorme influencia política en toda la región, pero fundamentalmente en Polonia, que enfrenta este año elecciones de carácter general, donde la actual administración de centro derecha, profundamente enfrentada por el gobierno de Bruselas, se juega su permanencia en el poder.
Esta es la razón de fondo por la que al tratarse el caso ucraniano en la reciente reunión de los 27 países de la Unión Europea; y debatirse la posibilidad de una vía más acelerada de acceso a la unión para Ucrania, debido a la situación de emergencia surgida de la guerra con Rusia, la totalidad de los países agroalimentarios de la región coincidieron en mantener el régimen “normal” de incorporación que pone especial énfasis en todo lo que hace al derecho de propiedad, sobre todo agraria, y en el combate a la corrupción sobre la premisa de que esta trayectoria sin excepciones para Ucrania puede llevar años o quizás “décadas” para cumplirse.
La agricultura ucraniana, cuya competitividad surge prácticamente con exclusividad de la extraordinaria fertilidad de sus “Tierras negras” necesita para convertirse en una integrante plena de la comunidad agrícola europea, y por lo tanto participe en igualdad de condiciones que los otros grandes países agrícolas –Francia por ejemplo en primer lugar-, debe remontar el enorme lastre de su pasado soviético, y establecer un auténtico sistema privado de propiedad de la tierra, y de esa manera participar del crédito agrícola y de la tecnología más avanzada propia de la época.
Mientras esto no ocurra, su ingreso en la Unión Europea (UE), llevará años o quizás décadas, porque se verá obligada a seguir el camino normal de todos los países aspirantes, que ya superan a una docena, y están ubicados primordialmente en el Este y el Sur de Europa. ■
Después de cinco días de feria, las 35 empresas que acompañaron al Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) se mostraron muy satisfechas con la participación en Anuga 2023 (Colonia, Alemania, 7 al 11 de octubre).
Como punto a favor, además del reencuentro con los clientes (la edición anterior, de 2021 aún mantenía restricciones por la pandemia), destacaron la visita de compradores de México, un mercado nuevo que recién se está desarrollando, además de otros países de África y Asia, como Singapur y Tailandia.
"Muchos compradores están interesados en la sustentabilidad y destacaron lo amigable que es la carne argentina con el medio ambiente, con balance de carbono positivo", aseguró Jorge Grimberg, Presidente del IPCVA.
Aunque los empresarios aseguran que fue una feria más de contactos que de venta, los precios durante Anuga 2023 se mantuvieron en niveles similares a los que se venían registrando en las semanas anteriores.
Por ejemplo, para Unión Europea, los valores promedio fueron de US$ 12.500 (FOB) para el Rump and Loin Hilton (bife, cuadril y lomo), y U$S 13.500 (FOB) el bife ancho Hilton.
Para China, U$S 5.100 (costo y flete) el shin/shank (garrón y brazuelo), U$S 5.300 (costo y flete) cortes de la rueda (trasero), U$S 4.400 (costo y flete) de la vaca compensada (6 cortes), y U$S 4.500 (costo y flete) el chuck and blade.
Para Brasil, la picanha rondó los U$S 12.500 (FOB).
En cuanto a los visitantes, más allá de los provenientes de países de la UE, también pasaron por el Pabellón Argentine Beef compradores de China, México, Estados Unidos y Brasil.
En menor medida hubo consultas de importadores de países africanos, Rusia y otras naciones asiáticas, como Tailandia y Singapur. ■*