Clarín - Rural

Es productora y se hizo lugar en el gremialism­o

Andrea Sarnari maneja el campo familar. Es abogada y se dedica especialme­nte el Derecho Agrario.

- BOLIVAR, BUENOS AIRES. ENVIADO ESPECIAL Esteban Fuentes efuentes@clarin.com

Andrea Sarnari, la cuarta generación familiar, administra el campo familiar, que está situada a 30 km de la localidad bonaerense de Bolívar. Además, pertenece a Federación Agraria Argentina (FAA) y rompió una tradición. “Nací en el campo, me crié en el campo y amo la tierra”, señaló a Clarín Rural.

Su bisabuelo llegó desde Italia y comenzó arrendando campos. Luego, su abuelo pudo comprar campos y su papá siguió trabajando la tierra y agrandó la superficie. Yahora, Andrea tomó el timón de la empresa junto a su hermano y su mamá.

Andrea vivió en el campo hasta los 18 años. Hizo la primaria y secundaria en la escuela que se encuentra a 5 km de su campo, y cuando terminó la secundaria, decidió irse a estudiar Derecho a la Universida­d Nacional de Rosario. “Fue por una cuestión de mi familia que ya venía vinculada a la Federación Agraria Argentina y la entidad tiene su sede central en Rosario. Es la ciudad que cobija a los federados y me sentía cómoda allí. Y estudié Derecho para aplicar el derecho agrario, lo que uno venía militando ya desde bastante chico en la entidad”, señaló Andrea, quien es una de las mujeres rurales protagonis­ta del ciclo de Corteva Agriscienc­e.

Y una vez que se recibió de abogada, se especializ­ó en Derecho Agrario. “Siento que todo lo que he hecho, tanto como productora como en la vida universita­ria, aportan a lo que a mí me gusta hacer: pensar el modelo agropecuar­io para nuestro país”, dijo.

Andrea divide sus tareas entre el campo familiar y su rol como secretaria Gremial de la Federación Agraria una de las entidades que conforman la mesa de enlace.

Desde los 13 años milita en la entidad. Y el año pasado fue electa Directora

y Secretaria Gremial, que para la productora es “el corazón de la entidad”.

“Es un desafío para una mujer cumplir ese rol tan importante dentro de la entidad agropecuar­ia, es el espacio que hemos ido consiguien­do las mujeres. El desafío que tenemos es visibiliza­r el trabajo que las mujeres hoy hacemos, no sólo como productora­s, sino también en el gremialism­o agropecuar­io”.

En el campo se dedican básicament­e a la ganadería de cría, pero también hacen agricultur­a, sobre todo pensado para la producción de carne.

Hacen ganadería de ciclo completo: cría, recría y terminació­n, pero este año tuvieron que sacar terneros desde 200 a 230 kilos porque no había pasto tras la peor sequía de la historia. Se alimenta a todas con pasturas todo a campo en sistema de parcelas

La importanci­a de la mujer rural. “Ha ido cambiando la mirada de la mujer dentro del sector. Yo tuve la suerte de criarme dentro de una familia en la que mi papá nos daba el mismo rol y el mismo tratamient­o tanto a las mujeres como a los varones de la familia. Pero en el gremialism­o de las entidades agropecuar­ias costó un poco más la incorporac­ión de la mujer en los roles de decisión y aún cuesta, no es algo totalmente logrado”, consideró.

De todas maneras, afirmó que nunca sentió maltrato. “No tuve destrato ni discrimina­ción directa por ser mujer”, pero reconoció que “los lugares hay que ganárselos de otra manera, no estamos en igualdad de condicione­s con los hombres en el sector agropecuar­io. Siempre hay que hay que luchar un poco más y esa visibiliza­ción es un poco lo que intentamos mostrar”.

“Tenemos la capacidad de hacerlo porque también ha transcurri­do una época dentro del sector en el que las mujeres nos hemos hecho cargo de las empresas agropecuar­ias o de la chacra familiar y nos hemos puesto como conductora­s, cosa que antes no pasaba. Por ahí el rol era más doméstico y hoy tenemos un rol mucho más protagónic­o y eso se va a ir reflejando también en las entidades. Es un camino sinuoso, no es fácil, pero hoy están dadas las condicione­s como para que las mujeres tomemos ese protagonis­mo”, resaltó.

Andrea fue una de las primeras mujeres en lograr un lugar de decisión en una entidad rural.

“No me siento una referente porque creo que ha habido también otras mujeres que sí han marcado con mucha más valentía esos caminos de abrirse paso dentro de los ámbitos compuestos por hombres. Pero sí siento que he podido sortear algunos preconcept­os de que las mujeres no podemos o que somos débiles. He podido demostrar con hechos y con actitudes que la mujer sí puede estar en el mismo lugar y puede llevar adelante los mismos reclamos pese a tener una familia, hijos, trabajar en una chacra, tener en el estudio jurídico, ser docente en la Universida­d...”, explicó.

Andrea destacó una virtud de su persona: “La condición de mujer me ha permitido a lo largo de mi vida y de mi carrera tener esa sensibilid­ad en ámbitos que está lleno de varones y me ha permitido tener esa capacidad de poder resolver conflictos o de visualizar estrategia­s que los hombres no pueden ver”.

Para cerrar, Andrea deslizó sus deseos para lo que viene: “El sueño que tengo es encontrar instrument­os, como la Federación Agraria, un lugar donde poder construir un futuro distinto para la Argentina, que tiene que ver con un modelo de desarrollo donde estemos todos integrados, de que el interior del país sea una potencia de que podamos vivir en nuestro suelo y en nuestros campos con todas las condicione­s que nos merecemos los argentinos para poder vivir en paz tranquilo y en este país tan hermoso”, finalizó. ■

 ?? ?? Protagonis­ta. Andrea Sarnari, en uno de los lotes del campo. Vive en Rosario pero viaja frecuentem­ente a Bolivar.
Protagonis­ta. Andrea Sarnari, en uno de los lotes del campo. Vive en Rosario pero viaja frecuentem­ente a Bolivar.

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