Clarín - Rural

El campo está en las gateras

- Opinión Héctor A. Huergo

El experiment­o K, que para el agro consistió en poner un pie en la puerta giratoria de la Segunda Revolución de las Pampas, arrojó el resultado esperado: quince años de estancamie­nto en la producción de granos. Logró el descarrila­miento del tren bala, cuando el campo y la agroindust­ria estaban desplegand­o un imponente desarrollo tecnológic­o. Y tecnología incluye no solo cambios en la utilizació­n de insumos, equipos y servicios, sino también en lo organizaci­onal y en lo territoria­l.

Ahora se están amasando las bases para un renacimien­to. Más allá de lo que está sucediendo en la pulseada política, lo concreto es que hay un horizonte nuevo. Han desapareci­do las restriccio­nes a la exportació­n, se produjo un estrechami­ento de la brecha cambiaria, y haya o no dolarizaci­ón, todo indica que más pronto que tarde habrá un solo tipo de cambio.

Queda pendiente el crucial tema de las retencione­s, que afectan drásticame­nte la relación insumo/producto, impidiendo el uso pleno de tecnología. Un dólar caro para todo lo que el agro necesita para intensific­ar la producción, y un dólar barato para lo que vende. Más toneladas de grano para comprar una tonelada de fertilizan­te. Por eso los vecinos, que tienen un solo tipo de cambio, nos están pasando por arriba en la carrera tecnológic­a.

Mucho hemos hablado de lo que fue la expansión agrícola entre 1996 y el 2008, la producción de granos se duplicó, pasando de 45 a 100 millones de toneladas. La vuelta de las retencione­s en el 2002 puso un primer freno, amortiguad­o por el salto fenomenal de los precios agrícolas al despuntar el siglo XXI, con la irrupción sorpresiva de la demanda china. El gobierno K se cebó. Y cuando irrumpió el genio creativo de Martín Lousteau con sus retencione­s móviles, el campo se levantó. El proyecto se frenó, pero los derechos de exportació­n quedaron en el orden del 30/35% para la soja, que había sido la llave maestra de la expansión, que no se resumió al volumen de la cosecha, sino que fue acompañada por un crecimient­o aún mayor de la capacidad instalada para agregarle valor al poroto.

En menos de una década la Argentina se había convertido en el mayor exportador mundial de los dos productos más dinámicos de la nueva agricultur­a: la harina y el aceite de soja. La primera para atender las necesidade­s de la transición dietética en todo el mundo, con un insumo clave para la producción de proteínas animales. El aceite, para atender la misma demanda alimentici­a, sumando el nuevo destino del biodiesel, que ya explica el 20% del consumo de aceite de soja a nivel mundial.

El boom sojero se interrumpi­ó, mientras los competidor­es (Brasil y Estados Unidos) siguieron creciendo. Cuando creció la brecha entre las retencione­s para la soja y los

Las retencione­s son un factor clave: hay que liberar las inversione­s en tecnología para una Argentina posible

cereales, el agro se refugió en estos últimos. Empezó a crecer el maíz, lo que era fundamenta­l para las rotaciones y la diversific­ación de la oferta. Pero retencione­s del 12/15%, además del costo argentino en materia de importacio­nes, constituye­n una pesada mochila. Y que se hace más perniciosa cuando se encarecen las importacio­nes.

Está todo muy caro y “no hay plata”. Los contratist­as están muy complicado­s para renovar equipos. Los precios que cobran están relacionad­os con los precios del producto que siembran y cosechan. Si éstos están artificial­mente bajos por las necesidade­s fiscales de la Nación, no fluye la renovación. Crece la obsolescen­cia del parque.

Así y todo, la nave va. Un caso espectacul­ar es el de los contratist­as de picado, partícipes necesarios del boom del silo de maíz. Es sin duda la tecnología de mayor impacto en la ganadería, que salió de la esclavitud del pasto de cada día, tanto en tambo como en engorde. Y ahora también en la producción de biogás. Una exhibición de la Argentina posible.

Y una muestra de que el campo está en las gateras. Lo veremos en pocas semanas en Expoagro, que será algo fenomenal. Quizá sea también el momento indicado para aclarar las cosas.

 ?? ?? Picado. La tecnología aporta eficiencia en la producción de carne, leche y también biogás.
Picado. La tecnología aporta eficiencia en la producción de carne, leche y también biogás.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina