Reseña AgTech ‘23: creciendo a pesar de las dificultades
Un robusto ecosistema que invierte, se expande y traspasa fronteras.
Hace apenas unos años éramos muy pocos los que conocíamos la expresión AgTech o AgriFoodTech. Y entre ellos, muchos estaban convencidos que este neologismo no era más que una nueva moda pasajera en el sector agropecuario.
Pero las empresas AgriFoodTech no sólo han sobrevivido, sino que lograron prosperar en medio de la tormenta perfecta que fue el 2023, un indicador de la robustez de este joven ecosistema argentino.
Las grandes empresas del sector tuvieron dificultades para sobrellevar este año de sequía histórica, sólo imaginemos el impacto que pudo tener en estos jóvenes equipos que -en su mayoría – apenas están validando sus tecnologías y sus modelos de negocios.
Es meritorio que muchos de estos emprendimientos hayan podido completar importantes rondas de inversión en este entorno. Que en un país con índices macroeconómicos incomprensibles existan emprendimientos tecnológicos que hayan recibido inversiones de capital de riesgo -en un negocio a cielo abierto- es algo que merece ser gritado a los cuatro vientos.
Muchos de los emprendimientos seniors del ecosistema fueron capaces de saltar nuestras fronteras y comienzan a dejar su huella en el mundo y, mientras capturan la confianza de clientes foráneos, reciben importantes inversiones en dólares de capital de riesgo.
Los emprendimientos más jóvenes, aquellos que recién comienzan su expansión internacional, tampoco se amedrentaron en este océano de incertidumbre y lograron crecer, ganar clientes y conseguir la confianza de inversores.
Nos hemos acostumbrado -muy gratamente- a encontrar destacados espacios AgTech en todos los eventos del sector y no hay medio que no dedique actualizaciones sobre las múltiples novedades con las que el ecosistema nos sorprende semana a semana. Tampoco nos sorprende encontrarnos con posiciones laborales desconocidas años atrás como Coordinador AgTech mientras nos vamos habituando a jóvenes (y no tanto) que abandonan posiciones en empresas icónicas y apuestan a sumarse a las huestes de estos start-ups.
En un país donde el 40 por ciento del área no tiene conectividad se concretó la primera red privada de conectividad agrícola 4G LTE merced a la visión de Cosufi SA y la tecnología de Alvis.
Cuando muchos de nuestros jóvenes están convencidos que la salida queda en Ezeiza, una empresa como Lartirigoyen creó LartiInnova para convocar a miles de jóvenes en Catriló, La Pampa, introducirlos al mundo AgTech e invitarlos a sumarse a la utopía de un sector que los necesita con premura.
Moolec Science, la empresa de tecnología bioalimentaria vinculada a Bioceres se convirtió en la primera en esa categoría en tocar la campana al cierre de Nasdaq y compró ValoraSoy SA, la empresa de la familia Ricca dedicada a producir y exportar texturados de soja.
Un grupo de soñadores liderado por Rubén Altman tuvo la osadía de organizar la primera conferencia Climatech de la Argentina, donde pudimos aprender que el agro tiene la obligación de dejar ser el villano de esta crisis climática.
Finalmente, qué podemos decir de los sufridos productores agropecuarios que decidieron apostar por la tecnología y el futuro, en un país donde mañana es largo plazo. Muchos de ellos invierten en sus emprendimientos favoritos, y muchos más todavía confían sus ahorros a fondos de inversión creados por productores, como son los casos de Innventure y Pampa Star, focalizados en este ecosistema.
En un 2023 donde vivimos peligrosamente, los emprendedores del ecosistema AgriFoodTech no sólo no bajaron los brazos, sino que nos enseñaron un camino hacia una agricultura más moderna, más eficiente y más sostenible. Un compromiso que nos permite comenzar el año con la confianza que ello es posible a pesar de todas la dificultades. Hacia allá vamos.