Control de malezas en un año Niño
Un especialista de INTA cuenta las claves de manejo para mantener los lotes limpios en un año con alta humedad.
Las malezas constituyen un problema cada vez de mayor importancia en la agricultura debido a la creciente resistencia a herbicidas y el difícil control que implican muchas especies competidoras de los cultivos. Por eso, en la próxima campaña de verano, si se concretan las abundantes lluvias que promete traer El Niño, los productores deberán estar más atentos que nunca a su nacimiento y reproducción.
En el caso del maíz de segunda o maíz tardío, que normalmente viene precedido de algún cultivo de invierno, como el trigo, o de cultivos de servicio, “es muy importante alcanzar una cantidad adecuada de materia seca aérea del antecesor y mantener el lote limpio, con los controles adecuados para evitar el nacimiento y que semillen las malezas de invierno”, indicó el Ing. Agr. Horacio Acciaresi, experto en la materia y director de la Estación Experimental Pergamino del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria). Asimismo, recomendó dejar un adecuado residuo, que en las zonas húmedas debería estar entre los 6.000 a 7.000 kilos de materia seca aérea, a fin de evitar el nacimiento de las primeras cohortes de gramíneas anuales, fundamentalmente, como el capín, Eleusine y yuyo colorado.
La concentración de estas camadas en la zona núcleo se da alrededor de fin de octubre a mediados de noviembre. Allí, la cobertura que genera el cultivo previo es clave para el manejo. “En esas situaciones, si hay malezas emergidas, hay que ir con herbicidas que tengan una aplicación total, pueden ser de contacto o sistémicos, pero tiene que ser total, de modo de evitar tener malezas emergidas”, explicó el ingeniero.
En ese punto, también “es fundamental el rol que pueden llegar a tener los herbicidas residuales, ya que la cantidad de residuos muchas veces no es lo suficientemente adecuada (menos de 6.000 a 7.000 kilos) como para evitar las segundas camadas que se dan normalmente entre inicios y mediados de diciembre,y estas van a ser las malezas que van a interferir previo a la siembra del maíz tardío”, detalló Acciaresi.
“Esta campaña había iniciado con una buena prospectiva de humedad y posibilidades de hacer controles adecuados y con residuales funcionando, pero ahora, que se está viendo el establecimiento de una sequía temporal, los residuales pueden llegar a tener un retardo en la eficiencia de control”, advirtió el ingeniero. Eso podría generar algunos problemas de enmalezamiento y de fitotoxicidad futura.
Tal como señaló Acciaresi, es relevante controlar los flujos de emergencia de las malezas que se producen a principios de diciembre con los residuos que dejaron los cultivos de servicio y la aplicación de herbicidas residuales. “Es importante realizar una evaluación, un monitoreo en la posemergencia temprana del cultivo, porque aquí puede haber flujos nuevamente de emergencia, ya sea de yuyo colorado o de capín, fundamentalmente, que es necesario controlar ya que al haber alta temperatura y humedad pueden tener una elevada tasa de crecimiento”, explicó.
Entre las malezas más perjudiciales para el maíz está el yuyo colorado, una latifoliada muy competitiva, que presenta resistencia a herbicidas y en condiciones ambientales de humedad, como las que se dan en un año Niño, tiene una tasa de crecimiento muy alta. Dentro de las gramíneas anuales, en la zona central, el capín, eleusine y chloris, son competidoras de los cultivos muy importantes. En el noroeste argentino, el norte de Córdoba, Chaco y Santiago del Estero, la gramínea Urochloa panicoides, también causa dolores de cabeza en los cultivos de verano.
Siempre, y más en un año Niño, “llevar adelante un buen monitoreo y evitar el establecimiento de estas malezas son dos acciones clave para un control de malezas adecuado”, remarcó Acciaresi.w