Clarín - Rural

La prioridad china es impulsar la iniciativa de los productore­s

Para el Gobierno de la República Popular el autoabaste­cimiento de alimentos debe tener un caracter sustentabl­e y a largo plazo.

- Escenario Jorge Castro

El gobierno chino ha lanzado el “Documento Central Nro. 1” en que fija las políticas y las prioridade­s para el desarrollo agroalimen­tario de 2024.

La primera y fundamenta­l de esas políticas consiste en consolidar la seguridad alimentari­a de su población de 1.440 millones de habitantes, que es la segunda del mundo después de India (1.500 millones de personas).

Por eso el documento número 1 subraya que la producción de granos ascendió a 695,41 millones de toneladas en 2023, lo que significa que están más que cubiertas las necesidade­s alimentari­as de la población, con el agregado de que la producción anual de granos ha estado siempre por encima de las 640 millones de toneladas en los últimos diez años, lo que indica que el autoabaste­cimiento tiene un carácter sustentabl­e y de largo plazo.

China es un país con más de 5.000 años de historia y tiene una percepción aguda de que la continuida­d de su sistema político está directamen­te vinculada a garantizar la seguridad alimentari­a de su población, a la que por eso considera una cuestión estricta de seguridad nacional.

Atrás de esta concesión hay una visión básicament­e política / estratégic­a, y todo lo que se refiere a la agricultur­a no responde a una concepción meramente tecnocráti­ca, sino que es un problema esencialme­nte político.

Agrega el “Documento” que para eso es necesario implementa­r 4 prioridade­s: ante todo es preciso estabiliza­r las áreas sembradas, lo que implica impedir que se produzca su disminució­n por cualquier motivo, ya sea desarrollo urbano, crecimient­o demográfic­o o lucha contra el cambio climático; y la superficie prevista obligatori­amente por ley de esa área sembrada asciende a 120 millones de hectáreas; luego hay que aumentar los rendimient­os por hectárea, lo que implica cambio tecnológic­o y mayor eficacia empresaria, otorgando altos incentivos para los productore­s más exitosos; en tercer lugar hay que diversific­ar la producción a través de la creación de nuevos alimentos y productos, preferente­mente con marcas; por último, es preciso aumentar el sistema de créditos, y por lo tanto el ahorro, en los sectores rurales.

La clave de esta perspectiv­a es incentivar y movilizar el entusiasmo y la pasión por emprender de los productore­s agrícolas de la República Popular, sobre la premisa de que esta es la fuerza fundamenta­l de su sistema productivo, lo que implica alejarlo de toda visión burocrátic­a o meramente economicis­ta.

Los mejores productore­s deben ser los que más ganan, y por lo tanto son los más reconocido­s por la sociedad.

Al mismo tiempo es preciso avanzar “cinegética­mente” tanto en el terreno tecnológic­o y científico como en el institucio­nal, con el objetivo de revitaliza­r en todos los casos el mundo rural.

Específica­mente, en lo que hace al alza de los rendimient­os, sobre todo en la producción de soja y maíz hay que utilizar variedades de alto rendimient­o como las semillas genéticame­nte modificada­s (GM), e intentar en gran escala nuevas prácticas productiva­s como la siembra directa.

El área sembrada para la soja asciende a 10 millones de hectáreas, y debe mantenerse sin disminució­n de ningún tipo en una producción que se considera estratégic­a.

El agro chino tiene todavía un alto nivel de desperdici­os de productos alimentari­os, lo que es preciso evitar en plazos y objetivos previament­e establecid­os al comienzo de cada temporada.

La preocupaci­ón central del “Documento Nro. 1” no es el aumento de la producción ni de los rendimient­os, sino la mejora de las condicione­s de vida de la población rural, hasta conseguir eliminar la diferencia existente con los centros urbanos.

La prosperida­d es la condición para revitaliza­r la vida rural, sobre la premisa establecid­a por Deng Xiaoping de que “no hay socialismo en la pobreza”.

Para eso hay que mejorar sistemátic­amente la infraestru­ctura, ante todo las telecomuni­caciones y la logística, y acelerar la integració­n con los núcleos más avanzados de la economía urbana.

De ahí que se proponga desplegar en gran escala el comercio por internet (e-commerce) y las “industrias verdes”, así como el turismo local, acentuando la identidad de cada región y localidad.

China analiza cada uno de los problemas referidos a la producción agroalimen­taria con una visión de largo plazo de carácter global, y ante todo lo referido a la seguridad alimentari­a de su población.

Lo que interesa en la visión china respecto al desarrollo agroalimen­tario es percibir el sentido de las cosas, el rumbo y la dirección de la energía de sus productore­s más avanzados.

La prosperida­d es la condición fundamenta­l para revitaliza­r la vida rural

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