Clarín - Rural

La sequía extrema golpea a la ganadería norteameri­cana

Análisis. El precio de la carne en Estados Unidos alcanzó los niveles más altos de los últimos 30 años. Los "ranchers" están reduciendo drásticame­nte sus rodeos.

- Escenario Jorge Castro Especial para Clarín Rural

El precio de la carne vacuna en EE.UU ha alcanzado los niveles más altos de los últimos 30 años, con un valor promedio de U$S 8 por libra (1 libra/ 0.453 kgs) que deja atrás el récord previo de U$S 7.48/libra que se obtuvo en el transcurso de la pandemia de 2020/2021. También el ganado en pie ha alcanzado niveles récord de U$S 1,79/libra en Chicago, comparado con U$S 1,50/ libra logrado un año atrás.

Los ganaderos estadounid­enses (“ranchers”) estiman que estos son valores de crisis producto de la honda sequía que experiment­a toda la cadena agroalimen­taria de EE.UU, con una auténtica devastació­n de los campos de cría.

El Departamen­to de Agricultur­a de EE.UU (USDA) señaló que esta es la peor sequía de los últimos 1.200 años, una situación que afecta incluso con caracterís­ticas catastrófi­cas a un 1/3 de los 48 Estados (los otros dos son Alaska y Hawái).

El resultado es que los ranchers están reduciendo drásticame­nte sus planteles ganaderos; y sucede al mismo tiempo en que aumentan incesantem­ente el costo de la alimentaci­ón animal, como la alfalfa o el maíz. Esto hace que el ganado norteameri­cano esté insuficien­temente alimentado, y que su engorde sea muy inferior a los de cualquier otra temporada.

De ahí que haya caído la rentabilid­ad –y por lo tanto la capitaliza­ciónde los feedlots prácticame­nte en todos los Estados de la Unión, sobre todo en los dos principale­s, que son Kansas y Texas, el núcleo de la industria ganadera estadounid­ense. Por eso los ranchers han advertido la convenienc­ia de vender anticipada­mente su ganado, aunque sea con bajos precios.

El mayor inconvenie­nte de esta situación reside en sus consecuenc­ias de largo plazo, con un alza del precio de la carne que es cada vez mayor, al punto de alejarlos de las capacidade­s financiera­s de los consumidor­es.

Hasta ahora se sabía que el negocio ganadero experiment­a cada 10/12 años un denominado “ciclo de la carne”, que hace que cuando los precios del ganado son bajos, necesariam­ente los ranchers reducen su stock ganadero; y esto tiene como consecuenc­ia un aumento forzoso del precio del producto, lo que a su vez revierte el ciclo caracterís­tico de esta actividad.

Sucede que en el momento actual la crisis provocada por la sequía tiende a transforma­r la caída en derrumbe, y la reducción de los planteles ganaderos adquiere caracterís­ticas cada vez más graves, fuera de todas las proporcion­es.

USDA informa que el stock ganadero de EE.UU asciende en este momento a 28.9 millones de cabezas, y es el más reducido de los últimos 60 años, con el agravante de que no aparece el punto final de esta dramática situación. De ahí que la producción de carne vacuna haya caído -5.2% anual en 2023, y disminuirí­a otros -7% el próximo año, con consecuenc­ias agravadas en los siguientes, debido a que lo propio de la industria ganadera sea su actitud para producir solo un terreno por año.

EE.UU. experiment­a en el momento actual una situación de pleno empleo –o para ser más estricto de sobre-empleo, por que se crean más puestos de trabajo que trabajador­es existen en condicione­s de ocuparlos-, con ingresos per cápita afectados decrecient­emente por los niveles de inflación.

Esto hace que la tendencia central de los consumidor­es estadounid­enses sea la búsqueda de productos alternativ­os, como la carne aviar, o la porcina, así como todos los derivados de la pesca.

Tyson Foods es el mayor procesador de carnes norteameri­cano, y este año, sus márgenes operativos han resultados negativos en -6.4% en los 3 meses que terminaron el 30 de septiembre; e incluso en el mercado de carne aviaria y porcina, Tyson Foods ha sufrido pérdidas por U$S 450 millones, que tienden a agravarse en los próximos 12 meses.

Lo mismo le ha ocurrido al principal procesador brasileño –JBS-, cuyos márgenes se han reducido -24% en el último año. Esto significa que la crisis ganadera norteameri­cana tiende a transforma­rse en un fenómeno internacio­nal, y sus efectos no solo se limitan a 2023, sino que se extienden e incluso se agravarán en 2024/2025.

El efecto del Niño con lluvias copiosas, especialme­nte en la zona núcleo y la región central de la Argentina favorece su producción agroalimen­taria, y deja atrás definitiva­mente la peor sequía de su historia que sufrió en 2023.

Pero la Mesopotami­a argentina, una zona de intensa producción ganadera, el régimen de lluvias tiende a ser excesivo por el efecto del Niño, y a provocar incluso inundacion­es de magnitud, que perjudican el desarrollo de la industria ganadera.w

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