Sintonía fina para que el juego siga mejorando
La generación de conocimiento técnico permite apuntar cada vez más alto y con más eficiencia en el cultivo.
Los investigadores explican las razones por las que se expandió el maíz tardío en Argentina, y dicen que el cultivo salió de la zona húmeda de los 800 mm hacia el oeste, a la zona subhúmeda e incluso semiárida.
Así lo explica María Emilia Otegui, Ing. Agr. de INTA Pergamino, quien señala que hasta el año 2010 era raro que el maíz superara los 4 millones de hectáreas y a partir ese año comenzó a arañar los 10 millones de hectáreas. Hasta entonces en la región húmeda era poco frecuente que se sembrara maíz más allá de septiembre, siendo octubre la fecha límite. Desde el 2011 el maíz tardío ocupó una superficie equivalente al temprano, y desde entonces no hubo un solo año en el que el maíz temprano relevado en el área de influencia de Rosario ganara al maíz tardío.
La última campaña más del 60% fue tardío y esta promete por razones que todos conocemos, la sequía, será aún más determinante de un cambio en la fecha de siembra hacia un atraso. A Octubre de 2023 la Bolsa de Comercio de Rosario informa que en la campaña 2022/23 se sembraron 8,9 millones de ha y para la campaña 22 23 estima unas 8,5 millones de ha.
Cuando se atrasa la fecha de siembra se acopla mejor el cultivo al balance hídrico ya que en el maíz temprano en general ocurren los eventos reproductivos cuando el balance hídrico es desfavorable – en enero--, y el tardío escapa hacia el balance positivo de febrero en adelante.
Entre los temas pendientes se encuentra el uso de híbridos de ciclo más corto que no abundan en los portfolios, que ofrecen la ventaja de comenzar antes lo cual es conveniente en siembras tardías porque viene de un mayor porcentaje de humedad ambiente, lo que puede implicar mayor oportunidad para ataques de hongos y la penalización de rendimiento consecuente.
Otro tema a tener en cuenta es que por razones atendibles como las económicas, los maíces tardíos no se fertilizan o se fertilizan mal. Ocurre que los productores suelen confiar en la mineralización con la humedad y temperatura ambiente lo cual no esta mal, pero la mayoría de las veces se quedan cortos, además de tender a una explotación de tipo minera.
“El maíz responde muy bien al agregado de nitrógeno, fósforo, azufre, zinc, boro, calcio y magnesio. Porque son los nutrientes que en mayor o menor medida casi todos los suelos de la región pampeana están en deficiencia”, detalla el Ing. Agr. Gabriel Espósito, investigador de la Universidad Nacional de Río Cuarto.
Para alcanzar altos rindes es necesario el riego de acuerdo a la necesidad hídrica que el cultivo tenga y aplicar una fertilización balanceada en cuanto a cantidad de nutrientes y en cuanto a los kg/ha de fertilizante.
El mismo Espósito cuando se refiere en detalle a la fertilización, aclara que son buenos los resultados en rinde con análisis de suelo y una adecuada fertilización de base donde se ponen los nutrientes que tienen efecto arrancador, como fósforo, azufre, zinc y un poco de nitrógeno con la corrección de base con calcio y magnesio. Tal vez en algún lugar de la Argentina haya que agregar potasio. Luego se agrega una re fertilización con fósforo y azufre más una aplicación foliar de boro. En referencia al análisis de suelo bien hecho, el mismo especialista explica que su costo siempre será menor al de fertilizar a ciegas lo cual implica el despilfarro de dinero en fertilizante.
Si se habla de los fertilizantes arrancadores, esta claro que estos deben ir a la siembra, a 3 cm por debajo y a 6 cm al costado de la línea de siembra, no en la línea de siembra, lo cual no es recomendable de desde el punto de vista de una correcta distribución del fertilizante. En el arranque no deberían ponerse más de 30 o 40 kg/ha de nitrógeno y si debería re fertilizarse con nitrógeno a partir de V6 con una dosis grande, que se puede atrasar hasta V10 o V12, dependiendo de la fuente, el equipo, el momento y el potencial productivo. ■