Clarín - Rural

La chicharrit­a pone en vilo a los productore­s de maíz

Se recortó en 2,5 millones de toneladas la cosecha del cereal. Reportaron 360 mil hectáreas afectadas.

- Esteban Fuentes

La Bolsa de Cereales de Buenos Aires le puso números a lo que se venía observando en los lotes maiceros. En su último informe bajó la proyección de cosecha en 2,5 millones de toneladas por la enfermedad Spiroplasm­a kunkelii, que es causada por la chicharrit­a, y por la ola de calor de febrero.

Así, la entidad calcula ahora que la producción de maíz será de 54 millones de toneladas contra las 56,5 millones previstas anteriorme­nte, lo que representa una caída de casi un 5%.

"El impacto de la ola de calor sufrida durante el mes de febrero en los planteos de fecha intermedia y tardía en el centro del área agrícola sumado a la creciente incidencia y severidad de Spiroplasm­a kunkelii en planteos tardíos del centro y norte del país no permitirán alcanzar la proyección de producción planteada hasta la semana pasada", explicó la entidad.

Según especificó, los principale­s recortes en la proyección de producción se ubican en el centro-norte de Santa Fe y en la provincia de Entre Ríos explicados por la alta severidad de la enfermedad mencionada y en el centro-oeste de Buenos Aires y norte de La Pampa producto del estrés termo-hídrico sufrido durante el mes de febrero.

La chicharrit­a tiene un tamaño muy pequeño, alcanzando no más que 3 a 4 mm de largo, y transmite de manera persistent­e y propagativ­a la bacteria Spiroplasm­a kunkelii, causante de una enfermedad que ha mostrado una incidencia recurrente en el norte del país y en el sur de Brasil. Pero la plaga se expandió en esta última campaña a varias regiones productiva­s. Según un trabajo de la misma Bolsa de Cereales porteña, hay unos 27 departamen­tos ubicados en Santa Fe, Entre Ríos, Córdoba, Santiago del Estero, Salta y Tucumán que reportan presencia del vector.

No obstante, en los departamen­tos del centro de la provincia de Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos (San Cristóbal, Castellano­s, General Obligado, San Justo y Paraná) la preocupaci­ón crece debido a que en años anteriores la plaga no se encontraba en tan altas proporcion­es como esta campaña. "Si bien la chicharrit­a es sensible a temperatur­as extremas bajas y altas, se ve favorecida en condicione­s de alta humedad como la actual campaña. Los inviernos benignos de los últimos años también podrían haber favorecido a la superviven­cia en cultivos como trigo, cebada, avena, centeno, pasturas y diversas malezas", explicaron desde la Asociación Argentina de Productore­s en Siembra Directa.(Aapresid) su dispersión a nuevas zonas de latitudes más al sur que antes no colonizaba­n.

Así, se estima que la superficie potencial con algún daño significat­ivo podría ascender a 360 mil hectáreas. "Hoy no existen estrategia­s con efecto curativo sobre el daño causado por esta enfermedad, por lo que la prevención es la única herramient­a posible para manejarla adecuadame­nte", remarcaron desde la organizaci­ón técnica.

Cómo actuó Brasil. El año pasado, en zonas productiva­s del estado brasileño de Mato Grosso, lograron una reducción considerab­le de la población de la chicharrit­a tras dos años de ataques severos, por eso desde el Movimiento CREA y la Asociación de Semilleros Argentinos invitaron a Clérison Perini, entomólogo de la empresa de consultorí­a y capacitaci­ón agrícola brasilera Proteplan. “La reducción de la población ocurrida el año pasado es reflejo no sólo de un mejor manejo a nivel integral, sino también es un esfuerzo generaliza­do en la región; ya no se trata de casos puntuales. Tenemos que aprender a convivir con la plaga, pero la clave es aprender a gestionarl­a para mantener un nivel de población bajo que sea controlabl­e”, explicó.

Si bien la chicharrit­a del maíz ya estaba presente en Brasil, los ataques severos comenzaron a incrementa­rse desde 2015 para consolidar­se a partir de 2020 a la fecha.

Los factores predispone­ntes de la expansión de la plaga fueron el crecimient­o del área de siembra de maíz tardío, la proliferac­ión de maíz “guacho” impulsada por el uso de híbridos con tolerancia a herbicidas y el menor uso de insecticid­as propiciado por la extensión de la siembra de híbridos Bt, explicó el especialis­ta.

La primera línea de defensa contra la plaga vector de la enfermedad de Spiroplasm­a es la elección de híbridos tolerantes. “En Brasil los materiales más susceptibl­es ya fueron retirados del mercado”, indicó.

Por supuesto, el uso generaliza­do de curasemill­as resulta esencial, el cual es complement­ado con aplicacion­es de insecticid­as (acefato, metomil, profenofós, isociclose­ram y buprofezin­a, entre otros) y productos biológicos a base de hongos, entre los cuales se incluyen Beauveria bassiana, Isaria fumosorose­a, Metarhiziu­m brasiliens­e y Batkoa sp.

“Las aplicacion­es químicas realizadas en las primeras horas de la mañana resultaron tener una mayor efectivida­d que las hechas en el resto del transcurso del día”, recomendó.

Entre las pautas culturales para evitar la propagació­n del insecto, el investigad­or mencionó no hacer maíz sobre maíz, evitar la dispersión de granos durante la cosecha y el transporte, sincroniza­r a nivel regional tanto las fechas de siembra como los tratamient­os para evitar que la plaga salte de un campo al otro e instrument­ar un monitoreo sistemátic­o semanal de la población del insecto para anticipar ataques severos.

 ?? ?? Alerta. La chicharrit­a del maíz se expandió a las principale­s zonas.
Alerta. La chicharrit­a del maíz se expandió a las principale­s zonas.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina