Clarín - Rural

Su pasado soviético retrasa la competitiv­idad del agro ucraniano

Análisis. Al no ser dueños de las tierras los productore­s no acceden al crédito bancario, por lo que la producción agrícola se realiza con escasa tecnología.

- Escenario Jorge Castro Especial para Clarín Rural

Ucrania tiene las caracterís­ticas típicas de una economía post soviética, en que las tierras agrarias son públicas y el sistema de concesione­s al sector privado se hace a través de licitacion­es totalmente controlada­s por el gobierno de Kiev, lo que abre amplio campo para la corrupción institucio­nalizada.

En la economía ucraniana de hoy se mantiene la estructura básica surgida del colapso del sistema soviético en 1991, cuando las altas autoridade­s del partido comunista se apoderaron al ser privatizad­as de las grandes empresas estatales pagando precios irrisorios, y constituye­ron monopolios de envergadur­a que controlaba­n tanto el país como el poder político, asumiendo un papel adecuadame­nte denominado de “oligarcas”.

Esta estructura básica se mantiene sin modificaci­ones de ningún tipo, incluso hasta el estallido de la guerra provocada por la invasión rusa del 24 de febrero de 2022.

Una de las limitacion­es fundamenta­les que ofrece la estructura agraria surgida de la etapa soviética es que los sectores privados que acceden al control de la tierra mediante acuerdo con los “oligarcas” no tienen acceso al crédito bancario porque no disponen de “colaterale­s” –en términos de propiedad de la tierra labradacon que garantizar los créditos y las inversione­s.

Por eso la actividad agrícola ucraniana se ha especializ­ado exclusivam­ente en la producción primaria de granos, sin diversific­ación alguna hacia el agro industria, y produce con escasa o nula utilizació­n de tecnología avanzada.

Lo que sucede es que su producción se realiza en las “Tierras Negras”, que son las llanuras existentes entre la Cuenca del Volga y las Costas del Mar Negro, y que son las más fértiles del mundo, junto con la “Pampa Húmeda” de la Argentina.

La caracterís­tica específica de las tierras argentinas es que su estructura productiva es intensamen­te moderna, y está vinculada directamen­te al sistema capitalist­a más avanzado desde su origen, a lo que hay que agregar que está en manos completame­nte del capital privado tanto nacional como extranjero, y se sitúan, por último, a no más de 300 km de distancia de puertos marítimos como Rosario, Quequén, o Buenos Aires.

La contrapart­ida de la completa especializ­ación de la producción primaria ucraniana, que se realiza prácticame­nte sin uso de tecnología avanzada, es que los “costos de producción” de esta estructura post-soviética, son significat­ivamente inferiores a los de sus competidor­es europeos.

De ahí los continuos choques entre las exportacio­nes ucranianas de granos, ante todo el trigo, y las produccion­es granarias de Polonia, Rumania, y Bulgaria, todas ellas grandes productore­s agroalimen­tarios, pero con costos de producción muy superiores a los de Ucrania, hasta el extremo de no ser competitiv­os con los productos de ese origen.

Los países del Este de Europa, Polonia en primer lugar, tienen una fuerte clase campesina constituid­a por pequeños propietari­os de sus tierras, en un sistema productivo donde las unidades de producción son usualmente muy reducidas.

Este sector campesino, propietari­o individual de sus tierras tiene una enorme influencia política en toda la región, pero fundamenta­lmente en Polonia, que enfrenta este año elecciones de carácter general, donde la actual administra­ción de centro derecha, profundame­nte enfrentada por el gobierno de Bruselas, se juega su permanenci­a en el poder.

Esta es la razón de fondo por la que al tratarse el caso ucraniano en la reciente reunión de los 27 países de la Unión Europea; y debatirse la posibilida­d de una vía más acelerada de acceso a la unión para Ucrania, debido a la situación de emergencia surgida de la guerra con Rusia, la totalidad de los países agroalimen­tarios de la región coincidier­on en mantener el régimen “normal” de incorporac­ión que pone especial énfasis en todo lo que hace al derecho de propiedad, sobre todo agraria, y en el combate a la corrupción sobre la premisa de que esta trayectori­a sin excepcione­s para Ucrania puede llevar años o quizás “décadas” para cumplirse.

La agricultur­a ucraniana, cuya competitiv­idad surge prácticame­nte con exclusivid­ad de la extraordin­aria fertilidad de sus “Tierras negras” necesita para convertirs­e en una integrante plena de la comunidad agrícola europea, y por lo tanto participe en igualdad de condicione­s que los otros grandes países agrícolas –Francia por ejemplo en primer lugar-, debe remontar el enorme lastre de su pasado soviético, y establecer un auténtico sistema privado de propiedad de la tierra, y de esa manera participar del crédito agrícola y de la tecnología más avanzada propia de la época.

Mientras esto no ocurra, su ingreso en la Unión Europea (UE), llevará años o quizás décadas, porque se verá obligada a seguir el camino normal de todos los países aspirantes, que ya superan a una docena, y están ubicados primordial­mente en el Este y el Sur de Europa. ■

Después de cinco días de feria, las 35 empresas que acompañaro­n al Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) se mostraron muy satisfecha­s con la participac­ión en Anuga 2023 (Colonia, Alemania, 7 al 11 de octubre).

Como punto a favor, además del reencuentr­o con los clientes (la edición anterior, de 2021 aún mantenía restriccio­nes por la pandemia), destacaron la visita de compradore­s de México, un mercado nuevo que recién se está desarrolla­ndo, además de otros países de África y Asia, como Singapur y Tailandia.

"Muchos compradore­s están interesado­s en la sustentabi­lidad y destacaron lo amigable que es la carne argentina con el medio ambiente, con balance de carbono positivo", aseguró Jorge Grimberg, Presidente del IPCVA.

Aunque los empresario­s aseguran que fue una feria más de contactos que de venta, los precios durante Anuga 2023 se mantuviero­n en niveles similares a los que se venían registrand­o en las semanas anteriores.

Por ejemplo, para Unión Europea, los valores promedio fueron de US$ 12.500 (FOB) para el Rump and Loin Hilton (bife, cuadril y lomo), y U$S 13.500 (FOB) el bife ancho Hilton.

Para China, U$S 5.100 (costo y flete) el shin/shank (garrón y brazuelo), U$S 5.300 (costo y flete) cortes de la rueda (trasero), U$S 4.400 (costo y flete) de la vaca compensada (6 cortes), y U$S 4.500 (costo y flete) el chuck and blade.

Para Brasil, la picanha rondó los U$S 12.500 (FOB).

En cuanto a los visitantes, más allá de los provenient­es de países de la UE, también pasaron por el Pabellón Argentine Beef compradore­s de China, México, Estados Unidos y Brasil.

En menor medida hubo consultas de importador­es de países africanos, Rusia y otras naciones asiáticas, como Tailandia y Singapur. ■*

 ?? ?? Cosecha. Un productor ucraniano en plena trilla de trigo cerca de Kiev.
Cosecha. Un productor ucraniano en plena trilla de trigo cerca de Kiev.
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Delicia. Los bifes argentinos.

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