Clarín - Rural

Los granos, política de estado y riesgo para la economía

- Mauricio Bártoli

Aprobada la Ley Ómnibus en Diputados, en general, quedó definido que no habrá cambios en la política sobre retencione­s a los granos. Eso es en un sentido una buena noticia, luego de los argumentos de la actual administra­ción del Estado sobre la “necesidad” de aumentar la presión tributaria al campo; aunque esta vez no se discrimina­ba por sectores exportador­es, todos saben que lo que mueve el amperímetr­o de esa recaudació­n son los productos agroindust­riales.

Con todo, no puede soslayarse que si bien muchos productos quedarían con retencione­s cero, particular­mente varias economías regionales, otros seguirán financiand­o los gastos públicos.

La soja es el cultivo más perjudicad­o, porque sus productore­s en definitiva deben resignar un tercio del valor de venta. Esa situación es más perjudicia­l para los agricultor­es cuando la facturació­n disminuye por merma productiva. No sólo es el Estado el que recauda menos. Se achican notablemen­te los márgenes de rentabilid­ad de quienes apuestas a cielo abierto y hoy están rogando que vuelva a llover.

En términos macro, todavía no se deben dar por perdidos los dólares del campo que ilusionan a todos, empezando por el gobierno de Javier Milei.

Pero, luego de haberse debatido en la agenda de poder nacional el nivel de retencione­s, como una política de estado acorde a la realidad de las cosas, sería bueno que la economía (es una metáfora porque todo está integrado) tome nota de que los recursos que se cuentan para el otoño pueden ser menos que los esperados.

Por lo pronto, por el declive de los precios internacio­nales es necesario que la cosecha sea un 25% superior a la del año pasado como para recaudar la misma cantidad de dólares, según calcularon en la Bolsa de Comercio de Rosario. Hasta la semana pasada, eso no parecía un problema, con proyeccion­es de una cosecha de soja dos veces y media superior. Ahora, impera el temor al calor y la falta de agua.

Con todo, todavía en la mayoría de los lotes los cultivos resisten la ola de calor. Vienen dos semanas clave, en el foco del período crítico para los rindes, pero se puede mantener la esperanza, luego de una implantaci­ón en niveles óptimos.

En el contexto de crisis económica, es generaliza­da la mirada sobre el agro como el aportante central para equilibrar las cuentas macro. Desde el corazón del poder pasó de ser tratado como el malo de la película, a ser considerad­o un “socio”. En la discusión política no se discute si el campo es responsabl­e del precio de los alimentos. Los que lo “usaban” como chivo expiatorio de la inflación no sólo perdieron cargos sino también influencia en los debates de opinión pública.

En medio de la crisis económica, y los cambios políticos, la mirada de la sociedad argentina sobre el campo ha evoluciona­do favorablem­ente. Dios quiera que las lluvias acompañen.

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