Clarín - Rural

La ganadería se asoma a un escenario que promete

Con el fin de la sequía y de las restriccio­nes para exportar carne, el sector apunta a una nueva fase de crecimient­o, pero en 2024 faltará oferta.

- Lucas Villamil

Por la propia lógica pendular de la actividad ganadera y por la influencia de algunos factores externos, el 2024 se perfila como un año opuesto al 2023. El giro climático y político le da nuevos horizontes a la producción, pero el mercado deberá acomodarse a una oferta temporalme­nte restringid­a. En eso coinciden productore­s y analistas consultado­s por Clarín Rural.

“Seguro que vamos a tener una menor oferta de terneros producto de la baja preñez de este año y una menor oferta de gordo porque las recrías han sido más cortas, por

Tras un 2023 con mucha faena, se espera una caída en el stock en torno al 2,5%

lo cual vamos a tener firmeza en los precios de la cría y segurament­e en los precios del gordo”, explica el asesor de empresas ganaderas Fernando Canosa.

Y Milagros Sobredo, analista del área de ganadería de la consultora Globaltecn­os, aporta algunos datos que abonan la previsión de Canosa. “Llevamos una faena bastante alta en este 2023, con un 10 por ciento más de cabezas que en 2022, y eso nos va a llevar a tener una caída de stock en torno al 2,5 por ciento sobre las 54,2 millones de cabezas que había a comienzos de este año. A eso se suma el posible impacto de la sequía en los destetes de marzo”, dice, y describe causas y efectos de la “acelerada” de la invernada. “Todo el año hubo una alta ocupación de corrales y menor participac­ión de las recrías en los sistemas porque no había recursos forrajeros para hacerlo. Además de los machos, hubo una faena elevada de hembras, y la caída en el stock de hembras compromete la producción futura”.

En este contexto y pensando en la recomposic­ión a mediano plazo, Canosa le da vital importanci­a a la implantaci­ón de especies forrajeras. “La situación forrajera viene debilitada por la sequía y hay que pensar en recomponer­la. En el próximo otoño hay que redoblar los esfuerzos y sembrar pasturas y verdeos para poder volver a tener la cantidad de forrajes necesarios. Por ahora está definido el Niño en la zona núcleo y el sur de Buenos Aires, pero en el oeste y en la zona semiárida todavía no hubo lluvias importante­s”, dice.

Al respecto, el productor correntino Santiago Angelillo, afirma que en su región la situación climática cambió radicalmen­te. “Hoy hay campos anegados, pero con una recomposic­ión forrajera notable”, comenta. Luego afirma que aun hay mucha hacienda encerrada y una salida de gordo muy concentrad­a que comenzó hace unos meses y que tal vez se prolongue para los primeros meses del 2024, con pérdidas económicas en la etapa de terminació­n a corral. “El dólar agro, el cierre parcial de exportacio­nes y las pérdidas en el salario real fueron una combinació­n letal para la actividad de engorde”, asegura el productor.

Ahora parece abrirse un panorama completame­nte distinto para el sector. Canosa ya observa un cambio de humor, “un interés renovado por parte de la producción”. “Si se cumple lo que prometiero­n de liberar las restriccio­nes exportador­as podemos entrar en un ciclo de bonanza en el cual todos ganemos, generando 200.000 puestos de trabajo más, 10.000 millones de dólares a través del aumento de las exportacio­nes, pensando que la producción de carne se puede duplicar”, afirma.

Lo mismo piensa Sobredo. “De acuerdo a todas las expresione­s que se han hecho públicamen­te, se espera una apertura total de las exportacio­nes, lo cual le generaría competitiv­idad a la industria exportador­a y eso generaría una tracción interesant­e en el negocio”, dice, y brinda algunos detalles: “Hoy la participac­ión de las exportacio­nes en la faena es del 25-26 por ciento sin contar el hueso, y esta apertura generaría un crecimient­o. Como consecuenc­ia esperamos que las recrías vuelvan a tener mayor relevancia en los sistemas, que se vaya nuevamente a un novillo más pesado. Veníamos observando un incremento en el peso medio de faena hasta alcanzar los 232 kilos en 2022 y luego bajó y hoy está en 226 kilos. En un escenario con tracción de la exportació­n nos imaginamos que ese peso medio pueda volver a subir, que las recrías vuelvan a tener relevancia, y eso en el corto plazo podría generar una menor oferta de carne en el mercado. A eso se puede sumar una mayor retención de hembras para ampliar la fábrica”, dice la analista.

A modo de síntesis Canosa advierte que el año que viene segurament­e habrá menor oferta de carne vacuna, pero asegura que habrá suficiente cantidad de carne de pollo y de cerdo para reemplazar ese faltante. “Seguimos estando en el podio de los países con mayor consumo de proteína animal y somos el principal consumidor de carne vacuna. Hay posibilida­des de crecer sin dañar la mesa de los argentinos. El 2024 será un año bisagra, pero segurament­e pasaremos a un periodo de crecimient­o nunca visto en Argentina”, remarca.

Y el productor Angelillo comparte la misma sensación: “Con la apertura de mercados, un cambio en la matriz de la producción ganadera en términos de tipo de cambio, podría ser al fin un contexto que nos permita producir, invertir y competir ofreciendo un producto de calidad reconocida. Los desafíos son enormes, desde cumplir con todas las exigencias del mercado en términos de sostenibil­idad y bienestar animal hasta conseguir nuevamente los mercados, esta vez esperemos que para siempre”, concluye.

El 2024 se plantea como un año bisagra para la producción ganadera

 ?? ?? Pastito. La siembra de pasturas y verdeos en otoño será vital para la recomposic­ión forrajera tras la seca.
Pastito. La siembra de pasturas y verdeos en otoño será vital para la recomposic­ión forrajera tras la seca.
 ?? ?? Cargados. Los corrales de engorde vienen con alto nivel de ocupación, aunque los números no les cierren.
Cargados. Los corrales de engorde vienen con alto nivel de ocupación, aunque los números no les cierren.

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