Cómo combatir a la chicharrita que está asolando al maíz
Es el vector del achaparramiento de las plantas que causa severos daños
Una enfermedad viene invadiendo los lotes de maíz esta campaña desde el norte argentino a la zona núcleo. Se trata del achaparramiento del cultivo, causado por una bacteria (Mollicute Spiroplasma kunkelii) que llega a las plantas a través de la chicharrita (Dalbulus maidis), y causa daños fisiológicos, problemas en el desarrollo y reducción del rendimiento. Según especialistas del INTA, las altas temperaturas y las abundantes lluvias, junto al escalonamiento en las fechas de siembra fueron las principales causas de la rápida reproducción y migración de esta plaga del maíz que puede permanecer agazapada durante todo el invierno en malezas y cereales para volver a infestar los cultivos en la siguiente campaña.
Entre los síntomas de la enfermedad se incluyen hojas con rayas cloróticas, enrojecimiento o deformaciones en los márgenes; entrenudos acortados, exacerbada prolificidad; aparición de espigas múltiples infértiles; acortamiento del período de llenado de granos y muerte prematura de plantas
La chicharrita es endémica de la zona norte de la Argentina (noroeste y noreste) y, aunque su aparición se da todos los años en estas zonas, “durante esta campaña, se detectó desde muy temprano porque tuvimos un invierno muy cálido, con pocas heladas y de baja intensidad", dijo Diego Szwarc, investigador del INTA Reconquista. La chicharrita sobrevivió a esas condiciones y estuvo presente en los primeros maíces sembrados en el norte, aumentando su crecimiento poblacional. Luego, la siembra escalonada contribuyó con la expansión de la plaga. “Los primeros maíces se siembran en los meses de agosto y septiembre en el norte de Santa Fe, más hacia el sur se empiezan a sembrar en septiembre y así sucesivamente. El insecto necesita del maíz para alimentarse y sobrevivir. Este escalonamiento ayuda a que la chicharrita, a medida que va migrando, siempre encuentre el cultivo en un estado óptimo para su crecimiento, desarrollo y transmisión del complejo de la enfermedad”, explicó Szwarc.
En tanto, Facundo Ferraguti, coordinador de la Red Nacional de Maíz del INTA, señaló que este año la plaga se encuentra en latitudes más altas y, sobre todo, en maíces de primera en el sur de Santa Fe donde nunca había estado. “Recibimos reportes de muchos lugares como el norte de Córdoba e, incluso, desde San Luis, ni hablar de las zonas donde siempre fue endémica, la plaga se ha expandido bastante”, alertó.
Cómo combatirla. Para Swarc, la clave para minimizar el impacto de la enfermedad transmitida por la chicharrita está en el manejo ya que en Argentina no existen umbrales de acción para el control de *
Dalbulus maidis. Por eso, considera “fundamental restringir el alimento para la plaga, eliminarndomalezas gramíneas huéspedes y las plantas de maíz guachas o voluntarias para reducir la población invernante”.
También aconsejó “escoger materiales tolerantes al insecto vector y acotar fechas de siembra para evitar coincidir el período susceptible del maíz con los picos poblacionales de chicharrita”.
El técnico instó a aplicar curasemillas que protejan al cultivo durante los primeros 10 a 20 días. Y explicó que, si bien las siembras de primavera escapan a la enfermedad, facilitan la reproducción del insecto y la enfermedad, lo que incrementa el riesgo para las siembras tardías de verano.
Ferraguti destacó la importancia de “elegir híbridos con buen comportamiento para esta enfermedad, escalonar menos las siembras y controlar los maíces voluntarios o guachos por pérdidas de cosecha”.
En las provincias de Córdoba y Santa Fe, alarma el alcance y daño que se está observando por spiroplasma en maíces tardíos. En el centro de Santa Fe, hay lotes con pérdidas del 70 al 80 por ciento. En Santiago del Estero hay lotes dados por perdidos, y otros con daños de hasta del 50 por ciento.