La chicharrita pone en vilo a los productores de maíz
Se recortó en 2,5 millones de toneladas la cosecha del cereal. Reportaron 360 mil hectáreas afectadas.
La Bolsa de Cereales de Buenos Aires le puso números a lo que se venía observando en los lotes maiceros. En su último informe bajó la proyección de cosecha en 2,5 millones de toneladas por la enfermedad Spiroplasma kunkelii, que es causada por la chicharrita, y por la ola de calor de febrero.
Así, la entidad calcula ahora que la producción de maíz será de 54 millones de toneladas contra las 56,5 millones previstas anteriormente, lo que representa una caída de casi un 5%.
"El impacto de la ola de calor sufrida durante el mes de febrero en los planteos de fecha intermedia y tardía en el centro del área agrícola sumado a la creciente incidencia y severidad de Spiroplasma kunkelii en planteos tardíos del centro y norte del país no permitirán alcanzar la proyección de producción planteada hasta la semana pasada", explicó la entidad.
Según especificó, los principales recortes en la proyección de producción se ubican en el centro-norte de Santa Fe y en la provincia de Entre Ríos explicados por la alta severidad de la enfermedad mencionada y en el centro-oeste de Buenos Aires y norte de La Pampa producto del estrés termo-hídrico sufrido durante el mes de febrero.
La chicharrita tiene un tamaño muy pequeño, alcanzando no más que 3 a 4 mm de largo, y transmite de manera persistente y propagativa la bacteria Spiroplasma kunkelii, causante de una enfermedad que ha mostrado una incidencia recurrente en el norte del país y en el sur de Brasil. Pero la plaga se expandió en esta última campaña a varias regiones productivas. Según un trabajo de la misma Bolsa de Cereales porteña, hay unos 27 departamentos ubicados en Santa Fe, Entre Ríos, Córdoba, Santiago del Estero, Salta y Tucumán que reportan presencia del vector.
No obstante, en los departamentos del centro de la provincia de Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos (San Cristóbal, Castellanos, General Obligado, San Justo y Paraná) la preocupación crece debido a que en años anteriores la plaga no se encontraba en tan altas proporciones como esta campaña. "Si bien la chicharrita es sensible a temperaturas extremas bajas y altas, se ve favorecida en condiciones de alta humedad como la actual campaña. Los inviernos benignos de los últimos años también podrían haber favorecido a la supervivencia en cultivos como trigo, cebada, avena, centeno, pasturas y diversas malezas", explicaron desde la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa.(Aapresid) su dispersión a nuevas zonas de latitudes más al sur que antes no colonizaban.
Así, se estima que la superficie potencial con algún daño significativo podría ascender a 360 mil hectáreas. "Hoy no existen estrategias con efecto curativo sobre el daño causado por esta enfermedad, por lo que la prevención es la única herramienta posible para manejarla adecuadamente", remarcaron desde la organización técnica.
Cómo actuó Brasil. El año pasado, en zonas productivas del estado brasileño de Mato Grosso, lograron una reducción considerable de la población de la chicharrita tras dos años de ataques severos, por eso desde el Movimiento CREA y la Asociación de Semilleros Argentinos invitaron a Clérison Perini, entomólogo de la empresa de consultoría y capacitación agrícola brasilera Proteplan. “La reducción de la población ocurrida el año pasado es reflejo no sólo de un mejor manejo a nivel integral, sino también es un esfuerzo generalizado en la región; ya no se trata de casos puntuales. Tenemos que aprender a convivir con la plaga, pero la clave es aprender a gestionarla para mantener un nivel de población bajo que sea controlable”, explicó.
Si bien la chicharrita del maíz ya estaba presente en Brasil, los ataques severos comenzaron a incrementarse desde 2015 para consolidarse a partir de 2020 a la fecha.
Los factores predisponentes de la expansión de la plaga fueron el crecimiento del área de siembra de maíz tardío, la proliferación de maíz “guacho” impulsada por el uso de híbridos con tolerancia a herbicidas y el menor uso de insecticidas propiciado por la extensión de la siembra de híbridos Bt, explicó el especialista.
La primera línea de defensa contra la plaga vector de la enfermedad de Spiroplasma es la elección de híbridos tolerantes. “En Brasil los materiales más susceptibles ya fueron retirados del mercado”, indicó.
Por supuesto, el uso generalizado de curasemillas resulta esencial, el cual es complementado con aplicaciones de insecticidas (acefato, metomil, profenofós, isocicloseram y buprofezina, entre otros) y productos biológicos a base de hongos, entre los cuales se incluyen Beauveria bassiana, Isaria fumosorosea, Metarhizium brasiliense y Batkoa sp.
“Las aplicaciones químicas realizadas en las primeras horas de la mañana resultaron tener una mayor efectividad que las hechas en el resto del transcurso del día”, recomendó.
Entre las pautas culturales para evitar la propagación del insecto, el investigador mencionó no hacer maíz sobre maíz, evitar la dispersión de granos durante la cosecha y el transporte, sincronizar a nivel regional tanto las fechas de siembra como los tratamientos para evitar que la plaga salte de un campo al otro e instrumentar un monitoreo sistemático semanal de la población del insecto para anticipar ataques severos.