Clarín - Rural

Todo lo que quiere saber y nunca se animó a preguntar

La especialis­ta del INTA Manfredi Claudia Vega aborda el ABC del cultivo: una guía para tomar decisiones.

- Lucas Villamil lvillamil@clarin.com

Sobre maíz tardío se habló mucho en los últimos años, y cuando se habla mucho se genera conocimien­to pero también confusión. Para arrojar claridad sobre el tema, Clarín Rural le hizo preguntas centrales a la investigad­ora del INTA Manfredi Claudia Vega, una de las personas que mejor conocen las caracterís­ticas del maíz tardío en la Argentina.

-¿Cuál es el rango de fechas de siembra de maíz que se considera tardío? -La elección del rango de fechas óptimas para la siembra en maíz tardío debe tener en cuenta principalm­ente la latitud y el genotipo elegido para sembrar. La latitud refiere a la ubicación del sitio a lo largo de Argentina y controla lo que conocemos como cociente fototermal, un indicador de la calidad ambiental en lo referido a la radiación solar y la temperatur­a. A partir de febrero, estas variables empiezan a disminuir exponiendo al cultivo de maíz a ambientes más pobres, en particular durante el llenado de los granos, lo cual puede ser un problema, y aumentar las chances de efectos negativos por heladas tempranas. En el sur de Buenos Aires, por ejemplo, el maíz tardío tiene como fecha de siembra óptima los primeros días de diciembre, mientras que en el norte de Córdoba los maíces pueden seguir siendo sembrados después de Navidad e incluso durante enero.

El segundo aspecto es el genotipo. Actualment­e empiezan a desarrolla­rse materiales de ciclos más cortos que pueden ser usados en fechas tardías en latitudes muy altas. Dentro de estos rangos de fechas de siembra, la calidad ambiental alrededor de la floración es muy buena. Debido a ello, los maíces tardíos pueden fijar una gran cantidad de granos y definir un peso potencial bueno.

-¿Qué beneficios presenta este tipo de siembra respecto de la temprana? -Sin dudas, las fechas de siembra más tardías, o de verano han impactado significat­ivamente en los pisos de rendimient­o y en la estabilida­d interanual en zonas pampeanas con mayores restriccio­nes hídricas en primavera. En Córdoba Centro y Norte, por ejemplo, la adopción es casi total. La fecha tardía permite, en primer lugar, la recarga de los perfiles de los suelos con las lluvias de primavera, aumentando el agua inicial a la implantaci­ón del cultivo, y mejorando el balance hídrico total del ciclo. Asimismo, al colocar el ciclo del cultivo en épocas de lluvia, la probabilid­ad de estrés hídricos y térmicos disminuye notablemen­te. En años lluviosos es esperable, por ejemplo, que los rendimient­os del maíz tardío sean similares a los rendimient­os de maíces regados debido a estos aspectos del clima. En comparació­n, las siembras tempranas están expuestas a mayores probabilid­ades de estrés térmico e hídrico durante las etapas críticas de prefloraci­ón e inicio del llenado. -¿Qué aspectos de manejo hay que considerar al tomar esa decisión respecto a la densidad de siembra?

-En particular, el manejo de la densidad de plantas debe tener en cuenta la calidad ambiental y el genotipo elegido. Aprendimos que cada lote tiene su propia calidad ambiental. Ésta está definida por varios aspectos: por ejemplo la capacidad de almacenaje

del agua, la textura de los suelos, la fertilidad física y química (esto refiere a aspectos de compactaci­ón y disponibil­idad de nutrientes). A estos aspectos del lote, obviamente, hay que sumar el de la calidad ambiental, precipitac­iones por ejrmplo.

Así, entonces, cuando la calidad del lote es alta y el pronóstico es de año Neutro o Niño es posible incrementa­r la densidad y esperar una respuesta positiva significat­iva del rendimient­o. En estudios que realizamos en Manfredi, los maíces tardíos pueden ser sembrados hasta densidades de 8-9 plantas por metro cuadrado, dependiend­o del genotipo. Hay genotipos con muy alta tolerancia a densidades altas y con rendimient­os extraordin­arios, cercanos a las 16-18 toneladas por hectárea. Fundamenta­l es acompañar la mayor cantidad de plantas por superficie con más nutrientes para poder observar estas ganancias de rendimient­o. El segundo punto al hablar de densidad de plantas es el genotipo. Los genotipos difieren en muchos aspectos, entre ellos en su capacidad plástica en baja densidad (es decir para dar más de una espiga) y en su tolerancia en alta densidad de plantas. Cada genotipo tiene su densidad óptima, y lo bueno es que los semilleros permanente­mente estudian la respuesta de sus materiales al manejo combinado de densidad y nutrición. La recomendac­ión que siempre damos es la de acercarse a charlar sobre este tema con los proveedore­s de materiales.

