Se crió en el tambo y hoy preside una entidad clave
Lisselotte Diz es cuarta generación de productores lecheros. Estará al frente de una asociación ganadera. Cuáles son los desafíos de su gestión.
Cuarta generación de productores agropecuarios, Lisselotte Diz nació y creció siempre vinculada al tambo, una actividad a la que aprendió a amar desde muy chica. Hoy, fruto de su conocimiento y trayectoria, esta joven ingeniera en producción agropecuaria especializada en nutrición animal, asume el desafío de ser la primera mujer en presidir la Asociación de Criadores de Holando Argentino (ACHA) en sus 79 años de existencia. “Es un orgullo y una responsabilidad muy grande”, dice Lisse -así la llaman todos- en diálogo con Clarín Rural pocos días después de haber sido electa.
En ACHA, las mujeres siempre tuvieron espacio, de hecho, desde 2015, Lisse ocupó el cargo de secretaria y durante varios años la gerencia estuvo a cargo de una mujer, pero ninguna había llegado a la presidencia hasta ahora. “En la producción lechera las mujeres tienen mucha participación, en los campos, en el ordeñe y en las guacheras hay muchas mujeres y son muy buenas, y en los últimos años también hay muchas profesionales trabajando en los tambos, van a entrando de a poco, pero es bueno porque antes, muchas veces te recibías de veterinaria, de ingeniera agropecuaria o de ingeniera agrónoma, y te daban tareas más administrativas, en un banco o en un laboratorio, o sea, la parte de campo era más difícil”, cuenta la flamante presidente.
Para Lisse, la inserción laboral fue algo natural ya que proviene de familias tamberas tanto por el lado materno como el paterno. “Desde que nací estuve mucho en contacto con el campo, fui de chiquitita al tambo, mi padre es veterinario al igual que mi tío, otro tío es ingeniero agrónomo, siempre estuve muy vinculada y eso me ayudó, me simplificó conseguir trabajo, no solamente en el establecimiento propio sino en otros. Después, lo difícil es tener la presión de demostrar que realmente servís para esto y podés hacer bien la tarea, y no solo estás ahí porque estabas muy relacionada”, relata.
Lisse vivió siempre en Germania, una pequeña localidad del norte bonaerense. Cuando finalizó el colegio secundario se fue a Buenos Aires a estudiar Ingeniera en Producción Agropecuaria en la Universidad Católica y luego de recibirse, en el ‘93, viajó a Madison, en Wisconsin, Estados Unidos, una zona muy lechera, para profundizar sus conocimientos en nutrición animal. A su regreso, instalada de nuevo en el pueblo, comenzó a asesorar a tambos de terceros y un año más tarde se sumó a la empresa familiar conducida por su padre y su tío, tareas que mantiene hasta la actualidad.
El bisabuelo paterno de Lisse llegó desde España a muy corta edad y empezó a trabajar en un almacén de ramos generales en Lincoln. Sus empleadores lo fueron trasladando y cuando pusieron una sucursal en Germania, él se mudó y empezó a avanzar económicamente lo que le permitió comprar campo y poco a poco levantar un tambo. Finalmente, en 1943, su abuelo compró las primeras vacas Holando y fue uno de los fundadores de ACHA que se creó formalmente el 8 de noviembre de 1944 en Buenos Aires. Aunque un día antes, él se encontraba en la Capital ultimando detalles, en el acta fundacional no aparece su firma por un hecho llamativo: como el día de la asamblea coincidió con su cumpleaños, decidió tomar el tren de regreso a Germania para pasarlo en familia, era prioritario.
Ahora, Lisse sigue sus pasos. En el tambo familiar, administrado por su padre y su tío, que son socios, ella se encarga de toda lo relativo a la nutrición de los animales, el planeamiento general y económico. Y su primo se desempeña como médico veterinario. Asegura que se llevan bien trabajando.
Desafíos. De cara a lo que viene, como productora, considera que en este momento hay que apuntar a ser lo más eficiente posible, especialmente ahora que la relación entre el costo de alimentación y el costo del litro de leche es desfavorable. “En estos momentos hay que enfocarse en tratar de lograr que la alimentación esté dada por un gran producido en el campo, que los tambos que hacen silo traten de que sea de la mejor calidad posible; los que pastorean como nosotros, que tenemos un sistema mixto con pasturas, silo y alimento balanceado, tenemos que lograr que las praderas tengan la mejor calidad y produzcan la mayor cantidad de pasto, aprovechar ese pasto de la mejor manera”, recomienda la especialista.
En cuanto a las metas como presidente de ACHA, indica que durante su gestión se apuntará a mejorar la raza: el objetivo es llegar a la mayor cantidad de tamberos posible para ayudarlos a buscar los animales más eficientes. ¿Cómo? “En la asociación trabajamos con herramientas para que los productores puedan criar la mejor vaca, o sea, la que sea más eficiente, la vaca que se ordeñe con la menor cantidad posible de problemas y que dure más, que tenga buena composición de sólidos, que se enferme poco”, explica.w