"Necesitamos una política de Estado para construir la marca país"
El presidente de Aapresid, Marcelo Torres, estuvo en Agritechnica, Alemania.
Esteban Fuentes
Marcelo Torres es el actual presidente de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid). Y fue uno de los referentes del sector agropecuario que estuvo en la feria más grande de Europa, como es Agritechnica, que se desarrolló en Hannover, Alemania, desde el 12 al 18 del corriente mes.
-Recientemente participó de Agritechnica. ¿Cuál fue el objetivo? -Integramos parte de una delegación de privados que fuimos con intereses que, de alguna manera, se solapaban porque en nuestro caso fuimos a promover los modelos productivos basados en siembra directa. Por ejemplo, Cafma, la cámara que engloba a las empresas de maquinaria agrícola, también participó y en la medida que estos sistemas escalan a nivel global, estas firmas tendrán mayores oportunidades de vender tecnología argentina. Y lo mismo ocurre con el sector público porque más allá de los gobiernos que se van sucediendo, necesitamos una política de Estado para construir la marca país y sin duda que el sistema sustentables basado de siembra directa, con baja huella de carbono, es una oportunidad para la Argentina de posicionarse.
-¿Qué le llamó la atención de la feria? -Hay cuestiones muy contrastantes. Pude observar tecnologías que ayu
dan a la gestión, a una agricultura de sitio específico, a tomar mejores decisiones, de poder tener la huella ambiental de lo que estamos haciendo, pero también vi pabellones enteros dedicados a máquinas para labranza. Me llama la atención, no porque no sepa que eso es así, sino por la magnitud. La industria apuesta fuertemente todavía a la labranza y el productor también porque de alguna manera consume estas máquinas. Vi muchos implementos combinados, donde se ve en el mismo bastidor cuchillas, púas de cincel, discos, rolos. Tenemos que ir a una agricultura que tenga menos huella de carbono y el primer paso es dejar de labrar. Después, por supuesto, vienen otros pasos, como son la rotación de cultivos y la inclusión de cultivos de servicios. El suelo en Europa está súper degradado donde ya es simplemente un sostén de los cultivos.
-¿Hay en Europa superficie bajo siembra directa?
-Hay productores europeos que están empezando a trabajar en directa, pero hoy es muy bajo a nivel de adopción. En la medida que empecemos a usar indicadores duros, como la huella de carbono, el mercado, la industria y el consumidor van a empezar a ir por esta vía para ayudar a que estos sistemas escalen.
-¿No es contradictorio que Europa exige ciertas certificaciones a otros países y dentro de Europa no se hacen las cosas como se debiera?
-En un aspecto contradictorio. También es cierto que cuando hablamos con los productores europeos, tienen la noción de que la siembra directa es la de hace 30 años, que se hacen barbechos químicos muy largos, con un gran uso de herbicidas que provoca la aparición de maleza resistentes.
Entonces, ellos argumentan estas cuestiones. Lo que nosotros le explicamos es que la siembra directa es un pilar, pero hay otros pilares, como la rotación de cultivos y la incorporación de los cultivos de servicio, entonces uno ahí puede tener un suelo vivo la mayor cantidad de tiempo posible, manteniendo un microbioma activo, vida en el suelo que va ganando salud física y química y usando también menos herbicidas. Ese es el intercambio que tenemos que tener, donde creemos que el productor es fundamental que sea protagonista de los cambios, como pasó en Argentina o Brasil donde estos grupos de productores de alguna manera que hace 34 años en Aapresid se pusieron como meta impulsar la siembra directa. Es importante el involucramiento del productor y sentirse parte de los cambios. La política europea es tan dura respecto de un montón de aspectos que también le está afectando a los mismos productores europeos. Ellos se ven de alguna manera hackeados y es bueno que sean protagonistas de estos cambios. No que se sientan acorralados o amenazados, sino que empiecen a analizar las maneras distintas de producir y que lo hagan junto con la ciencia y la tecnología.
-En Argentina cayó el uso de siembra directa en los últimos meses. ¿Por qué?
Lo que vemos es una mirada de corto plazo y tal vez esté relacionado con la falta de previsibilidad que hay en el agro. Creo que también este último mensaje es válido para Argentina, que se puede mantener un campo de siembra directa, que se puede resolver los problemas de compactación y que se puede resolver el problema de maleza desde el sistema de siembra directa, con rotación de cultivos y la inclusión de cultivos de servicio. Aapresid volvió a editar "Instituto Aaprender", que lo que intenta es llevar esta mirada sistémica, pero entendemos que el productor tiene que tener rentabilidad, y previsibilidad para poder planificar sus rotaciones. Es parte de un contexto. De todas maneras, la adopción en Argentina está en niveles altísimos a nivel mundial. Y el uso tiene que ver con toda la ventaja que tienen estos sistemas. El productor lo hace porque es rentable, no es que tiene un subsidio o un apoyo para hacerlo.
-En la conferencia que brindó junto a funcionarios nacionales y autoridades de Exponenciar en Hannover, habló sobre la necesidad de tener mediciones propias. ¿A qué se refirió?
-Hablamos de las certificaciones para diferenciar nuestros productos y construir un canal del campo al consumidor donde podamos agregar valor a través de de producir granos, carne, leche con estos sistemas que tienen menos huella ambiental. Nosotros estamos trabajando con el carbono, tanto en captura y en emisiones, en definitiva, en el balance. Argentina tiene una gran oportunidad porque tiene realmente sistemas que tienen baja huella, pero tenemos que tener mucha información y esa es una tarea de todos, tanto público privado, para poder demostrarlo.w