-¿Y en el manejo de la fertilizac­ión? -La nutrición del cultivo es aún un factor más importante en el manejo del cultivo que la selección de la densidad de plantas. En general, se estima que un maíz de 10-12 toneladas por hectárea necesita absorber unos 220 kilos de nitrógeno. Este nutriente proviene del suelo y es variable según el cultivo antecesor y la cantidad de materia orgánica. Algo distintivo del maíz tardío en relación al temprano es la dinámica de la mineraliza­ción de la materia orgánica. Debido a las temperatur­as y humedad, la mineraliza­ción es mayor en etapas tempranas del cultivo. Es muy visible el crecimient­o explosivo del maíz en el planteo del maíz tardío, que puede dar una imagen de que no faltan nutrientes. Sin embargo, este crecimient­o no refleja siempre el estado nutriciona­l del cultivo. En Córdoba, en planteos con baja fertilizac­ión, es notorio ver cómo el nitrógeno termina siendo escaso durante el llenado de granos. Cuando se combina falta de nitrógeno y un ambiente empobrecid­o (típico del otoño), ocurren varios fenómenos fisiológic­os, como el acortamien­to del llenado de granos y, por ello, una disminució­n del peso de granos; quebrado de los tallos y vuelco de plantas que compromete­n el rendimient­o y la cosecha. Hay que resaltar nuevamente que el maíz tardío deja de tener limitantes hídricas (en la mayoría de los casos), y que, por ello, el potencial de rendimient­o es alto. Pero, hay que acompañar ese potencial de los genotipos adaptados con un buen manejo.

Por ello, es fundamenta­l también hacer el esfuerzo técnico de conocer el presupuest­o nutriciona­l al momento de la implantaci­ón, mediante análisis de suelos. En base al nitrógeno disponible y la potencial mineraliza­ción, se calcula el agregado del nitrógeno externo (fertilizac­ión). Quiero

destacar que actualment­e, las brechas de rendimient­o están muy explicadas por la inadecuada nutrición del maíz. Asimismo, es muy notorio el deterioro de los suelos en términos de fertilidad química, ya que, al ser la fertilizac­ión escasa, lo que prevalece es una exportació­n neta de nutrientes a costa de la materia orgánica. Considero que estos aspectos son cruciales y es necesario el replanteo para ver estrategia­s de recomposic­ión de suelos. Hay muchas técnicas al respecto, y muchos grupos de investigac­ión trabajando en estos temas en todas las regiones donde se hace maíz.

-¿Se observa una adaptación de los híbridos disponible­s?

Fue la mejora genética el factor que permitió hace más de veinte años poder hacer planteos de maíz tardío, mediante la incorporac­ión de eventos para protección contra plagas. En aquellos momentos, probableme­nte, los maíces no estaban muy adaptados al cambio en la calidad ambiental y se observaban algunos problemas como el del quebrado de tallos. Pero en estudios recientes que valoraron la mejora genética de maíces tardíos modernos se encontró que la mejora del rendimient­o es muy similar al del maíz temprano. Hay genotipos muy bien adaptados a la fecha de siembra tardía. Probableme­nte, lo que aún es algo relativame­nte escaso es la disponibil­idad de materiales de ciclos más cortos. Considero que éste es un nicho con potencial, en particular para zonas donde el maíz tardío se expande pero tienen la restricció­n de ventanas ambientale­s más cortas. ■

Los tardíos pueden ser sembrados hasta densidades de 8-9 plantas por M2

 ?? ?? A sembrar. La elección de la fecha debe ajustarse a la latitud en la que se produce y al genotipo elegido.
A sembrar. La elección de la fecha debe ajustarse a la latitud en la que se produce y al genotipo elegido.
 ?? ?? Experta. Claudia Vega, del INTA.
Experta. Claudia Vega, del INTA.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina